Tanto el sector naval como el aeronáutico son los que más se resisten al poder de la propulsión eléctrica. La extrema exigencia a la que se ven sometidos sus motores los hace especialmente delicados a evoluciones, por pequeñas que puedan parecer. Por ello, para el sector naval, se está investigando con los barcos mercantes a vela -proyecto en el que han participado 2 estudiantes de España- y para embarcaciones más pequeñas se está comenzando a estudiar alternativas con motores eléctricos.
Una de estas propuestas acaba de ver la luz desde Francia, donde una compañía se ha olvidado de los diseños convencionales de motores para embarcaciones y ha desarrollado una tecnología completamente novedosa. HY Generation, como así se llama la empresa encargada del proyecto, tiene en su porfolio la solución completa para adaptar a eléctrico cualquier pequeña embarcación y, además, emplea un novedoso sistema de propulsión que prescinde de la clásica hélice.
Una primera aproximación de lo que puede significar el futuro de la industria naval. Y es que, al igual que viene ocurriendo con la aviación, los pioneros empleando propulsión eléctrica o hidrógeno son pequeñas aeronaves más fáciles de operar y menos exigentes de potencia que las grandes de pasajeros.
Eléctrico y sin hélice
HY Generation lleva trabajando en la idea desde antes de 2015, año en el que la compañía presentó su primer prototipo de propulsor sin hélice. Como suele ocurrir, las primeras versiones no obtenían el rendimiento necesario para ser consolidadas como productos comerciales así que continuaron con la investigación. No fue hasta 2019 cuando el primer prototipo cubrió sus requerimientos y lo comenzaron a comercializar. Y ya en 2020 el modelo disponible -una evolución directa del anterior- cuenta con la potencia suficiente para mover embarcaciones pequeñas.
El elemento donde los franceses ha puesto más innovación es en el propulsor. En este caso, se trata de un modelo totalmente innovador que huye de las clásicas hélices. Está fabricado en fibra de carbono y por su diseño ofrece un rendimiento muy interesante.
La potencia máxima continua que puede soportar es 6 kW a un voltaje de 48 V. Existen dos versiones: una con propulsor simple y otra con propulsor doble. Según HY Generation es capaz de empujar hasta 5 toneladas de masa de desplazamiento y está homologado tanto para operar en ríos como en el mar. Todo ello con un escaso peso de 12 kilogramos, menos de lo que pesa una hélice al uso para un empuje similar.
Las pruebas que ha realizado la compañía y que publican en su página web recogen una autonomía de unas 2 horas para un empuje de 3,5 toneladas a una velocidad de 8 kilómetros por hora. A media potencia la autonomía se sitúa en 4,8 horas. En cuanto a un modo que requiera más potencia, HY Generation informa que a 5,5 nudos (unos 10 kilómetros por hora) la autonomía desciende hasta aproximadamente una hora.
Todas las anteriores especificaciones se corresponden con el kit completo de adaptación que la compañía ya tiene puesto a la venta en su página web. Si la autonomía no es suficiente, informan que el sistema de baterías es totalmente modular y se pueden conectar más hasta multiplicar por 10 el tiempo base de funcionamiento. Eso sí, aumentará notablemente el peso de la embarcación.
Veleros gigantes
Aunque la propulsión eléctrica ha demostrado servir en tierra firme y en pequeñas embarcaciones, los grandes buques siguen necesitando navegar quemando combustibles fósiles. O al menos en la actualidad. Hasta que las baterías de ion litio no vayan bajando de peso y ofrezcan a su vez una autonomía extraordinaria, se siguen buscando nuevos métodos a medio plazo.
Uno de los más importantes es el regreso a la navegación empleando el viento, como el del proyecto wPCC. No con velas de material textil sino con unas 'alas' direccionales que se asemejan a las que podemos encontrar en un avión. Eso sí, en ausencia del viento, en condiciones climáticas adversas y para realizar maniobras, se seguirá necesitando un motor tradicional.
Otro de los proyectos que más han dado de qué hablar en las últimas semanas corresponde al Mayflower. Un barco que zarpó de Reino Unido el pasado día 16 de septiembre con el fin de realizar investigaciones científicas en mitad del océano Atlántico. Para ello, está empleando un motor híbrido cuya parte eléctrica se alimenta a través de paneles solares y todo ello comandado por la inteligencia artificial firmada por IBM.