Las relaciones entre humanos y máquinas lleva siendo tema de estudio desde hace muchos años. Loa tecnología ha copado cada rincón de nuestras vidas y muchas veces pasamos más tiempo interactuando con tecnología que con los humanos de carne y hueso.
Con la aparición y democratización de los asistentes virtuales en el hogar a través de ordenadores, smartphones, altavoces inteligentes y prácticamente cualquier dispositivo conectado hoy en día; la interacción se ha visto elevada al máximo exponente en todos los ámbitos vitales.
Este hecho abre un debate muy interesantes sobre cómo debemos tratar a los asistentes virtuales como Cortana, Siri, Google Assistant y la archiconocida Alexa de Amazon. Asistentes que son capaces de ayudarnos en nuestro día a día y que en algunos casos ya las sentimos como un miembro más de nuestra familia.
Por favor y gracias
Ya se han hecho estudios a este respecto. Uno de ellos ha sido llevado a cabo por el Pew Research Centre en Estados Unidos, que han intentado conocer cómo nos comportamos los humanos con la inteligencia artificial en general y los asistentes virtuales en particular en nuestro día a día.
Lo mejor de todo es que han encontrado que nuestra relación con la inteligencia artificial se asemeja más a una entre humanos que a una entre humano y máquina. Los datos que han publicado estiman que el 54% de los estadounidenses que tienen un altavoz inteligente piden ocasionalmente "por favor" al asistente virtual.
En este caso también existen diferencias entre hombres y mujeres. Mientras el 62% de las mujeres dicen a veces "por favor", solo el 45% de los hombres reconoce que lo hace. Siendo estos últimos los menos amables.
Los adultos de hoy en día nos criamos sin una inteligencia artificial que lo sabía todo y nos acompañaba allá donde fuéramos en el bolsillo. Puede ser una de las razones por las cuales nuestra interacción con los asistentes virtuales se asemeja más a una relación persona-persona.
Lo contrario pasa con los niños. Su relación con la tecnología empieza a una edad muy temprana a la vez que se van perdiendo el contacto humano y la comunicación entre personas. Este comportamiento puede quedar reflejado en su interacción con los asistente virtuales desproveyéndoles de esa faceta humana que tanto nos cuesta olvidar a los adultos.
El problema sería si la utilización de un lenguaje grosero o tosco con el asistente virtual se trasladara a las relaciones humanas. Para los más pequeños puede ser complicado comprender el funcionamiento de las IA y mucho más diferenciar entre si Alexa es un software corriendo en un servidor a varios cientos (o miles) de kilómetros o "una persona que está al otro lado".
¿Son solo máquinas?
Los asistentes virtuales, por mucha inteligencia artificial que alberguen en sus servidores, no son más que máquinas serviles a total disposición humana. Aunque compañías como Amazon invierten mucho dinero y esfuerzo en cambiar esto. Su estrategia ha ido encaminada en darle toques cada vez más personales que se alejen del concepto robótico.
Hasta no hace mucho, las voces enlatadas que emitían estos asistentes en según qué respuestas se parecían más al mítico programa de locución Loquendo que a una voz de persona. Esto ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos.
La compañía estadounidense Amazon ha anunciado que a través de su asistente Alexa pondrá a disposición de los desarrolladores diferentes tonos de voz. Por el momento, solo una entonación feliz y otra más triste que podrán usar para matizar las comunicaciones que estará disponible en el mercado estadounidense.
Esto va en la línea de personificar los asistentes virtuales para crear vínculos con ellos. El ser humano suele comportarse por hábitos adquiridos y que uno de estos asistentes virtuales forme parte de nuestra vida y nos la haga más fácil puede ser uno de ellos.
Seremos cada vez más dependientes a los asistentes a la vez que la amabilidad, si los consideramos parte de nuestra vida, irá en aumentando consonancia. Puede ser un excelente escenario de experimentación para un posible futuro con robots de apariencia humana con asistentes virtuales integrados.
En otras compañías como Microsoft han pensado que el usuario sea capaz de elegir en Cortana una voz masculina u otra femenina para que se encuentre más cómodo. Hasta ahora, es el único gran asistente virtual que parece tomar esta medida mientras que el resto sigue apostando por una voz femenina.