El 2020 ha sido el año en el que el 5G ha dado sus primeros pasos en España, si bien algo afectado por la pandemia mundial; aunque hay dispositivos compatibles, como el nuevo iPhone 12, la cobertura deja mucho que desear en la mayor parte del país.
Pero cuando el 5G se expanda a lo largo del 2021, se abrirá una gran cantidad de posibilidades; podremos disfrutar de juegos en la nube sin necesidad de conexión Wi-Fi, o ver películas a máxima resolución en cualquier sitio.
Otra utilidad muy práctica del 5G la encontraremos en los coches; ahora que está claro que los coches en Europa usarán 5G (como quería el Gobierno español), muchos fabricantes tienen vía libre para hacer realidad prototipos y conceptos.
El coche de KFC
En China están algo más adelantados, como se ha demostrado en redes sociales, donde los nuevos coches autónomos de KFC se han hecho virales. Nos cuesta llamar 'coches' a estos pequeños vehículos, teniendo en cuenta que no tienen sitio para conductor o para empleados.
Y es que estos vehículos son completamente autónomos, capaces de circular hasta una localización para vender productos de su menú a cualquiera que pase cerca. Por lo tanto, son puestos ambulantes inteligentes, que es posible usar sin necesidad de contacto humano; algo más importante que nunca en estos tiempos.
Los primeros vehículos han sido fotografiados en calles de Shanghái, y su funcionamiento parece sencillo. Cuentan con una pantalla táctil en la que es posible realizar el pedido; para pagar, sólo hay que escanear un código QR con el móvil y en cuanto se confirme, la puerta se abrirá automáticamente para que podamos coger lo que hemos pedido.
De hecho, parece tan simple que el sistema aparentemente se 'fía' de que el usuario cogerá el pedido correcto, a menos que haya algún sistema que detecte las bolsas que salen del habitáculo.
Conectado por 5G
Este mini-coche en realidad ha sido fabricado por Neolix, que ofrece varias versiones del mismo modelo, tanto para vender comida como para repartir paquetes o incluso patrullar carreteras. Son vehículos con un nivel 4 de autonomía, y por lo tanto tienen ciertas limitaciones (el máximo nivel es el 5); usan una serie de sensores para esquivar obstáculos sin necesidad de ser controlado por un humano, siempre y cuando que lo haga en ciudad y a una velocidad máxima de 50 km/h. Es eléctrico, y una carga le permite circular durante 100 kilómetros; las baterías se pueden intercambiar en apenas 30 segundos.
Por lo tanto, este vehículo es ideal para tener una flota que visite puntos de interés o turísticos, para ofrecer servicios de comida rápida instantáneos, y volver a la central cuando se termine la comida o la batería.
No está claro si este es un programa piloto de KFC, o si es una apuesta a largo plazo de la compañía, pero sea como sea, no nos extrañaría ver más de estos vehículos en el futuro.