El militar es uno de los sectores donde la investigación y el desarrollo se toman más en serio. Tener un poder superior al de tus rivales directos o potencias enemigas desempeña un papel disuasorio importante. En España el presupuesto asignado a las fuerzas armadas es muy escaso, pero existen otros países, como Estados Unidos, donde disfrutan de una financiación casi 'ilimitada'.
Y como no podía ser de otra forma, la inteligencia artificial está tomando un papel tan relevante que ya se están desarrollando drones autónomos empleando esta tecnología. Pero también en plataformas aparentemente menos sofisticadas como las armas de mano o las torretas montadas en vehículos.
Hace tan solo unas semanas que un científico nuclear iraní de primer nivel fue asesinado mientras viajaba en el coche por una ametralladora con inteligencia artificial. Un tipo de dispositivo muy poco conocido pero que ya ha demostrado ser tan letal como eficaz.
Armas inteligentes
En el caso del científico Mohsen Fakhrizadeh el arma automática estaba instalada en la parte trasera de un todoterreno pick-up. Un espacio disponible muy limitado para un arma que se presupone compleja. Pero quizá no lo son tanto.
"Teniendo en cuenta la velocidad a la que avanzan los casos de uso del aprendizaje automático, podemos imaginar armas completamente automatizadas con una precisión mucho mayor que un francotirador", según ha contado a OMICRONO Josep Curto Díaz, experto en big data en la Universidad Oberta de Cataluña. La gran mayoría de los proyectos se llevan en el más absoluto de los secretos y tan solo se dejan ver cuando se aplican.
Una de las armas más importantes que ya ha sido desplegada es la Samsung SGR-A1, en, la que la compañía lleva desde 2003 trabajando junto con el Gobierno del Corea del Sur. Los primeros prototipos conocidos salieron de la factoría en el año 2006 con el fin de reemplazar a los soldados humanos en la frontera entre las dos Coreas.
"Se trata de un arma centinela que dispara de manera autónoma", apunta Josep Curto. "El sistema combina una cámara termográfica infrarroja no refrigerada para detección y una interfaz de armas que permite el montaje de armas y una combinación de un iluminador de infrarrojos y un telémetro láser para rastrear y seguir objetivos".
El arma inteligente de Samsung incluye además una cámara de vídeo digital con capacidad de almacenamiento de hasta 60 días y otras tres cámaras que se utilizan por separado para vigilancia, seguimiento y zoom.
"El SGR-A1 supone que cualquier persona que ingrese a la zona restringida de la frontera es un enemigo", nos ha contado Josep Curto. Una vez detecta la presencia humana, el sistema emplea un sistema de reconocimiento de voz para intentar identificar al sujeto.
Si finalmente determina que es una amenaza, el SGR-A1 "puede elegir entre hacer sonar una alarma, disparar balas de goma o atacar al objetivo con otras armas. El sistema también puede ser anulado por un operador, que tendrá la posibilidad de comunicarse mediante un altavoz. Todo eso, según nos apunta Josep Curto, es una tecnología probada desde hace años.
Reconocimiento facial
Los avances tecnológicos en herramientas de inteligencia artificial permiten ir mucho más allá en la actualidad. Según el general Fadavi, subcomandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, la ametralladora montada en el todoterreno estaba "equipada con un sistema de satélite inteligente" que consiguió hacer blanco en Fakhrizadeh.
El sistema de reconocimiento facial identificó a Fakhrizadeh y lo estableció como objetivo a batir. El arma consiguió tal precisión que la mujer del científico, que se situaba a escasos centímetros dentro del coche, resultó ilesa, según recoge BBC. De las 13 balas que disparó el arma un total de 4 impactaron en el jefe de seguridad de Fakhrizadeh cuando se abalanzó sobre él para intentar protegerlo del ataque.
Por el momento, no se conoce realmente el funcionamiento del arma que mató a Fakhrizadeh y dejó sin una magulladura a su esposa. Lo que sí parece más claro es que el empleo de este tipo de arma será cada vez habitual para llevar a cabo misiones con el mínimo riesgo. Algo parecido a lo que ya sucede con algunos proyectos de drones autónomos.
La primera versión de estas armas inteligentes ya está disponible en forma de mirillas. Los soldados de Estados Unidos ya usan estas mirillas inteligentes en algunas misiones para recibir información de un vistazo e incluso tienen la capacidad de identificar objetivos.
Empleando una tecnología similar se encuentran las torretas Smart Hopper de la compañía israelí Smart Shooter. Estos dispositivos constan de un soporte para un arma tradicional que se coloca en una torreta móvil junto con los sensores necesarios para su funcionamiento. Según la propia compañía, sus torretas pueden operar tanto de día como de noche y lo último que hemos conocido de esta compañía es que está colocando el Smart Hopper en todoterrenos y camionetas.
¿Quién dispara?
Uno de los grandes dilemas del empleo de este tipo de armas automáticas es quién se responsabiliza de los ataques. En un arma tradicional todo el mucho más claro pues la acción de apretar el gatillo (o pulsar un botón) implica una reacción instantánea.
"La pregunta aquí es: estamos en sistemas donde se aumenta la inteligencia y el humano juega el papel primordial en la decisión o ya hemos pasado a un escenario en el que se deja la decisión al sistema", nos ha contado Curto.
Las implicaciones morales y éticas son realmente complejas y ya han llevado a la petición de prohibición. Uno de los casos más sonados se produjo en 2015 cuando 1.000 científicos, entre ellos Stephen Hawking, firmaron una carta abierta pidiendo la prohibición del desarrollo de inteligencia artificial para propósitos militares. Algo que no parece haberse tenido en cuenta si echamos un vistazo a la línea de los desarrollos actuales.