No todo iba a ser proyectos de aviones ultrasecretos ni drones guardaespaldas capaces de interponerse en un misil dirigido a un caza pilotado por un humano. El ejército de Estados Unidos, a diferencia de el de España, tiene un peso importantísimo en los presupuestos del país y sus asignaciones multimillonarias quedan patentes en las tecnologías que son capaces de desarrollar.
La última de ellas es un sistema que permite a los humanos y robots compartir conversaciones de la forma más natural posible. La comunicación con los robots militares se realiza, todavía hoy y en la inmensa mayoría de los casos, con interfaces adaptadas en smartphones, tablets, ordenadores o cualquier otro tipo de controlador.
El Comando de Desarrollo de Capacidades de Combate de la Armada de Estados Unidos junto con el Instituto de Tecnologías Creativas de la University of Southern California han desarrollado el Joint Understanding and Dialogue Interface (JUDI, por sus siglas en inglés) que permite una interacción bidireccional comunicativa entre los soldados de la Army y los sistemas autónomos embebidos en robots.
Conversar con el robot
El programa ha sido llevado a cabo dentro de los proyectos de modernización en los que está inmersa la Armada de Estados Unidos. Uno de los objetivos de esta profunda renovación pasa por descargar de trabajo a los soldados empleando sistemas autónomos y, en el caso del proyecto de hoy, hacerlo permitiendo el comandado y control de estos sistemas con la voz.
"El diálogo será una capacidad crítica para los sistemas autónomos que operan en varios niveles de las Operaciones Multi-Dominio para que los soldados en tierra, aire, mar y espacios de información puedan mantenerse enfocados en el campo de batalla", según unas declaraciones del Doctor Matthew Marge, un investigador científico del laboratorio, que recoge la Armada.
La tecnología, afirma Marge, permite a los soldados interaccionar con sistemas autónomos a través de conversaciones bidireccionales y diálogo en operaciones tácticas donde las instrucciones verbales se pueden usar para comandar y controlar un robot móvil. Del otro lado, el robot podrá repreguntar para alguna aclaración o proveer actualizaciones del estado en el que se encuentra la tarea. "El diálogo permite a esos sistemas comprender mejor el mundo conversando con sus compañeros humanos".
El empleo de un lenguaje lo más natural posible, como ya ocurre en los asistentes virtuales tipo Alexa, permite que la curva de aprendizaje sea muy poco empinada. JUDI huye de las frases estandarizadas que, en muchas ocasiones, dan más problema que soluciones. Todos nos hemos enfrentado alguna vez a dar instrucciones a algunos navegadores GPS o incluso a algunos de los 'asistentes' que muchos coches integran.
Cuando las órdenes no son naturales o no admiten cierta flexibilidad los asistentes terminan dejándose en un segundo plano. Justo en este tema es donde ha trabajado la Universidad del Sur de California a través de su Instituto de Tecnología Creativa. "La habilidad de JUDI de emplear lenguaje natural reducirá la curva de aprendizaje para los soldados, que tendrán la necesidad de controlar o trabajar con robots, algunos de los cuales pueden contribuir a diferentes capacidades de una misión, como la exploración o el reparto de suministros", según ha declarado Merge.
El Alexa militar
Alexa, Siri y Google Assistant se han convertido en las tres puntas de lanza de los asistentes virtuales de las grandes compañías. Millones de dispositivos en todo el mundo lo utilizan pero no dejan de ser herramientas para un uso doméstico o, como mucho, laboral en circunstancias muy concretas. Nada que ver con los estándares y requisitos técnicos que se contemplan para la fabricación de cualquier tecnología militar.
El científico Matthew Marge lo deja muy claro: "La industria comercial se ha enfocado en asistentes personales inteligentes como Siri y Alexa, sistemas que pueden trabajan con aprendizaje factual [sin comprensión alguna de la información que proporcionan] y realizar tareas especializadas como establecer recordatorios, pero no razonar sobre el entorno físico inmediato".
En esta última característica es en la que los científicos han estado trabajando con especial ahínco. JUDI está diseñada para realizar tareas que requieran razonamiento del mundo físico, donde la cantidad de datos escasean y la conectividad a la nube es prácticamente imposible de llevarse a cabo. Los asistentes personales tienen detrás enormes bases de datos con miles o millones de ejemplos preestablecidos mientras que JUDI tan solo necesita unos pocos centenares.