El reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental por parte de Estados Unidos revolucionó el panorama diplomático internacional en un movimiento totalmente inesperado de Donald Trump. El efecto dominó también llegó a España tras el anuncio, anoche, del aplazamiento de la Reunión de Alto Nivel (RAN) con Marruecos que estaba fijada para el próximo 17 de diciembre y que queda pospuesta para el año que viene.
En la ecuación de Estados Unidos y Marruecos se encuentra una tercera variable: Israel. El propio Donald Trump anunció que las "relaciones diplomáticas plenas" entre Marruecos e Israel se iban a producir abriendo un panorama muy interesante desde el punto de vista militar y tecnológico.
Los israelíes, socios preferentes de EEUU, tenían 'poder de veto' para no permitir la venta del caza de quinta generación Lockheed Martin F-35 a todo aquel que no reconociera la legitimidad del Estado de Israel. Con esta nueva situación de intercambio diplomático se abre la puerta a que Marruecos adquiera este modelo de caza, uno de los más poderosos del mundo.
El caza marroquí
El Lockheed Martin F-35 es, también, uno de los aviones militares de ataque con mayor flexibilidad operativa del mundo. Desde los planos, se ha diseñado para que pueda adoptar todo tipo de roles y equipar las armas más variadas. Desde los clásicos misiles a complementos para guerra electrónica. Probablemente, y a la par que el Eurofighter, el mejor caza que actualmente presta servicio.
Desde que levantara el vuelo por primera vez en el año 2006, el F-35 es uno de los productos con mayor éxito de Lockheed Martin hasta la fecha. Según la propia compañía, ya se han construido más de 500 aparatos y ya se encuentra operativo en los ejércitos de Estados Unidos, Reino Unido e Israel.
En cuanto a capacidad aérea, se ha planteado como un diseño furtivo con una huella radar muy baja. Esto le permite pasar desapercibido (o al menos más desapercibido que otros cazas) a los radares enemigos e internarse en zonas restringidas.
Con un peso máximo al despegue de 31 toneladas y un único motor firmado por Pratt & Whitney, es capaz de impulsarse a una velocidad máxima supersónica de 1.6 Mach (1,6 veces la velocidad del sonido) en una autonomía de combate de más de 1.000 kilómetros. Se estima un techo de vuelo alrededor de los 50.000 pies (15.000 metros) y una gama extensísima de armas a bordo.
Guerra electrónica
Como indicamos, uno de sus puntos fuertes como buen caza de quinta generación es la capacidad para librar batallas electrónicas. Según el fabricante, posee la capacidad para "localizar y rastrear fuerzas enemigas, librarse de radares enemigos e interrumpir ataques".
Todo ello gracias al equipamiento a bordo y a la conexión con equipos de guerra complementarios, como pueden ser buques, estaciones en tierra e incluso otras aeronaves. "El F-35 sirve como puerta de enlace de información y comunicaciones, compartiendo su imagen operativo con los activos terrestres, marítimos y aéreos". Una sincronización de primer nivel.
Al igual que el próximo Gulfstream G550 que recibirá Marruecos, el F-35 puede operar como un avión espía para la inteligencia militar del país donde opere así como en labores de vigilancia y reconocimiento.