Cada año la falta de vacunación desemboca en aproximadamente 1,5 millones de muertes evitables en los denominados países en vías de desarrollo. Las campañas de vacunación tienen un gran éxito en los países del primer mundo, pero no ocurre lo mismo en países menos desarrollados.
El sistema sanitario de estos países se encuentra muchos escalones por debajo, aunque si hablamos de las vacunas el problema reside realmente en la casi inexistente infraestructura para almacenar registros médicos. Como los médicos carecen de esa infraestructura, muchas veces les es imposible saber qué pacientes necesitan determinados tipos de vacunas.
Conscientes de ese problema, un grupo de investigadores ha creado una nueva manera de almacenar esos registros médicos: con tatuajes inteligentes. A continuación los detalles de este curioso y original avance médico.
Tatuajes inteligentes para el registro médico
Y una vez más son los investigadores del MIT quienes están detrás de esta original idea. Esta tecnología emplea un tinte invisible a simple vista compuesto de nanocristales o puntos cuánticos que se administra debajo de la piel al mismo tiempo que se realiza una vacuna.
Además, dichos "tatuajes inteligentes" pueden permanecer durante al menos cinco años debajo de la piel, desde donde emiten una luz infrarroja que no se ve a simple vista, pero que sí puede ser escaneada por un smartphone equipado especialmente para ello.
Como decíamos antes, una solución así supondría grandes ventajas en lugares donde los registros de las vacunas se pierden fácilmente o, directamente, no existen. Los médicos podrían acceder al historial de vacunas del paciente rápida y cómodamente, lo que podría salvar muchas vidas en países en desarrollo.
Eso sí, este tinte invisible no se administra con una jeringa tradicional, sino que debe utilizarse un parche de microagujas. Cuando este parche se aplica a la piel, sus microagujas de 1,5 milímetros de largo se disuelven parcialmente, liberando así su contenido en aproximadamente dos minutos.
Como es lógico, el parche puede personalizarse para "imprimir" en la piel diferentes patrones que sirvan para identificar los distintos tipos de vacunas que se vayan a administrar al paciente, lo que facilitará su seguimiento.
Hemos de tener en cuenta que para estar protegidos de la mayoría de patógenos los pacientes necesitan recibir múltiples vacunas. En sitios como África es imposible realizar el seguimiento necesario debido a la falta de infraestructura, cosa que cambiaría radicalmente con los registros en la piel de los que os hablamos, puesto que bastaría con un teléfono inteligente.
Ésta es solo una de las aplicaciones de dicha tecnología, sin embargo, parece abrir la veda para todo tipo de posibilidades relacionadas con el almacenamiento de datos, la biodetección y mucho más. Posiblemente la medicina cambie radicalmente durante las próximas décadas con la tecnología como centro de todo.