La gama baja de smartphones copa un porcentaje muy importante de las ventas de las compañías. En España, la media de gasto se sitúa desde hace años en unos 200 euros por dispositivo, lo que nos hace una idea del perfil de consumo que tenemos en el país. Ese montante significa muchos miles de smartphones de entre 100 y 150 euros para bajar los dispositivos que cuestan hasta 10 veces más, como el Samsung Galaxy Z Flip.
Además, adquirir un gama baja ya no significa mal rendimiento desde que lo sacamos de la caja sino que las marcas se han dado cuenta de que se puede tener un funcionamiento óptimo sin recurrir a especificaciones de primera clase. El Realme C11 se sitúa justo por debajo de 100 euros con un hardware discreto, pero no por ello poco válido para según que usos.
Prejuicios a un lado, hice un inmersión a un teléfono de 99 euros durante unos días. Mentiría si dijera que no se nota el cambio viniendo de un terminal de gama media como es el mío de cabecera, pero nos pusimos en la piel -o al menos lo intentamos- del público objetivo de un terminal con un precio tan reducido que quizá no busque más que las aplicaciones de mensajería básicas y unas pocas redes sociales.
Buen diseño para su gama
Antes incluso de encenderlo y nada más retirarlo de la caja, el diseño del Realme C11 no parece afirmar que estamos delante de un terminal tan barato. Su construcción parece robusta y, aunque recurre al plástico en todos sus costados, para nada se siente como algo negativo. El color que nos ha tocado en la unidad de prensa es un verde muy elegante a la par que original. Empecemos ahora con lo que de verdad importa.
El primer punto negativo y recorte que nos encontramos si miramos al canto inferior es el empleo de un puerto microUSB en lugar de un Tipo C. Aceptamos que es un terminal orientado a un público poco exigente pero hoy en día prácticamente no se concibe otra cosa. Además, debido a esto perdemos por el camino algunas funciones clave como la carga rápida, aunque de eso ya hablaremos después.
En el canto derecho se dispone la botonera clásica de desbloqueo y control de volumen y nos tenemos que ir a la parte trasera para encontrar el módulo de las dos cámaras con el flash. En apartado visual de la cámara lo han rematado de forma muy elegante integrando los dos sensores y el LED en un recuadro que nos recuerda a terminales de gama más alta. Mera función estética sin más trasfondo.
En la parte frontal tenemos una pantalla de 6,5 pulgadas de diagonal que ocupa el 88,7% del frontal. Unos número extraordinarios que se acompañan con un pequeño notch en forma de gota situado en la parte central del borde superior.
En la pantalla encontramos el segundo recorte: la resolución. A pesar de tener un panel bastante grande -en la media de hoy en día- apuesta por una densidad de píxeles muy limitada que se queda en unos discretos 1.600 x 720 píxeles. La pantalla en el día a día no se mal en el día a día, ni mucho menos, pero si venimos de una con mayor número de píxeles sí veremos la diferencia. Esto se acentúa todavía más cuando ponemos vídeos de cualquier plataforma de streaming o cuando ampliamos una imagen.
El panel es IPS y los ángulos de visión muy buenos, no lo es tanto el brillo. A plena luz del día el nivel lumínico se queda algo corto. En el resto de situaciones es más que suficiente y tanto en interiores como en días nublados o sin que el sol incida directamente ofrecerá un buen nivel.
Hardware
Pasamos al segundo pilar fundamental de cualquier smartphone. Comenzamos por un hardware muy discreto que recurre a un procesador G35 de 8 núcleos de la casa MediaTek que se combina con 2 GB de memoria RAM y otros 32 GB de memoria interna para el almacenamiento, ampliables con tarjeta microSD. El chip es de la gama de entrada y más tarde hablaremos del rendimiento que ofrece junto con el resto de la carta de especificaciones.
Pasamos entonces al software donde Realme tiene, personalmente, una de las mejores capas de personalización. La que viene corriendo en el Realme C11 es Realme 1 sobre Android 10. Buen punto este de la marca al instalar la última versión de Android junto con los parches de seguridad que conlleva. No es algo realmente común en terminales de gama baja.
La capa es muy ligera y no tiene grandes artificios a nivel estético que lastran la experiencia de usuario. Tampoco tiene muchos extras y las reminiscencias del Android puro están muy presentes en cada rincón. Quizá lo que más se distancia es el centro de notificaciones que sigue una línea muy afinada y minimalista.
Otro punto a favor del Realme C11 es la poca cantidad de aplicaciones preinstaladas, lo que nos garantiza tener más espacio personal dada la memoria interna del teléfono. Aunque ojo, esto no pasa con todas las marcas. Otras que tienen modelos de una gama similar siguen instalando una cantidad de bloatware (como se llaman las aplicaciones presintaladas) excesivo y lo peor de todo es que no se pueden desinstalar en muchas ocasiones.
Rendimiento justo y batería eterna
En lo relativo al rendimiento, ya hemos ido desvelando pequeñas píldoras a lo largo del análisis. El smartphone funciona bien, aunque tendremos alguna ralentización que otra en la interfaz -al cambiar entre aplicaciones- y nos tenemos que olvidar de correr videojuegos pesados. En las tareas más cotidianas como mensajería, redes sociales, llamadas y algún juego muy ligero no tendremos problemas.
Hay que poner en perspectiva los 99 euros del terminal y aplaudimos que Realme haya afinado mucho el software. Pero sí echamos quizá otro GB más en la memoria RAM que hiciera que el sistema operativo corra más desahogado y el cambio de aplicaciones rápido esté garantizado.
Probablemente si venimos de un teléfono de una gama similar de hace años, el Realme C11 nos parezca un auténtico cohete. Y no es para menos. La mejoría de este tipo de terminales en los últimos tiempos es evidente aunque no es para todo el mundo. En resumen, un teléfono que va bien para lo básico sin muchas pretensiones en el resto de apartados, excepto en uno: la autonomía.
La batería del C11 es, simplemente, espectacular. Tenemos disponibles 5.000 mAh para un teléfono con pantalla HD y un procesador de gama baja que es un 'mechero'. La batería es prácticamente inacabable en un día y nos llegará, sin muchos miramientos, a finalizar el segundo día. Ni rastro de lector de huellas, como se puede ver en las fotos, teniéndonos que conformar con un reconocimiento facial mediocre que no funciona cuando la cantidad de luz flaquea un poco. Quizá uno de los puntos más negativos del terminal.
Depende del uso y de la cantidad de horas que estemos mirando YouTube o jugando a juegos, porque en el resto de tareas costará ver bajar la batería. Tal cantidad de batería sirve también para alimentar a otros dispositivos. Si al Realme C11 le conectamos por cable a otro teléfono o tablet, servirá como una powerbank.
La otra cara de la moneda viene por el empleo de un microUSB y la reducida potencia de carga. Los 10 W que marca el cargador que viene en la caja son muy pocos para la cantidad de mAh que tiene que llenar. La carga de 0 al 100 % se acerca peligrosamente a las 3 horas. Así que ojo si queremos darle un empujón energético en un momento dado porque ni rastro de carga rápida.
Cámara
Para este apartado fotográfico Realme ha instalado un par de sensores en la parte trasera. Uno de 13 megapíxeles como principal unido a otro de 2 como el encargado de la profundidad.
La cámara es buena en condiciones de buena luminosidad, aunque cuenta con un modo noche que puede llegar a ser resolutivo gracias a la inteligencia artificial.
Cuenta igualmente con función HDR que proporciona colores más 'vibrantes' y un rango dinámico que, para su gama de precio, está bastante bien ejecutado.
Cuenta con una función extra que hace resaltar a los colores y que en Realme llaman "Potenciación cromática". Dependiendo el escenario puede proporcionar colores irreales, como este del monumento, que le ponía un color anaranjado que no se correspondía con la realidad.
La cámara frontal se posiciona en la media y es justa para sacarnos un selfie puntual o realizar videollamadas. Eso sí, está un paso por detrás de la cámara trasera.
Realme C11: ¿El mejor a su precio?
En esta ocasión las conclusiones son más sencillas que en otros análisis. El Realme C11 es un teléfono de gama baja que por 99 euros solventa prácticamente todas las necesidades de un usuario que no juegue ni necesite esa rapidez extra en su día a día.
Si venimos de un teléfono de gamas superiores sí notaremos alguna carencia pues el hardware no da mucho más de sí; y eso que el software tan liviano le ayuda. Un teléfono móvil que cumplirá las expectativas de primer smartphone (adolescentes, por ejemplo) o de aquellas personas que lo llevan como un complemento y no como una herramienta de trabajo u ocio importante.