El hidrógeno es una de las alternativas a los combustibles fósiles que más han dado que hablar en el sector automovilístico, como una opción más "verde" para el medioambiente.
Sin embargo, es fácil olvidar que en realidad, los coches representan sólo una porción de todas las emisiones contaminantes; el transporte público y de mercancías sigue dependiendo de los motores de combustión, especialmente del diésel.
Si el Gobierno tiene alguna pretensión de cumplir sus propios objetivos, es necesario no solo cambiar el parque de vehículos personales, sino también el transporte público; y ahí es donde entran los trenes de hidrógeno de Talgo.
Los trenes de hidrógeno españoles
Este miércoles se ha presentado la alternativa a los motores diésel usados por locomotoras del parque ferroviario español, y está basada en el hidrógeno y las pilas de combustible.
El nuevo sistema de propulsión está diseñado de manera modular, para poder ser instalado en todo tipo de trenes, pero el objetivo es que sea usado principalmente en Vittal, los nuevos trenes de Cercanías y Media Distancia que se espera que empiecen a ser usados en toda España además de en otros países.
Los Vittal representan el futuro de los trenes en España, centrados en la accesibilidad y la eliminación de barreras, al mismo tiempo que se consigue aumentar la capacidad de viajeros para las llamadas "horas punta". Por si solos, estos trenes ya suponen un adelanto en lo que respecta al consumo de combustible, pero ahora es evidente que el plan de Talgo es que sean el punto de partida para el hidrógeno en España.
Respetuoso con el medioambiente
El sistema de propulsión por hidrógeno presentado por Talgo difiere un poco de los usados en automóviles, pero la idea básica es la misma. Está basado en pilas de combustible, que producen una reacción química con el hidrógeno almacenado en el tren que produce energía eléctrica, que es la que acaba moviendo el vehículo.
Sin embargo, este sistema también cuenta con baterías eléctricas, que se usan en el momento de la aceleración, justo cuando más energía es necesaria. En un tren, mantener la velocidad cuesta muy poca energía comparado con un coche por el bajo coeficiente de rozamiento de las vías y las ruedas; sin embargo, tiene la desventaja de que alcanzar esa velocidad cuesta mucho más.
De ahí la necesidad de incluir baterías con la energía necesaria para arrancar el tren. En líneas con catenaria, esto no es un problema porque la energía se obtiene directamente de la red, pero en el resto, por ahora, la única opción son las locomotoras diésel que producen su propia energía.
Estas baterías se recargan con la propia frenada del tren, de la misma manera que en un coche eléctrico. A efectos prácticos, eso supone que no será necesaria la instalación de catenarias en estas líneas.
Por supuesto, de nada sirve todo esto si el hidrógeno no se obtiene de manera verde; por ello, Talgo también incluye en su sistema que el hidrógeno se producirá con fuentes de energía renovable, como solar fotovoltaica o eólica.
Extremadura será la primera región que realizará pruebas con esta tecnología, que arrancarán en la localidad de Don Benito esta misma semana. Se espera que las primeras pruebas de validación en vía se realicen en el último trimestre del 2021.