La aviación en el 2020 ha sido una de las grandes afectadas por la pandemia mundial. Las restricciones a la movilidad impuestas por prácticamente todos los países, entre los que se incluye España, han supuesto a la industria un golpe muy duro en forma de cancelación o aplazamiento de pedidos a los fabricantes. Miles de millones de euros que se han esfumado o, al menos, paralizados a la espera de tiempos mejores.
La otra cara de la moneda la ha vivido el sector militar. Con unos presupuestos públicos consolidados en pasados ejercicios, la entrega de aeronaves de este sector no se ha detenido ni un instante en los últimos meses.
La rama militar de los fabricantes generalistas, o los que están especializados en este tipo de aeronaves, no han hecho sino presentar nuevos proyectos y continuar con los desarrollos con vistas al medio plazo. Grandes casas como Lockheed Martin o el departamento militar de Airbus han seguido -casi- sin inmutarse su planificación de entrega de aviones y de gestión de nuevos pedidos.
Aviación comercial
El primer sector en quedarse 'fuera de juego' en la pandemia fue el de transporte de pasajeros dejando a un buen número de aviones en tierra con un futuro, todavía hoy, incierto. El parón de marzo hizo que los fabricantes tradicionales de este tipo de aparatos aparcaran también las novedades a la espera de un futuro mejor, aunque el 2020 ya de por sí se planteaba un tanto aburrido en la industria.
Airbus, con sus recién lanzados A350 y A330 Neo, no tenía una agenda demasiado compleja. Por ello, el consorcio europeo se ha centrado en este 2020 en mostrarnos cómo se plantea la aviación del futuro en busca de las "cero emisiones". Conceptos rompedores, nuevos formatos... E incluso el planteamiento de uso de motores eléctricos alimentados con hidrógeno. Pero muy poco más.
El que lo ha tenido realmente complicado, por partida doble, es Boeing. Los estadounidenses han encadenado la crisis del Boeing 737 MAX junto con la crisis sanitaria y la consecuente crisis económica. Para la compañía con sede en Chicago han sido meses muy complejos en los que han tenido que revisar por completo el MAX.
Finalmente, la FAA (la encargada de dar el visto bueno a los aviones en Estados Unidos) dio al modelo luz verde para volver a operar. El primero, después de año y medio en tierra, se produjo hace pocas semanas sin novedades en la operativa.
El cambio de paradigma de la nueva aviación, con menos vuelos, menos ocupación y la necesidad de aviones más pequeños, ha propiciado lo que parecía inevitable a medio plazo: la eliminación de los aviones cuatrimotores. Estas moles están siendo relevadas por otros formatos más modernos con dos motores y una fiabilidad extraordinaria.
Algunos de ellos, como el Boeing 747 o el Airbus A380 ya estaban en plena retirada de las aerolíneas antes de la Covid-19 y están siendo reemplazados por los Boeing 777X (a la espera de lanzamiento), Boeing 787, Airbus A350 y Airbus A330 Neo. Todos ellos bimotores con permiso para volar cruzando los océanos más extensos.
Dadas las necesidades logísticas de los últimos meses, se han empleado para el transporte de mercancías con la cabina de pasajeros repleta de paquetes y provisiones sanitarias. Y ahora en fase de vacunación, se están utilizando para transportar las dosis por todo el mundo.
Con vistas a 2021, la reactivación de la aviación dependerá en gran medida de la recuperación económica (lenta en algunos países) que se espera con el comienzo de la vacunación. Como novedades, se espera que Boeing encare la recta final de su 777X como relevo a una generación -la del 777- que no le ha dado más que satisfacciones, pero que ya acusa las décadas de vuelo.
El año militar
Por otro lado, la industria militar ha sido una de las menos afectadas por la pandemia mundial. Desde los primeros meses de 2020 y con un ritmo constante, las grandes han ido engrosando la cartera de pedidos de aviones. Con especial relevancia en los últimos meses y encarando un 2021 prometedor.
En las primeras semanas de 2020 conocimos un poco más sobre el próximo Air Force One, y su multimillonario presupuesto, que estará basado en un Boeing 747-8. Modificado interior y exteriormente para adaptarse al pliego de condiciones, será el avión de transporte del presidente de Estados Unidos durante muchos años.
El país norteamericano tiene varias líneas de renovación de aeronaves activas que abarcan a todos los ejércitos. Además del despliegue de más Lockheed Martin F-35 en todas sus versiones, el Ejército de Estados Unidos busca renovar parte de su flota de aeronaves embarcadas y, para ello, cuenta con algunos candidatos que pretenden revolucionar la industria del helicóptero.
No hace falta irnos tan lejos para encontrar novedades en este sentido. En España, por ejemplo, están a punto de llegar los primeros Pilatus PC-21 comprados para sustituir al vetusto CASA C-101, que ya se ha cobrado más de una vida en los aledaños de la Academia General del Aire, en la Base de San Javier (Murcia).
Las primeras imágenes de la primera Pilatus pintada con los colores del ejército patrio se publicaron hace muy pocos días y se espera que llegue a San Javier en las próximas semanas.
Sin salirnos del Ejército del Aire, conocimos en octubre el proyecto AFJT como avión sustituto de los F-5 de Talavera la Real (Badajoz). Estas aeronaves, con motor de reacción, es la apuesta de Airbus y más empresas españolas para la fabricación de un entrenador avanzado que permita un paso intermedio entre los PC-21 y los cazas de combate que actualmente se encuadran en el Ejército del Aire.
Tampoco ha pasado desapercibido la venta de los aviones Hércules, espina dorsal del área de transporte del Ejército del Aire durante los últimos años, y el acuerdo de compra de Airbus A330 MRTT. Esta última versión parte del exitoso avión A330 al que se realiza una modificación en la planta que tiene la compañía en Getafe (Madrid) para convertirlo en avión cisterna. Esos que se usan para reabastecer en vuelo a otros aviones.
La aviación militar en España frente a 2021 estará más de actualidad que nunca. El desarrollo de algunos países europeos del FCAS, un avión caza de última generación, tendrá que comenzar a revelar más detalles al tiempo que conocemos algunas funcionalidades extra que, por el momento, se encuentran clasificadas.
Del mismo modo, el ala fija embarcada de la Armada, compuesta por aviones Harrier, necesita urgentemente de una renovación sobre la mesa si España no quiere perder una parte importante de su proyección militar.
El más sonado en todas las quinielas para reemplazar al Harrier es la versión embarcada del F-35 (conocido como F-35B). Una aeronave de quinta generación, superior al Eurofighter, que ya ha sido probada de forma exitosa en el campo de batalla.
A la falta de relevo se une el reciente reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental por parte de Estados Unidos y la reapertura de enlaces diplomáticos del país africano con Israel. Este hecho 'desbloquea' la adquisición de aviones caza Lockheed Martin F-35 y se acompaña de la firma de un acuerdo armamentístico valorado en 1.000 millones de dólares.
Drones, el despegue
Aunque los drones no sean una tecnología propia del 2020, sí han experimentado un crecimiento extraordinario. Este tipo de aeronave no tripulada ya se ha establecido en ejércitos de todo el mundo como herramientas fundamentales en labores de inteligencia, vigilancia, acompañamiento y de ataque.
Mismamente el Ejército del Aire ha recibido los 4 drones Predator los últimos meses y es tan solo una minimísima parte de la industria de las naves no tripuladas a nivel mundial.
Estados Unidos, como uno de los países que más invierte en tecnología militar, está en pleno proceso de integración de sus drones guardaespaldas al tiempo que cuenta con un proyecto para desarrollar un dron cisterna para reabastecimiento en vuelo. Y esto no ha hecho más que empezar.
Todo apunta a que en 2021 se vayan desvelando más desarrollos creados en el más absoluto de los secretos y obtener más detalles de tecnologías como el Programa Skyborg. Este último es uno de los proyectos más prometedores de Estados Unidos que plantea la creación de un caza de combate no tripulado.
Si en Estados Unidos tienen las nuevas generaciones de drones Predator, como las que recibirá Marruecos, en Europa se está cociendo el Euromale. Una aeronave no tripulada en cuyo diseño participa activamente España que promete levantar el vuelo en unos diez años con toda la carta tecnológica disponible. Esperamos que se comiencen a desvelar más características y los planes de cada país en este 2021.