Amazon Prime Video es una de las plataformas de streaming líderes en España y muchos otros países. Su gran ventaja respecto a servicios como Netflix es que no solo ofrece una suscripción para ver una selección de películas y series, sino que también permite comprar y alquilar.
Desde el pasado abril, Amazon Prime Video también permite alquilar los últimos estrenos de cine; la opción de alquilar o comprar normalmente permite ver antes que nadie películas que no llegarán al modelo de suscripción hasta dentro de mucho; por ejemplo, en el momento de escribir estas palabras ya es posible comprar Joker, y Si yo fuera rico en la tienda de Amazon Prime Video. Ninguna de estas cintas está disponible en ningún servicio de suscripción.
Sin embargo, eso nos puede confundir un poco; el hecho de que podamos "comprar" estas películas no significa que las compremos, o al menos, esa es la lógica que ha intentado explicar Amazon.
Comprar en Prime Video
La compañía ha tenido que explicar en detalle su modelo de negocio ante un tribunal de California, después de haber sido demandada por una usuaria por competencia desleal y publicidad falsa; la demandante pide no solo compensación para ella sino para todos los ciudadanos de California que hayan comprado películas en Prime Video.
El motivo de la demanda es que la usuaria cree que Amazon engaña a los usuarios al vender películas, porque se reserva el derecho de bloquear el acceso al contenido comprado. La lógica es que si Amazon puede ofrecer estas películas es gracias a acuerdos con productoras y propietarias de derechos; si esos acuerdos caducan o se pierden, ya no podrá ofrecer las películas a los usuarios.
En respuesta, Amazon ha presentado una moción para no continuar el proceso legal, apuntando que la usuaria ha comprado trece películas en Prime Video desde que presentó la demanda (insinuando que tal vez no le afecta tanto el tema).
Películas que no posees
Tal vez la parte de la moción más polémica es la que indica que los usuarios aceptan los términos de servicio, que explícitamente dice que las compras son de licencias limitadas que permiten ver el vídeo, y que estas licencias pueden ser restringidas por el proveedor del contenido.
En otras palabras, cuando compramos una película, en realidad estamos comprando el derecho a verla; pero no a poseerla. El derecho a ver la película se termina en cuanto el propietario de los derechos de la película lo decide. A partir de entonces, no podemos ver el contenido aunque hayamos pagado por verlo.
No es sólo Prime Video: todos los servicios digitales funcionan de esta manera. El hecho de no poder acceder al contenido es una de las razones por las que asocaciones de usuarios piden que se distrubuya sin protección DRM, para poder copiarlo y guardarlo cuando no esté disponible; pero la industria no acepta por el miedo de que eso fomente la piratería.
Puede ser algo difícil de comprender, pero no es algo nuevo ni mucho menos; en el sector de los videojuegos ocurre lo mismo: cuando compramos un juego en Steam, por ejemplo, compramos una licencia para jugarlo, pero no el juego en sí.
Esta no es una cuestión de "contenido digital" y "contenido físico". Hasta el contenido en disco tiene una licencia parecida, pero no suele ser un problema porque tener el disco ya nos ofrece acceso al contenido.