La inteligencia artificial está llamada a cambiar el futuro en multitud de industrias. Su aplicación se va haciendo cada vez mayor en todo tipo de productos o servicios, que en muchos casos hacen que la vida de los usuarios sea más sencilla. Aunque conlleva también sus riesgos y genera miedo entre muchas personas.

Desde hace tiempo, muchas voces en el mundo de la tecnología piden una regulación de la inteligencia artificial. Nombres como Bill Gates han hablado en más de una ocasión de la importancia de una regulación. Finalmente, parece que ya hay cierto movimiento en dicho sentido, ya que esta primavera el Foro Económico Mundial proponía ciertas reglas a nivel internacional.

Esto es algo que se ve como necesario, pero que podría no funcionar bien, si los gobiernos no actúan de forma correcta. ¿Ha de regularse la inteligencia artificial en general? ¿Se deberían prohibir determinados tipos o aplicaciones? Son problemas a los que los reguladores se enfrentan actualmente.

¿Qué hay que regular?

Anura

La regulación se hace necesaria para tener un marco legal, que establezca determinados límites. El problema es que esto puede hacer que una tecnología que está cambiando y avanzando de forma continua no lo haga de la forma deseada. O que las normas que se han establecido queden obsoletas con gran rapidez.

Un debate habitual es el de la ética en la inteligencia artificial. Se desea que el desarrollo y aplicación de la misma se haga de una forma transparente, ética y justa. Algo que se debería reflejar además en las normas y regulaciones sobre la misma. La clave en este sentido es dónde poner el foco de la regulación.

La inteligencia artificial va a seguir avanzando a gran ritmo estos próximos años, en todo tipo de segmentos (medicina, tecnología, agricultura, lucha contra el crimen o hasta la lucha contra terrorismo). Los beneficios de su uso son muchos, como se ha podido ver en diversas ocasiones, aunque la aplicación de la misma es algo que puede ser sensible, haciendo que una regulación sea algo importante. Ya que es justamente la aplicación de la misma lo que se debe regular, para evitar que se haga un uso inapropiado.

¿Prohibir algunos tipos de inteligencia artificial?

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Una posibilidad que ha surgido en alguna ocasión es prohibir determinados tipos de inteligencia artificial. Gobiernos y reguladores alrededor del mundo barajan dicha posibilidad, con el objetivo de evitar un uso malicioso de la misma. El deseo de proteger a ciudadanos y empresas de un uso malicioso es comprensible, aunque posiblemente sea poco efectivo. Prohibir un determinado tipo no ayuda prevenir el uso de las mismas, de hecho, en muchos casos solo va a tener un efecto contrario.

Una estrecha colaboración entre los gobiernos y expertos en este campo, que puedan actuar como consejeros, para crear regulaciones efectivas, que ayuden a un buen uso de la inteligencia artificial, pero sin limitar su desarrollo, es esencial en este caso. Sobre el papel suena como algo posible, pero en la práctica se puede ver que es algo más complejo. Especialmente si no hay una colaboración plena y activa.

Una inteligencia artificial bien regulada puede ayudar a empresas y consumidores en todo el mundo. Esto es algo que solo se va a conseguir si todos ponen de su parte para facilitar su desarrollo y aplicación, evitando de este modo que se haga un mal uso de la misma. La tecnología no es el problema en este caso, es el uso que se hace de la misma donde hay problemas, y esto es lo que se ha de regular.

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