El gran riesgo en el tratamiento de un paciente con cáncer no es el tumor en sí, sino que se expanda a otras partes del cuerpo a través del flujo sanguíneo. Aunque nuestras propias defensas son capaces de detectar y acabar con células cancerígenas, basta con que unas pocas sobrevivan para que se produzca la metástasis y otros órganos empiecen a sufrir las consecuencias.
La metástasis es la primera causa de muerte entre pacientes de cáncer, así que encontrar y acabar con estas células en el riego sanguíneo es una prioridad, aunque no sea un reto sencillo. No hace mucho hablábamos de un aparato dedicado a detectar la presencia de células cancerosas, y ya sólo eso fue considerado como un gran logro entre la comunidad médica. Pero el último desarrollo salido de la Universiad de Arkansas puede suponer otro gran paso en el tratamiento del cáncer.
El láser que destruye células cancerosas
Se trata de un aparato de láser capaz de detectar y eliminar las células cancerosas presentes en la sangre. Aunque parece un sistema algo aparatoso, puede ser clave en futuros tratamientos gracias a que no es invasivo ni supone más problema para el paciente que tener que poner el brazo en un soporte. La clave está en la manera en la que las células provenientes de tumores reaccionan ante el láser, una pista que las delata y permite su eliminación instantánea.
El sistema funciona aplicando un láser sobre una vena, y por lo tanto, calentando la zona; las células cancerosas que pasen por esa zona absorberán mucha más energía que las células normales, lo que provocará que se calienten y se expandan más rápido. Esta expansión repentina a su vez produce ondas de sonido, que el aparato puede registrar con un transductor pegado en la piel del paciente. Es lo que se conoce como efecto fotoacústico.
Por lo tanto, sólo hay que esperar. Cuando una célula cancerosa pase por donde el láser está apuntando, se expandirá, producirá un ruido y se registrará su paso en el sistema. Pero la función del láser no termina aquí; una vez que ha identificado la célula, el sistema también es capaz de matarla usando el propio láser. El calor provoca la expansión de burbujas de vapor en el interior de las células, que las destruyen una vez colapsan. En otras palabras, las rompen desde dentro.
1.000 veces mejor que métodos actuales
En las pruebas, los científicios usaron el láser en pacientes con melanoma, el cáncer de piel más mortífero, y consiguieron detectar células cancerosa de manera precisa en 27 de los 28 pacientes; eso ya sería unas 1.000 veces mejor que los métodos actuales, por lo que, aunque hay margen de mejora, está claro que el potencial de esta nueva tecnología es tremendo. El sistema es capaz de examinar un litro de sangre a la hora, pero lo más importante es que todo esto no afecta al paciente, y no es necesario extraer la sangre para analizarla.
La idea de desarrollar un sistema como este estaba en las mentes de sus creadores desde hace una década, pero es ahora, con la tecnología actual, que han podido hacerlo realidad. Sin embargo, aún quedan importantes pruebas en grupos más grandes, y comprobar cómo funciona en conjunción con terapias convencionales.
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