Para la mayoría de usuarios en España, cuya velocidad de conexión a internet alcanza los 30 Mbps de media, puede ser complicado imaginarse lo que implican 319 Tbps (319 millones de Mbps), velocidad que ha alcanzado un equipo de investigación de Japón. Se podrían comparar con la descarga de 7.000 películas de alta definición en solo un segundo.
El Instituto Nacional de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (NICT) de Japón ha conseguido duplicar el récord marcado en agosto de 2020 por otro grupo de investigadores de Londres que consiguieron 179 Tbps de velocidad.
En su momento, los investigadores de la University College de Londres (UCL, por sus siglas en inglés) aseguraron que la cifra conseguida era el doble de la capacidad de cualquier sistema desplegado en el mundo, lo que hace más significativo el salto dado este 2021. En el mejor de los casos, en España se puede obtener una velocidad de fibra de 1Gbps (Gigabits por segundo).
Cuatro núcleos
El equipo de NICT ha usado cuatro núcleos en vez de uno para reducir la distorsión de la señal en transferencias de larga distancia. Aunque la hazaña solo se produjo dentro del laboratorio, la prueba simulaba una distancia de 3.000 kilómetros en la que no se ha perdido calidad o velocidad. Los datos se enviaron en un láser de 552 canales con múltiples longitudes de onda y con la ayuda de amplificadores.
La parte más interesante del proyecto es que la técnica utilizada se podría aplicar en la infraestructura actual del país nipón, así como en muchos otros. Aún así, el sistema podría tener como inconveniente el coste para el consumidor final.
Es más probable que esta tecnología con cuatro núcleos se aplique a industrias principales como las redes centrales de internet y otros proyectos donde la velocidad es más importante que el coste del servicio. La mejora sería más adecuada para trasladar datos entre continentes, más que para jugar a videojuegos en la nube.
Más allá del 5G
Desde casa, este récord puede verse como algo inalcanzable que quizás llegue con el paso de los años, pero los investigadores responsables del logro apuntan a que la fabricación de esta fibra puede dar velocidades superiores al 5G y ver más cercanas las ventajas que ya se le atribuyen al 6G.
Para los usuarios finales, esto supone una mejor calidad de la conexión, aunque no tan rápida, para evitar saturación cuando hay muchas personas conectadas a la red consumiendo grandes cantidades de datos.
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