Las pantallas táctiles inundan nuestra vida. Sin embargo, muchas veces lo único que hacen es entorpecerla, aunque no nos demos cuenta. Basta echar un vistazo a los coches que más se venden en España para observar como muchos de ellos ya la incorporan de serie y también el amplísimo despliegue que tienen en otros usos como en las máquinas industriales.
Detrás de cada una de ellas se muestra una interfaz que no por ser más simple o más compleja puede adaptarse a todos los usos. De hecho, alguno de ellos son tan críticos que una pantalla táctil puede traducirse en tener un accidente grave.
Vehículos terrestres y aéreos son, probablemente, los más delicados de todas las aplicaciones. Salvando la enorme distancia que separan a los dos métodos de transporte por excelencia, en ambos es esecial mantener la vista al frente. Algo que no se lleva especialmente bien con las pantallas táctiles.
Lo pudimos ver en el salto de los teclados físicos en los teléfonos a los que apostaban por uno virtual. No era extraño ver a la gente escribir en esos teclados sin mirar al dispositivo mientras que en los que aparecen en las pantallas táctiles eso es prácticamente imposible. O más en la actualidad, donde los teclados físicos siguen anteponiéndose a los táctiles frente a un ordenador.
Cuidado en el coche
Siguiendo la tendencia de la tecnología en general, la que se instala en los coches ha vivido una auténtica revolución en el últimos lustro. Las pantallas táctiles en los salpicaderos ya no son cosa de vehículos de alta gama y las podemos encontrar incluso en los modelos más baratos de cada marca.
Algo que, para algunos conductores, no deja de ser una barrera importante a la hora de la conducción. La principal es que no obtienes un respuesta física cuando pasas el dedo por encima de una pantalla. Todo es plano y están llenas de botones virtuales con diferentes funciones.
Acostumbrados a los coches más antiguos, en los que sabías de memoria dónde se encontraba cada botón de la radio o el climatizador, con la incorporación de las pantallas táctiles agrupan en menús y submenús todo lo que antes se realizaba a golpe de botón. Encender el aire acondicionado o seleccionar una presintonía eran gestos automáticos que no requerían retirar la mirada del frente de la carretera.
Ahora sí. Por mucho que nos sepamos de memoria donde se encuentran las funciones en un panel táctil, resulta -casi- imposible acertar a la primera sin mirar la pantalla. Todavía más si tenemos en cuenta que las pantallas en los automóviles, salvo algunas excepciones, siguen siendo relativamente pequeñas como para dejar el espacio suficiente entre botones virtuales. De hecho, algunas marcas se han dado cuenta de ello y ya trabajan en permitir eliminar las capacidades táctiles de sus pantallas.
Como por ejemplo Mazda, que ya en el 2019 anunció que pretendían dejar de utilizar pantallas táctiles en sus nuevos modelos de coches. Y así se reflejó en el CX-30, uno de los últimos coches presentados por la marca japonesa y que no cuenta con este tipo de panel.
Una de las justificaciones que dio la compañía tiene relación con lo expuesto anteriormente de dejar de prestar atención a la carretera para intentar acertar con el dedo. Pero hay más.
Usar la pantalla táctil en marcha provoca que el conductor gire levemente el volante, según relató Matthew Valbuena, ingeniero de Mazda, a The Daily Mail. Algo que se hace inconscientemente y que puede acabar en más de un susto, cuando no un desenlace fatal.
Aviones 'táctiles'
Al igual que los coches, los aviones han tenido una revolución tecnológica que ha seguido el camino de las pantallas táctiles. Muchas compañías aéreas equipan con iPads a sus aviones o integran soluciones táctiles -proporcionadas por el propio fabricante- dentro de las cabinas de mando. Principalmente para tareas que se pueden considerar secundarias para la operativa de pilotaje como la consulta de planes de vuelo, cartas de navegación, gestión de combustible etc.
Pero existen modelos de aviones con paneles totalmente táctiles. Uno de ellos, en el entorno militar es el Lockheed Martin F-35. Uno de los aviones de combate de quinta generación más importantes y avanzados del mundo. Y tiene pantallas táctiles.
La cabina del caza está plagada de pantallas y tan solo existen unos diez botones físicos. "Es hermoso de ver, pero no necesariamente hermoso para interactuar", ha declarado un piloto de F-35 a la revista Husk-Kit. Gracias a los paneles táctiles, el piloto puede configurar qué quiere ver en ese momento y en diferentes tamaños.
"El inconveniente está en la total falta de respuesta táctil", indica el piloto. No saber realmente si has apretado el botón porque no hay una respuesta física. "Puede ser un desafío presionar el 'botón táctil' correcto en la pantalla mientras el ación esté en movimiento, ya que a veces es un trayecto accidentado", refiriéndose a los vaivenes naturales de un avión caza y a los momentos de tensión en plena batalla.
"En la actualidad, presiono la parte incorrecta de la pantalla aproximadamente el 20% del tiempo en vuelo", explica el piloto de F-35. Que también menciona lo complicado que es en medio de una zona con turbulencias o mientras sufre fuerzas G.
Asimismo, el piloto de caza indica que "uno de los mayores inconvenientes es que no puedo sujetar la mano con nada mientras escribo". Pone el ejemplo perfecto, " piensa en lo sencillo que es escribir en un smartphone con los pulgares y lo complicado que es 'apuñalar' un teclado virtual en una tablet grande con un solo dedo índice".
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