Parece inexplicable que con todo lo que ha avanzado la tecnología de construcción en los últimos años, las infraestructuras y obras públicas sigan teniendo un 'fecha de caducidad' que puede parecer demasiado corta por la cantidad de millones que cuestan. Existen construcciones como el Acueducto de Segovia o las pirámides con más de dos milenios a sus espaldas y una relativa buena salud estructural.
Este pensamiento está ahora más de actualidad que nunca debido a la necesaria demolición del puente de Joaquín Costa en Madrid debido a un "riesgo real" de caída. Este movimiento, con carácter preventivo y para evitar males mayores, ha reabierto el debate sobre la calidad de las construcciones en obras públicas del coste de renovación en el futuro.
España, como uno de los países con mejores infraestructuras de toda Europa, posee una gran cantidad de puentes, túneles y otras construcciones basadas en hormigón. Material que tiene una fecha de caducidad debido a sus propiedades mecánicas y que, quizá, puede llegar antes de lo previamente diseñado.
Hormigón contra Acueducto
En ese enfrentamiento está el quid de toda cuestión. Básicamente, cuantos menos agentes intervengan en una estructura o construcción menos probabilidades hay de que algo salga mal. En el caso concreto del puente de Joaquín Costa, el estudio técnico apunta a que la estructura ha llegado al límite de su vida útil al tiempo que recomienda la demolición. El pasado febrero se realizó un estudio sobre el alcance de daño de unas fisuras longitudinales en el puente y ha sido 5 meses después cuando se ha emitido el informe desfavorable sobre la estructura.
La empresa encargada del estudio realizó ensayos de campo en el propio puente y extrajeron muestras para la posterior evaluación en el laboratorio. El estudio arroja datos claros sobre el mal estado de la estructura y recomienda la demolición del puente cuanto antes.
"Al final, la calidad del hormigón que se fabrica depende básicamente: del cemento que se emplee, la calidad del árido y del agua; además de la cantidad de componentes como adiciones o aditivos que se puedan emplear. Pero básicamente cemento y áridos", nos ha contado Manuel Bustillo, geólogo y profesor de materiales de construcción en la Universidad Complutense de Madrid.
"Si empleamos una calidad de áridos relativamente buena, la influencia es la del cemento. Un puente de hormigón está hecho de forma artificial y se ha fabricado con cemento que, a su vez, ha podido fabricarse bien o mal", recalca. Un ejemplo claro es el de la famosa aluminosis que "para que fraguara antes, echaban componentes que llevaban más aluminio y al final era un hormigón que luego se disgregaba".
Siguiendo la línea de fabricación, también hay que tener en cuenta "el transporte del producto hasta la obra, la adecuada ubicación, el curado..." Muchos factores son los que influyen en la salud del hormigón y de la posterior estructura. Además, hay que contar con las condiciones climáticas de Madrid con heladas regulares en invierno que tampoco sientan muy bien a los hormigones.
El puente de Joaquín Costa terminó de construirse en 1969 y mide 360 metros de largo y está formado por 11 vanos continuos de 33,8 metros de luz los intermedios y 27,6 metros en los extremos. No es de las construcciones más importantes actualmente de la ciudad, pero en contexto histórico sí fue una gran obra.
Los 'médicos' del hormigón
La cantidad de toneladas de hormigón que se emplean en cualquier estructura, por pequeña que sea, debe someterse periódicamente a análisis pormenorizados llevados a cabo por ingenieros. Más importante todavía cuando se tratan de estructuras más viejas donde los controles de calidad en el momento de la construcción no eran tan estrictos como hoy en día.
Tanto las infraestructuras al aire libre como las que están relacionadas con túneles deben pasar este tipo de exámenes que garanticen las propiedades mecánicas del material y su seguridad. Del mismo modo, si se encuentran con algún fallo, las estructuras pasan a la fase de estudio pormenorizado recogiendo muestras y somentiéndolas a pruebas in situ y realizando posteriormente un informe con las conclusiones del equipo técnico.