Es comprensible que Tesla sea el fabricante de coches más polémico del momento. Sus coches eléctricos han conseguido cambiar el mercado, obligando a los grandes fabricantes a ponerse las pilas (y nunca mejor dicho).
Nadie revoluciona el mercado sin ganarse algunos enemigos, y sin meterse en más de una polémica. En Omicrono nos hemos hecho eco de algunas, como permitir el uso de AutoPilot sin necesidad de prestar atención a la carretera; pero no es menos cierto que Tesla también ha sufrido ataques sin mucha base, normalmente de "trolls" y personas con intereses ocultos.
La última polémica parecía de estas últimas: una petición pública que afirmaba que algunos coches de Tesla fallan y empiezan a acelerar sin que el usuario haga nada. La típica acusación que, sin pruebas, no llega a ningún sitio.
¿Los Tesla aceleran solos?
Pero entonces, la NHTSA, la organización estadounidense encargada de la seguridad vial (el equivalente a la DGT en España), decidió aceptar esa petición y comprobar si merece la pena investigar esos fallos. Y es entonces cuando la verdadera polémica ha empezado.
La petición reúne 127 quejas de unos 123 vehículos diferentes; cada una afirma que el coche aceleró por si solo, provocando accidentes en algunos casos. Según el responsable de la petición, los 110 accidentes provocados por esta supuesta aceleración repentina provocaron 52 heridos.
El error afectaría a toda la gama de coches de Tesla: el Model S, el X y el 3, vendidos entre 2013 y 2019. En caso de que sea necesaria, unos 500.000 coches podrían entrar en la investigación.
Por el momento, el proceso oficial no ha comenzado; la NHTSA ha respondido como siempre ante este tipo de peticiones, afirmando que comprobará las alegaciones y decidirá si merecen una investigación formal. Pero ha sido suficiente para despertar dudas, y que empiecen a aparecer más casos de usuarios que afirman haber sufrido lo mismo.
Por ahora, este parece ser un proceso relativamente normal, y que ya han sufrido otros fabricantes en el pasado; pero Tesla cree que hay algo raro en todo esto. Hace unas horas, la compañía respondió de manera muy dura a las alegaciones.
Tesla apunta a los acusadores
Tesla ha negado completamente que sus coches aceleren por su cuenta, y para demostrarlo ha hablado del proceso que sigue en todos los accidentes en los que están involucrados. Afirma que cada vez que un cliente les informó de un accidente, comprobaron los datos del vehículo y siempre descubrían que todo funcionaba correctamente.
En otras palabras, afirma, si los coches aceleraron es porque los usuarios presionaron el acelerador. De hecho, los Tesla incluyen salvaguardas para evitar aceleraciones involuntarias. El acelerador tiene dos posiciones, y si hay un error, por defecto se detiene el par motor. Además, si por error presionamos el freno y el acelerador a la vez, el sistema sólo hará caso al freno e ignorará el acelerador. Por último, los Tesla usan los sensores del Autopilot para darse cuenta si hemos presionado el acelerador por error. En ningún caso estos sistemas son capaces de activar el acelerador por su cuenta.
Por lo tanto, Tesla cree que la petición a la NHTSA es una conspiración, fruto del trabajo de un vendedor en corto (short-seller). Este tipo de inversores se dedican a vender activos que no poseen; si en el futuro, el precio de ese activo baja, consiguen beneficio económico al comprarlo. Por lo tanto, este tipo de inversores dependen de que el valor de una empresa en bolsa caiga antes de terminar la operación.
Tesla ha acusado a sus críticos en muchas ocasiones de intentar ganar dinero de esta manera, ensuciando la imagen de la compañía para vender en corto. En este caso concreto, la persona detrás de la petición es un Brian Sparks, que resulta ser un inversor en bolsa.
Eso ha llevado a Tesla a denunciar esta petición como un simple intento de influir en su valor bursátil, y no como un problema real de sus coches. En todo caso, afirma que trabaja con la NHTSA, como siempre que ha aparecido una queja similar.
Tesla tiene mucho que perder si una investigación semejante sale adelante; aunque sólo 127 vehículos forman parte de la petición, la NHTSA tiene el poder de ordenar la retirada de cientos de miles de coches para su reparación.