China es uno de esos países donde pensar a lo grande es casi obligatorio. La central hidroeléctrica más grande del mundo, la mayor copia del Titanic jamás construida o un programa espacial tan ambicioso que acaba de lanzar las primeras piezas de su particular estación espacial. Esto tan solo es una aproximación de la escala a la que se mueve el gigante asiático y la expectación que generan sus proyectos en países como España.
Precisamente el sector espacial es uno de los que ha recibido un gran impulso en los últimos años. Buscando su hueco en el panorama internacional junto a otras potencias espaciales mundiales como puede ser la Unión Europea, Japón, Canadá o Estados Unidos. Y dentro de todo lo que tiene relación con el espacio existe una rama más específica que estudia cómo evitar un potencial impacto de un asteroide contra la Tierra.
Por el momento, ningún asteroide importante de un tamaño considerable amenaza con impactar a corto plazo, pero el inabarcable número de estos fragmentos de roca que deambulan por el espacio hace que se necesite un plan de actuación. Uno que sea rápido de desplegar en caso de amenaza real. Y, como para casi todo. China también tiene un plan.
Armageddon chino
En la película Armageddon, protagonizada por Bruce Willis, el sistema para terminar con el asteroide pasaba por la colocación de una bomba nuclear en la superficie rocosa. Para después hacerla explotar y romper la masa en millones de pequeños pedazos que ya no suponían una amenaza real para la Tierra. Un sistema irreal ya que pone en riesgo las vidas humanas que van en la nave y buena parte de las que permanecen en la superficie. China se desmarca de la opción de la cinta de Michael Bay y opta por otro mucho más conservador y realista.
Lo que pretenden los investigadores del Centro de Ciencias Espaciales de China, con sede en Pekín, es enviar una flota de cohetes y hacerlos chocar contra el asteroide. El proyecto es parte de un encargo del gobierno chino a la entidad estatal para que evalúe cómo el país puede ayudar a evitar el asteroide Bennu, que ha sido calificado por la NASA como potencial amenaza y puede chocar con la Tierra en 150 años, aproximadamente.
Bennu tiene alrededor de los 500 metros de diámetro y una masa estimada que lo sitúa en las 60 millones de toneladas. Una mole gigantesca que, de chocar, podría terminar con la vida de millones de personas.
El resultado del informe pedido al Centro de Ciencias Espaciales recoge que se necesitan 23 cohetes Long March 5 para desviar de la trayectoria al asteroide. El sistema consiste en hacer estrellar toda esa flota de cohetes uno tras otro. Básicamente, convertirlos en misiles de un tamaño suficiente como para variar la trayectoria.
Aunque la idea en la película de Armageddon era explotar una bomba nuclear en el asteroide, en el mundo real esto podría suponer un problema extra: miles o millones de fragmentos con una trayectoria impredecible. Y algunos de ellos incluso de un tamaño suficiente como para poner en apuros a la humanidad.
Conocedores de ello, el sistema de China no contemplaría la opción de explotar o romper el asteroide sino ir golpeándolo -23 veces, una por cada cohete- para que se desvíe lo suficiente como para dejar a un lado la Tierra.
"La propuesta de mantener la etapa superior del cohete de lanzamiento como una nave espacial de guía, haciendo un gran 'golpeador cinético' para desviar el asteroide, es un concepto bastante bueno", ha declarado el profesor Alan Fitzsimmons, del Centro de Investigación de Astrofísica en la Queen's University de Belfast, a Reuters.
El Long March 5 es la espina dorsal de la Agencia Espacial de China para sus vuelos interplanetarios como Marte o la Luna, donde tienen un acuerdo junto a Rusia, y en el lanzamiento de la estación espacial. Eso sí, nada que ver con los sistemas reutilizables por los que apuestan Elon Musk o Jeff Bezos, el Long March 5 es de un solo uso y fue el modelo que se estrelló descontroladamente contra la Tierra en mayo.
Este sistema tiene una altura de 60 metros por 5 de diámetro y cuenta con configuraciones de hasta 3 etapas que, en total, pueden acercarse a las 900 toneladas de peso de lanzamiento. Aunque quien estaría encargado de golpear sería la parte superior de la nave, que mantiene el diámetro pero es sensiblemente más corta.
La propuesta de EEUU
Los científicos de China han tenido de quien fijarse para esto de desplazar asteroides de su trayectoria. De hecho, la propuesta de Estados Unidos es muy similar a la realizada por los científicos asiáticos.
En el año 2018, la NASA planteó el mismo problema a Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California. Los cálculos estadounidenses arrojaron que se necesitaban 75 cohetes Delta IV Heavy de United Launch Alliance para reorientar al asteroide Bennu.
Para ello desarrollaron la nave HAMMER (Hypervelocity Asteroid Mitigation Mission for Emergency Response) que tiene como objetivo desviar el asteroide utilizando su propia energía cinética. Con posibilidad de acarrear un arma nuclear.
"Si el asteroide es lo suficientemente pequeño y lo detectamos lo suficientemente temprano, podemos hacerlo con el impactor [golpeador]", declaró en 2018 David Dearborn, del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore. "El impactor no es tan flexible como la opción nuclear cuando realmente queremos cambiar la velocidad del cuerpo rápidamente".
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