Acostumbrados a conocer al detalle los objetivos espaciales de Estados Unidos, el hermetismo y el halo de oscuridad que siempre rodea a China nos hace estar desconectados de una de las potencias mundiales de ese sector tan tecnológico. Mientras empresas de España colaboran con la NASA para construir sus artilugios espaciales, el país asiático no necesita de nadie externo para desarrollar su particular carrera al cosmos.
Construir una estación espacial, regresar a la Luna y colonizarla o poner al primer humano en suelo marciano son solo algunos de los grandes proyectos internacionales en los que China también aporta -a su manera- su granito de arena. El último de los logros sucedió hace tan solo unos días cuando logró poner su primer rover en Marte con el objetivo de realizar investigaciones científicas.
A diferencia del concepto colaborativo con el que cuentan la NASA estadounidense, la ESA europea y la JAXA japonesa, la CNSA (Administración Nacional del Espacio) china va por libre. Ellos mismos desarrollan los cohetes, los lanzadores, todos los mecanismos accesorios e incluso están en mitad de la construcción de una estación espacial que rivalizará con la EEI en muy poco tiempo.
Rover en Marte
El objetivo más ansiado de Elon Musk y la NASA lo es también de China. El viaje comenzó en la ventana de lanzamiento a Marte que se abrió el pasado mes de julio de 2020 cuando varios proyectos despegaron rumbo al planeta rojo. La misión Tianwen-1 hizo lo propio el 23 de ese mes y se colocó en órbita marciana el 10 de febrero.
La misión está compuesta por un satélite equipado con todo tipo de sensores a bordo capaces de captar datos e imágenes de la superficie del planeta. Acoplado a él se lanzó el rover Zhurong que también cuenta con todo lo necesario para sobrevivir a una misión en un terreno tan hostil como es la superficie marciana.
Durante los tres meses que el conjunto ha estado orbitando, los ingenieros chinos han evaluado el mejor lugar para aterrizar. Algo que finalmente consiguieron cuando la cápsula con el rover en su interior tocó Marte en la noche del 15 de mayo en la llanura Utopia Planitia. Actualmente el satélite sigue orbitando y captando imágenes del planeta mientras el Zhurong comienza a despertar del letargo que le ha mantenido inactivo desde que salió de la Tierra.
Los siguientes pasos de la misión van encaminados a poner en marcha el rover que por el momento se encuentra a bordo del lander que lo ha llevado hasta la superficie. Tendrá que descender por una pequeña rampa hasta tocar con sus ruedas la superficie marciana, momento en el que comenzará a trabajar en investigaciones científicas de todo tipo.
El principal objetivo es el de encontrar más pruebas relacionadas con la existencia de agua y vida en Marte. Una misión muy similar a la que anunció la NASA cuando presentó a su rover Perseverance.
El Zhurong tiene una masa de 240 kilogramos, seis ruedas y está alimentado por energía solar mediante paneles. En el mástil principal cuenta con cámaras para tomar fotografías y ayudar en las tareas de navegación. La carta de instrumentos a bordo se completa con otros cinco sensores que serán encargados de estudiar la mineralogía de las rocas marcianas y el clima.
Una vez conseguido este hito, China también ha anunciado su intención de enviar un segundo rover a Marte en el año 2028 y traerse consigo muestras del planeta. Algo en lo que está trabajando también la NASA con la ayuda de la división en Tres Cantos (Madrid) de Thales Alenia.
Por el momento, la CNSA no ha anunciado planes sobre cuándo poner el primer humano en Marte. Algo en lo que SpaceX lleva trabajando a marchas forzadas varios años con sus cohetes Starship y que planea poner el primer cohete tripulado planeta rojo para el 2024 "si hay suerte", tal y como anunció Elon Musk el pasado diciembre. Aunque mantener esa fecha será realmente complicado.
Estación espacial propia
La segunda de las líneas de la particular carrera espacial china pasa por la creación de una estación espacial propia. Con la Estación Espacial Internacional en el tiempo de descuento -se espera que finalice su vida útil en el 2024- y con la estación orbital lunar Gateway todavía en ciernes, China quiere tener su propio centro de trabajo en órbita.
El pasado 29 de abril fue el día elegido para poner en órbita la primera entrega de la estación a bordo de un cohete Long March 5B. Este módulo de 18 metros de longitud será la espina dorsal de la estación y el resto de unidades se irán acoplando a medida que se vayan lanzando.
Si los planes se van cumpliendo en plazo, China tiene como objetivo rematar el orbitador a finales del año 2022 gracias a una serie de 10 lanzamientos que ya están planeados para los próximos meses. Poco a poco irán equipando y complementando ese módulo central que ya está en órbita con material y tres astronautas que viajarán este mes de junio.
La tripulación de larga estancia estará compuesta por esos mismos 3 astronautas y tendrá espacio para albergar a 6 durante espacios cortos de tiempo. Principalmente en situaciones de relevos de tripulación. "Algunos astronautas extranjeros ya están aprendiendo chino mandarín", declaró Hao Chun, director de la Agencia Espacial Tripulada de China, en relación con posibles visitas a la estación espacial por parte de otras naciones. Eso sí, el sistema de acoplamiento es propio así que no valdrá con el estándar que se maneja actualmente en la EEI.
Eso sí, en cuanto a tamaño nada tiene que ver con la Estación Espacial Internacional. La china contará aproximadamente con el 20% del espacio disponible en la Internacional, pero tendrá espacio más que suficiente para diversas investigaciones.
Según los reportes de la CNSA, dispondrá de 14 espacios para experimentos científicos en el interior y unos 50 para colocar dispositivos en el exterior. Lo que se traduce en más de 100 experimentos a corto plazo. Y a largo plazo, planean que la vida útil de la estación vaya más allá de los 10 años.
A la Luna
La tercera línea de inversión tecnológica de la carrera espacial está ligada a la Luna. En el ámbito internacional, la NASA está liderando el programa Artemis que pretende llevar de nuevo al hombre al satélite en el año 2024 con la ESA europea como uno de las socias preferenciales. Pero China, nuevamente, va por libre.
Hace tan solo unos meses que realizó un viaje de ida y vuelta para traer muestras de la Luna. La misión tuvo una duración de tan solo 3 semanas en las que un vehículo fue hasta allí, perforó la superficie lunar para traer muestras de roca y regolito, las guardó en su interior de forma estanca y regresó a la Tierra sin mayores contratiempos. Un primer paso que convirtió a China en el tercer país en recolectar muestras lunares tras Estados Unidos y la Unión Soviética.
Actualmente cuenta con planes para lanzar tres sondas de ese tipo hasta el año 2027 con el fin de conocer más acerca del satélite para seguir avanzando con su carrera en el futuro a medio plazo. Para la década del 2030, China quiere establecer una base perpetua en la Luna donde destacar a varios astronautas.
En cuanto a su cooperación con otras naciones, China y Rusia se pondrán manos a la obra en los próximos años para construir una estación espacial con un espíritu similar a la Gateway solo que sin humanos a bordo. Algo así como la primera avanzadilla antes de comenzar a realizar viajes con humanos y crear colonias perpetuas.
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