La pandemia del coronavirus ha dejado en evidencia la falta de material y dispositivos médicos para situaciones extremas. No hablamos sólo de la carestía de mascarillas que la población en general está sufriendo, sino también de equipamiento necesario para el tratamiento.
Los respiradores artificiales, dispositivos diseñados para mover aire dentro y fuera de los pulmones, se han convertido en el equipamiento más solicitado por hospitales de todo el mundo. En las etapas más graves del COVID-19, el paciente es incapaz de respirar por si mismo y necesita la ayuda de estas máquinas.
La cantidad de pacientes graves supera por mucho la cantidad de respiradores artificiales disponibles; eso ha motivado al sector tecnológico y científico a desarrollar y fabricar más unidades a marchas forzadas, como ya están haciendo Tesla y Dyson entre otros, por ejemplo.
Un respirador barato contra el coronavirus
Pero eso puede no ser suficiente. Los respiradores son dispositivos complejos y caros, y por lo tanto su producción será complicada incluso aunque toda la industria se ponga en ello. Es por eso que la verdadera solución puede estar en el desarrollo de respiradores alternativos.
El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha presentado una alternativa semejante: un respirador que no solo sería barato de producir, sino que cualquiera podría fabricarlo sin tener que rendirle cuentas a nadie.
Se llama E-Vent, y lo curioso de este proyecto es que en realidad, es bastante viejo; fue hace ya una década que estudiantes del MIT lo diseñaron pensando principalmente en zonas rurales y países en vías de desarrollo. Es un respirador manual, por lo que requiere que un trabajador médico lo opere para que el paciente pueda seguir respirando; pero en una situación de urgencia, puede suponer la vida o la muerte.
El equipo llegó a fabricar un prototipo y a publicar su estudio. El objetivo era crear un respirador barato y que no necesitase acceso a un enchufe, pero por aquel entonces esa no era una prioridad; quién nos iba a decir que eso es justo lo que necesitamos ahora.
En el MIT se han dado cuenta de ello, y han dedicado estos días a recuperar el proyecto y mejorarlo; los cambios introducidos facilitan el uso del dispositivo y cambian el chasis por uno de metal para mejorar la durabilidad. Este respirador modificado ha sido ya presentado ante la FDA, la organización estadounidense que se encargará de las pruebas con cerdos, de cara a la posible aprobación para uso humano "en el futuro cercano".
Libre y barato
No está claro cuándo será eso, pero el MIT ya ha adelantado que este respirador será "open-source". Eso significa que publicarán todos los planos e instrucciones necesarias para fabricarlo en Internet, para que cualquiera pueda fabricarlos sin necesidad de pagar una licencia.
Eso puede parecer una nimiedad, pero en realidad las patentes médicas son uno de los grandes obstáculos para fabricar material médico en situaciones de urgencia. Hasta tal punto que la Unión Europea decidió hace unos días suspender la propiedad intelectual de algunos productos médicos, para que otras empresas aparte de las propietarias pudiesen fabricarlos.
Este respirador no sólo estará disponible para todo el mundo, sino que fabricarlo será realmente barato. El prototipo original tenía un coste de unos 100 dólares, pero con los cambios introducidos y el precio actual de los materiales, se espera que sea mucho menos.