Y el Perseverance aterrizó. La NASA acaba de lograr un nuevo hito en la exploración espacial internacional colocando en suelo marciano al rover acompañado del helicóptero autónomo Ingenuity. Ambos, como parte de la misión Mars 2020, han tocado suelo marciano a las 21:44 hora española peninsular en el Cráter Jezero.
Debido a los 11 minutos luz de distancia entre la Tierra y Marte, se pudo comprobar que todo había salido según lo previsto un poco después. El reloj en la Tierra marcaba las 21:55, momento en el que se daba pistoletazo de salida a la nueva aventura de la Agencia Espacial de Estados Unidos en el planeta rojo.
La responsabilidad de mantener las comunicaciones en la última etapa del rover antes y después de tomar tierra ha recaído en la Madrid Deep Space Communications Complex. Una instalación de la Agencia Espacial de Estados Unidos situada en la localidad madrileña de Robledo de Chavela y que lleva desde los años 60 dando apoyo a misiones de todo tipo.
El punto final de la etapa de viaje -después de seis meses y 468 millones de kilómetros-, es a su vez el comienzo de una nueva era en la exploración espacial. Esta vez con los ojos puestos en la evaluación geológica del terreno para fines tan dispares como encontrar vestigios de vida marciana y determinar qué zona es la mejor para llevar a cabo aterrizajes de naves tripuladas. Algo que Elon Musk quiere hacer en un futuro no muy lejano.
La misión del Perseverance
La Mars 2020 tiene establecido operar durante un año marciano, un total de 687 días -dos años- terrícolas. En todo este tiempo se tendrá que enfrentar a varias tareas ya asignadas. Una de las más importantes será la del análisis pormenorizado del terreno, con la recopilación de muestras de suelo y roca incluidas. Estas muestras, en un futuro, tienen planeado un vuelo a la Tierra donde los científicos las estudiarán con más detenimiento.
En total, cuatro de los equipos clave que se han instalado en el rover Perseverance están dedicados al estudio del suelo. Por ejemplo, sensores de rayos X, láser en el espectro del ultravioleta o un radar capaz de penetrar en el suelo y proporcionar una resolución del orden de centímetros.
Esta fijación por el análisis del suelo marciano la dejó muy clara Jim Bridenstine, el administrado de la NASA: "Es la primera vez en la historia que iremos a Marte con la misión explícita de encontrar vida en otro mundo". Así también lo recoge la Agencia en la ficha de la misión, que anuncia claramente la "búsqueda de indicios de vida antigua" y "evaluar la habitabilidad del pasado".
Otro de los sistemas más importantes para el futuro de las misiones a Marte es el Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment (MOXIE). "Es una prueba tecnológica que producirá oxígeno a partir del dióxido de carbono de la atmósfera de Marte", según anuncia la NASA. De funcionar, será un avance importante en los futuros vuelos tripulados, pues podrán utilizar ese oxígeno para quemar el combustible de sus naves y regresar a la Tierra.
Huella española
El Perseverance también cuenta con cierto grado de participación española en algunos componentes. En concreto, en la Mars Enviromental Dybamics Analyzer (MEDA), compuesta por una serie de sensores que funcionarán como estación meteorológica. Una que será capaz de medir la temperatura (tan cambiante en el planeta rojo), la velocidad y la dirección del viento, la presión, la humedad relativa y el tamaño y la forma del polvo en suspensión.
Por otro lado, y tras el éxito recogido en el rover Curiosity, el Perseverance también equipa el sistema de antena de alta ganancia (HGAS). Desarrollado por Airbus en España, es el responsable de las comunicaciones de datos de alta velocidad entre el rover y las estaciones de Espacio Profundo que la NASA tiene en la Tierra, entre las que se encuentra la de Robledo de Chavela.
Ingenuity, el helicóptero
Otra de las grandes novedades que la NASA ha incluido en este lanzamiento es el helicóptero autónomo Ingenuity. "Su misión es esencialmente experimental y completamente independiente de la misión científica de la Mars 2020", han dicho en la NASA.
Cuenta con un motor capaz de hacer girar las palas a 2.400 revoluciones por minuto y tiene una masa de 1,8 kilogramos. Estas especificaciones le impiden volar más de 90 segundos por día a una distancia máxima de 300 metros del Perseverance. No es más que un experimento de campo para comprobar si este tipo de vehículos son capaces de volar en la atmósfera marciana y plantearse más para las siguientes misiones.
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