El microbús japonés que se transforma en tren en 15 segundos: hasta 21 pasajeros a 100 km/h
El DMV es un vehículo híbrido entre tren y autobús que ya circula en Japón y que promete impulsar la movilidad en las zonas rurales y ser clave en catástrofes.
30 diciembre, 2021 06:00Noticias relacionadas
Elegir entre el tren o el autobús es una de las disyuntivas diarias a las que el usuario de transporte público se enfrenta todos los días en las grandes ciudades de España. Ambos métodos cuentan con unos puntos fuertes y débiles, pero logran complementarse a la perfección. Tanto es así que no es extraño encontrar iniciativas actuales en busca de crear un híbrido entre los dos, un anhelo que se dejó atrás con los trolebuses o con los cada vez menos representados tranvías.
Basándose en ese concepto de movilidad urbana, una compañía japonesa ha creado un vehículo que puede circular tanto sobre raíles como por calles o carreteras. No es un concepto realmente nuevo, algunas iniciativas similares ya llevan prácticamente dos décadas investigando cómo aunar estas dos modalidades en una sola.
Se acaba de poner en funcionamiento el primer DMV o Dual-Mode Vehicle, que combina a la perfección ambos sistemas, en la primera línea comercial del mundo en servirse con este tipo de vehículo. Esta aproximación inicial se ha llevado a cabo en la región de Shikoku y arrancó el pasado 25 de diciembre en trayectos alternativos por carreteras y vías férreas.
La compañía responsable de explotar el trayecto unirá las ciudades de Kaiyo y Muroto en un viaje de 50 kilómetros, de los que 10 se harán sobre raíles. Por el momento, tan solo 3 unidades de DMV estarán operativas para cubrir esta ruta.
Un bus sobre raíles
En cuanto al concepto de vehículo, el DMV dispone de un juego de ruedas para ir sobre asfalto como si de un autobús tradicional se tratara y, además, otro con ruedas de tren para cuando va en modo ferrocarril. Realmente las ruedas móviles son las del tren, que se esconden dentro de la carrocería cuando el microbús se traslada por carretera, y son las responsables de elevar el chasis unos centímetros para que pueda circular por la vía.
La transición entre ambos métodos de transporte se realiza en unos 15 segundos y la compañía ha construido una pequeña infraestructura donde el autobús encaja los neumáticos y las ruedas del ferrocarril se encajan al milímetro. Una vez con las ruedas del tren abajo, prosigue a circular normalmente.
El DMV dispone de espacio para 21 personas -más el conductor- a una velocidad de 60 kilómetros por hora en modo tren y hasta 100 kilómetros por hora cuando se conduce como un autobús. Para ello emplea un motor diésel que le garantiza una autonomía suficiente para realizar trayectos todo el día y, además, aporta ligereza al conjunto.
Precisamente el peso del DMV es una de sus armas más importantes. Una menor masa de desplazamiento se traduce en menor consumo energético y ahorro en el mantenimiento de los sistemas como los frenos o amortiguadores.
"Puede llegar a los lugareños como un autobús y llevarlos también como si fuera un ferrocarril", según contó Shigeki Miura, CEO de la compañía Asa Coast Railway, a Reuters. "Especialmente en áreas rurales con una población envejecida, donde las empresas de transporte locales luchan por obtener beneficios".
Turismo y catástrofes
El gobierno de la prefectura de Tokushima, quien posee el 35% de la compañía explotadora, ha declarado que esperan que el DMV se convierte en una atracción turística más y ayude a impulsar la economía local que tan mermada ha quedado debido a la pandemia.
En principio, las 3 unidades de DMV tenían previsto desplegarse el pasado verano coincidiendo con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio. Pero los planes se tuvieron que posponer debido a que el Ministerio de Transportes japonés ordenó el pasado junio reforzar la soldadura del brazo que sostiene las ruedas retráctiles de ferrocarril, según recoge Kyodo News.
La parte menos amable, aunque igual de necesaria, es la que posiciona al DMV como un vehículo perfecto para grandes catástrofes. Lo es, además, en un país como Japón con un elevadísimo riesgo sísmico gracias a que podría circular por carreteras en caso de que las vías férreas se quedaran inutilizadas.