Con lo que hemos ido aprendiendo en este revolucionario 2019 podemos vislumbrar lo que nos deparará un 2020 en lo relativo a las tendencias e inercias tecnológicas. Las redes inalámbricas de alta capacidad son solo la punta de lanza del ecosistema conectado que se viene.
A lo largo del año hemos visto una línea clara con el conjunto de teleoperadoras, empresas de análisis de datos y fabricantes de dispositivos trabajando al unísono. Incluso ya hemos podido ver algunos proyectos interesantes relacionados con el coche conectado y otros aprovechando el enorme potencial del 5G en los juegos en movilidad.
Pero esto es solo el principio de una nueva era que, aunque ya la hemos visto nacer, va a comenzar a desarrollarse y madurar en este 2020. Vamos a conocer los pilares fundamentales sobre los que se desarrollarán todas las tecnologías y cómo las veremos plasmadas en nuestro periplo diario.
Inteligencia artificial potenciada con datos
Los datos en general y su análisis pormenorizado en particular se han convertido en uno de los negocios más importantes del mundo por la cantidad de millones que mueven. Las compañías tecnológicas más punteras cuentan con miles de millones de gigas de datos recolectados directamente de nuestro comportamiento diario.
Vivimos pegados a un ordenador de bolsillo durante 24 horas que es capaz de conseguir de una u otra forma todos los datos de nuestra vida. Pero toda esa cantidad de información no serviría para nada sin la inteligencia artificial y su capacidad extraordinaria de tratamiento de datos.
Algunas compañías dedicadas al ámbito de la medicina ya utilizan la inteligencia artificial aplicada a bases de datos para la investigación y desarrollo de nuevos fármacos. Gracias a ella, no es necesario que un equipo científico estudie una a una todas las fórmulas en el laboratorio y eso es exactamente lo que le hace más atractiva.
Y no solo en aplicaciones puramente científicas. Con una serie de sensores se puede monitorizar todo un centro comercial para descubrir los patrones de consumo. Por ejemplo, recopilando datos sobre los clientes, las tiendas donde entran, los métodos de pago que utilizan y el flujo de la gente. Conociendo todos esos datos podemos colocar un están en la orientación y posición perfectas para que el público nos vea.
Internet de las cosas, internet del todo
Ya lo hemos comentado en el apartado anterior y no queríamos desaprovechar la ocasión para hablar de otra de las principales tendencias del 2020: el internet de las cosas. Para resumirlo muy rápido, se trata de la implementación de sensores de todo tipo con capacidad para mandar datos de forma inalámbrica.
Desde un termómetro en nuestra casa que nos envíe una notificación si la temperatura baja de los 20 grados a un sensor muy sofisticado en una fábrica de coches. La miniaturización de los componentes ha llegado a tal extremo que existen zapatillas deportivas con sensores de todo tipo (pisada, calorías quemadas, número de pasos…) y no se notan nada.
El IoT (de internet of Things, en inglés) ya lleva acompañándonos un tiempo pero no ha sido hasta 2019, junto con la revolución de los asistentes personales atrapados en altavoces, cuando hemos comenzado a verlo en las grandes superficies. Y es que muchos de esos sensores son compatibles con Alexa, Siri o Google Assistant. Además, gracias a la sencillez con la que se instala, un público más generalista poco interesado en la tecnología ha decidido dar el paso.
Todo lo anterior a nivel particular. En las empresas ya se lleva viendo más tiempo pero, hasta la llegada del 5G, las funciones más interesantes para la industria se veían limitadas. Cuando se continúe con el despliegue de esta nueva tecnología inalámbrica comenzaremos a ver más IoT.
El 5G: la quinta esencia de la década
La tercera pata del taburete consiste en las redes 5G. Por el momento, en España tan solo Vodafone tiene una red comercial desplegada con 5G pero no será hasta bien entrado el año 2020 cuando se libere la banda de 700 MHz (ocupada ahora por la TDT).
Esta banda de baja frecuencia será más penetrante (mejor cobertura en interiores) y permitirá cubrir zonas más amplias a un coste menor. Exactamente lo mismo ocurrió cuando en España se comenzó a utilizar la banda de 800 MHz, que es cuando se vivió el verdadero boom del 4G.
Pero volvamos al hilo, el 5G será capaz de conectar todos los aparatos del internet de las cosas para captar más datos. Es el nexo de unión que le faltaban a los otros dos elementos para terminar de despegar y todo gracias a su amplísimo ancho de banda y a sus bajas latencias.
El ancho de banda del 5G permite una transferencia de datos teórica (todo funciona mejor en el laboratorio) de un pico de 15 Gbps según Orange. Al mismo tiempo, la baja latencia de entre 1 y 4 milisegundos la sitúa al nivel de las mejores redes de fibra óptica y, por tanto, la información que recibamos será prácticamente instantánea. Esto último es elemental para las aplicaciones más delicadas.