La vuelta a la normalidad trae consigo algunos cambios que tienen como fin atajar cualquier contagio masivo de COVID-19. Con las fronteras abiertas, España se prepara para recibir turistas y viajeros en una temporada de verano que será la más descafeinada desde hace mucho tiempo.
La tecnología está ayudando en gran medida en este laborioso trabajo de identificación de síntomas donde los termómetros de infrarrojo y las cámaras termográficas están realizando una labor esencial. Pero en algunos pasos fronterizos también se está aplicando la inteligencia artificial para identificar personas y obtener un control más o menos exhaustivo de quién entra al país.
Porque entre las miles de personas que cruzan las fronteras españolas, también pueden entrar algunas peligrosas o con cuentas pendientes en territorio español. Con este fin, la rama de Thales en España ya ha instalado algunas cámaras de identificación de personas conectadas a servidores privados de la policía así como ha llevado algunas aplicaciones de la mano de empresas privadas en el Aeropuerto de Barajas.
Reconocimiento facial fronterizo
"Dentro de la identificación y verificación de la identidad mediante biometría, FRP (Facial Recognition Platform) es una plataforma para la utilización del reconocimiento facial como medio biométrico para identificar una persona o bien verificar que es una persona", nos ha contado Miguel Mendoza, director comercial de la línea de negocio de biometría.
"El sistema FRP consta de una solución IT con servidores a los que se conectan las diferentes cámaras. La policía, por ejemplo, puede tener almacenado en sus servidores la lista de los delincuentes más buscados de Europa y la cámara junto con los algoritmos serían los encargados de buscar coincidencias".
El funcionamiento paso a paso de FRP es algo "singular". "El algoritmo lo primero que tiene que detectar es que hay un rostro y no es otra cosa. Pasa entonces a la búsqueda de unos puntos característicos en la cara para poder verificarla y entonces procede a la identificación, en caso de que exista una base de datos, o bien para contabilizar que por aquí ha pasado una persona", explica Miguel Mendoza.
La tecnología FRP nace al calor de las necesidades de la policía de identificación de personas. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado tienen entre sus funciones la vigilancia en circuitos de televisión. Un trabajo realmente monótono donde es necesario estar muy pendiente de quién pasa delante de las cámaras. "Está demostrado que este sistema no es nada efectiva. El ojo humano se cansa".
Tanto en Ceuta como en Melilla, Thales ha instalado esta tecnología de reconocimiento facial para emplearla en la identificación. Ceuta además tiene el caso particular del despliegue de una smartcity. Esto consiste en dotar de 'inteligencia' a las cámaras de vigilancia que hasta entonces estaban instaladas en la ciudad. "La colocación de las cámaras [para este último caso] requirió la aprobación de un magistrado del Tribunal Supremo" que garantizó la legalidad del sistema que ahora es capaz de identificar a las personas que estén siendo buscadas cuando circulen por la ciudad.
Más reconocimiento facial
Thales también contempla la posibilidad de utilizar su tecnología para marketing empleándolas en espacios públicos gracias a que es capaz de identificar el sexo de quien pasa por delante y dar una horquilla aproximada de la edad. Por ejemplo, "alguien que quisiera instalarlo en el Metro de Madrid para vender publicidad a terceros basándose en el público que pasa por delante de un determinado cartel publicitario". Mendoza nos recalca que es una función extra que no está implementada en todas las cámaras que tiene instalada la compañía. "Es responsabilidad de la persona que adquiere el producto y sobre todo en función de quién lo requiere para poder hacer esto".
En el caso de los pasos fronterizos, esta función está deshabilitada y no se distingue identifica quién pasa basándose en la raza, edad o sexo. "El sistema te da unas utilidades y tu en función de para qué necesitas FRP las activas o no". También se está aplicando en controles de acceso para empresas privadas e incluso se podría instalar en las puertas de los estadios de fútbol para el control de aquellos aficionados que tienen prohibida la entrada.
"Para acceder a los edificios ahora con el tema del COVID-19 también puede ser positivo. No necesitamos poner ni la tarjeta ni la huella. Basta con estar registrado en la base de datos del edificio y colocar nuestra cara delante de la cámara". En relación con el control aeroportuario, Thales emprendió hace un tiempo una prueba junto con Iberia y AENA para la implementación del embarque utilizando nuestro rostro en el Aeropuerto de Barajas.
Los próximos pasos de esta tecnología, según nos cuenta Miguel Mendoza, pasan por el empleo en el sector financiero para la identificación de personas en cajeros automáticos y la Administración Pública está trabajando en aplicarla para realizar trámites online. Algo así como el DNI electrónico pero usando nuestro rostro.
Entrar a España después del virus
A diferencia de lo que ocurrió antes del confinamiento, las autoridades sanitarias sí han considerado importante establecer controles aeroportuarios en los puestos fronterizos. De esta forma y según el propio Ministerio de Sanidad, establece hasta tres filtros en aeropuertos para los viajeros.
El primero estará basado "en las declaraciones responsables" de cada uno de los viajeros mediante la aportación de documentos de información sanitaria, lugares de hospedaje dentro de nuestras fronteras y los lugares específicos que va a visitar. Esta primera etapa se complementará con una medición de la temperatura y una valoración "visual", según dijo hace unos días el Ministro de Sanidad Salvador Illa.
Las medidas no parecen ser muy útiles para atajar los contagios pues existe un porcentaje de casos asintomáticos muy importante que pasarán sin ningún problema los filtros y camparán a sus anchas por la geografía española.