Los teléfonos móviles son, probablemente, el objeto electrónico más apreciado desde donde nos organizamos el día, hablamos con nuestros seres queridos y pasamos horas de ocio. En España, el 99,5% de hogares cuenta con un teléfono móvil frente al 76% de los ordenadores portátiles o de sobremesa.
Y dentro del territorio smartphone uno de los elementos más importantes es la pantalla. Esa que recibe los golpes más importantes y, cuando se cae bocabajo, giramos cruzando los dedos para que no se haya roto.
Porque dependiendo del modelo de teléfono, cambiar una pantalla puede suponer un desembolso de varios cientos de euros. Por eso hay que cuidar al máximo la pantalla y evitar los pequeños desperfectos que, a la larga, se pueden traducir en pantallas totalmente inservibles. Parecido a lo que ocurre en los parabrisas de los coches.
1. Una de las mejores cosas que se pueden hacer nada más comprar un teléfono móvil nuevo es adquirir un protector de pantalla. Existen cientos de formatos desde los plásticos más sencillos a cristales templados muy resistentes, estos últimos son los más convenientes y se pueden encontrar de buena calidad desde 4 o 5 euros.
2. Y tan importante es comprarlo, como instalarlo correctamente para que proteja al máximo la pantalla. Es importante que un especialista -o nosotros mismos si nos atrevemos- lo coloque para que todos los sensores queden convenientemente protegidos, que no queden burbujas y que quede derecho.
3. Las fundas también son el complemento ideal para proteger el teléfono. Las más avanzadas están diseñadas para absorber los impactos de las caídas y también suponen un extra de protección a la pantalla.
4. Asimismo, es importante prestar atención a pequeños detalles cotidianos como no llevar el móvil en el bolsillo junto a llaves o monedas, según recoge Anovo, especialista en servicios postventa de tecnología. Tampoco dejarlo suelo en el bolso junto a todo tipo de objetos y no sentarse sobre él cuando lo llevamos en el bolsillo trasero del pantalón.
5. La luz directa del sol tampoco sienta especialmente bien a las pantallas de los teléfonos. Las altas temperaturas que se pueden alcanzar con una prolongada exposición dañan al terminal en general y a la pantalla en particular. Que puede llegar a romperse o generar manchas.
6. Otros factores que no sientan especialmente bien a los teléfonos móviles son la humedad, el salitre o la arena. Así que mucho ojo con llevarlos a la playa sin protección.
7. En la preservación de las pantallas también podemos unir la limpieza. Mucho ojo con lavarlos con geles hidroalcohólicos o jabón, porque eliminan una capa protectora que tienen contra la grasa natural de los dedos. Lo mejor es un paño de microfibra y alcohol isopropílico.
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