La carrera de fondo en la que se ha convertido el desarrollo de la tecnología militar hipersónica parece estar llegando a su sprint final. Estados Unidos, Rusia y China encabezan los programas más avanzados de todo el globo, mientras que en los países de la Unión Europea, entre los que se incluye España, se cuentan con los dedos de una mano las iniciativas con escaso apoyo y resultados.
De ese trío de naciones punteras, Rusia se ha consolidado como la más avanzada en la materia de misiles hipersónicos, cuya principal particularidad es que viajan más allá de 5 veces la velocidad del sonido, el equivalente a superar 6.100 kilómetros por hora. Otra de los atributos es que son indetectables a los radares militares actuales, incluso a los que equipan los escudos antimisiles, debido principalmente a su vuelo a baja altitud combinado con la citada velocidad.
Los resultados de los últimos test se dieron a conocer el pasado 18 de noviembre, cuando el ministro de defensa ruso informó a Vladimir Putin sobre el rotundo éxito del lanzamiento de un misil hipersónico Zircón (Tsirkon, en ruso) en el mar Blanco. Solo 9 días después se supo que Rusia había comenzado la fabricación en serie del misil.
"Se está llevando a cabo la producción en serie de misiles Zircón en la NPO Mashinostroyenia [la empresa pública encargada del misil hipersónico], aunque continuarán las pruebas de lanzamiento desde la superficie de este producto", según recoge TASS citando fuentes cercanas. La entrada en producción llega tras varios meses en los que Rusia ha cumplido un denso programa de lanzamientos y comprobaciones tanto desde submarinos como desde fragatas.
Ruso hipersónico
"Hemos avanzado, específicamente, en el ámbito de las armas hipersónicas y en aquellas basadas en nuevos principios físicos", según declaró el viceprimer ministro de Rusia, Yuri Borisov, en octubre. Quien también habló sobre el estado avanzado de las armas hipersónicas de su país respecto a Occidente. "Ahora tenemos serias ventajas en este sentido sobre los principales países occidentales, y trataremos de mantener esta posición".
En cuanto a especificaciones, el propio Putin enumeró unas cuantas en un discurso realizado en febrero de 2019: el Zircón es capaz de volar a 9 veces la velocidad del sonido (11.000 kilómetros por hora) y alcanzar objetivos a más de 1.000 kilómetros. Sin acotar más. También comentó la posibilidad de integrar el misil en barcos ya existentes, principalmente en aquellos que actualmente cuentan con lanzadores de los misiles de crucero Calibre. "Gracias a ello, no será muy caro", explicó.
El Zircón cuenta con un motor scramjet (estratorreactor supersónico de combustión) adaptado para su uso hipersónico e impulsado por combustible líquido. Le permite alcanzar una altitud de 28.000 metros y equipar una ojiva de entre 300 y 400 kilogramos, según algunas estimaciones. El diseño del misil se basa en un programa militar llevado a cabo en los años 90, pero que no cristalizó en el primer prototipo de prueba hasta el 2017, un año antes de lo que esperaba el Kremlin.
Si bien el misil hipersónico ya estaría listo para desplegarse desde buques de guerra, al apartado subacuático todavía le quedan varios flecos por cerrar. Según recoge TASS, la Marina rusa tendrá que esperar hasta el 2025 para poder equipar unidades de Zircón a un submarino, justo cuando está planeado recibir el sumergible nuclear que actualmente se encuentra en pleno desarrollo.
Por el momento, no se ha desvelado ninguna imagen oficial del misil Zircón y los detalles sobre el número de unidades a fabricar o las posibles variantes del modelo -se dice que habrá una capaz de lanzarse desde un avión bombardero- permanecen a buen recaudo.
El impulso de esta tecnología hipersónica llega en un momento clave para las relaciones internacionales de Rusia. La movilización de un gran número de soldados y vehículos de guerra de todo tipo ha desatado una crisis diplomática de primer nivel que parece complicada de resolverse a corto plazo.
En esta misma línea hipersónica y como parte de programas -todavía- más secretos, Rusia cuenta con algunas iniciativas más ambiciosas. El misil Avangard (Vanguardia, en castellano) que probó -oficialmente- por primera vez en 2019 puede alcanzar 27 veces la velocidad del sonido y acarrear ojivas nucleares a más de 6.000 kilómetros. Al igual que el Zircón, el Avangard se encuentra actualmente en pleno desarrollo y los detalles oficiales son realmente escasos.
Desasosiego de EEUU
"Estamos muy preocupados por lo que China ha estado haciendo en el frente hipersónico", declaró Robert Wood, representante permanente de Estados Unidos en la Conferencia de Desarme, el pasado octubre tras el lanzamiento del DF-17. Y es que el país norteamericano no ha tenido mucho éxito en sus programas de desarrollo de misiles hipersónicos.
Algo que, por otra parte, no ha afectado a los planes de Joe Biden para reimpulsar esta tecnología en los últimos tiempos ante la escalada China. La última prueba exitosa -conocida- de un misil hipersónico estadounidense se llevó a cabo el 20 de octubre en las instalaciones que la NASA tiene en Wallops (Virginia).
"Esta prueba es un paso vital en el desarrollo de un misil hipersónico diseñado por la Marina, que consta de un Cuerpo de Planeo Hipersónico Común (CHGB) y un propulsor, que será desplegado tanto por la Marina como por el Ejército con sistemas de armas individuales y lanzadores diseñados para operar desde el mar o la tierra", según informó la propia Marina.
El objetivo de las pruebas era demostrar los desarrollos hipersónicos de la Marina, así como las capacidades del arma hipersónica de largo alcance (LRHW) que se está desarrollando bajo el paraguas del Ejército de Estados Unidos. Tan solo un mes antes, en septiembre, el país conseguía el primer lanzamiento hipersónico exitoso desde el año 2013.
"El misil [denominado HAWC], construido por Raytheon Technologies, fue lanzado desde un avión segundos antes de que su motor scramjet fabricado por Northrop Grumman se pusiera en marcha", según reportó DARPA en relación a la prueba de septiembre.
También se menciona la importancia que el Departamento de Defensa de Estados unidos ha dado a las armas hipersónicas y al desarrollo de medidas anti hipersónicas calificándolas como "las más altas prioridades técnicas para la seguridad de la nación".
China y Corea del Norte
Mientras Rusia ya ha iniciado la fabricación en serie de los Zircón, China se encuentra en medio de un ambicioso programa de misiles espaciales intercontinentales lanzados mediante un cohete. La principal prueba del estado tan avanzado de su tecnología se dio a conocer hace tan solo unas semanas, cuando el Financial Times desveló que el país asiático realizó un lanzamiento de un misil hipersónico que dio la vuelta al mundo antes de impactar contra el blanco programado.
Mientras los servicios de inteligencia de Estados Unidos recibían la noticia con perplejidad, China esgrimía que el lanzamiento no era otra cosa que una prueba de su también avanzado programa espacial. Según el mismo reporte, el misil DF-17 -con capacidad para acarrear una ojiva nuclear- dio la vuelta al mundo en una órbita baja pasando desapercibido para todo el mundo. Para ello, circunnavegó el Polo Sur con el fin de alejarse del escudo antimisiles que el país norteamericano tiene 'mirando' el norte. Aunque según algunos analistas de haber seguido una ruta más septentrional tampoco habría podido ser detectado.
Un viaje de miles de kilómetros a más de 6.000 kilómetros por hora que reafirma la capacidad furtiva de este tipo de armamento que seguro marcará un punto de inflexión en el panorama militar internacional. Y del que otros países como Corea del Norte tampoco quieren dejar de lado.
El pasado octubre, el ejército comandado por Kim Jong Un realizó el que parece ser el primer lanzamiento de un misil hipersónico de su historia. Al otro lado de la frontera más vigilada del mundo se encontraba Corea del Sur, cuyas fuerzas armadas declararon haber mantenido una "postura de preparación" ante posibles lanzamientos sucesivos. Algo que finalmente no ocurrió.
El misil Hwasong-8, como así se llama, incluye a Corea del Norte en el selecto club de países con programas hipersónicos, aunque todo parece indicar que realmente no están tan avanzados. "La prueba norcoreana del vehículo hipersónico probablemente fue un fracaso, dado que el vuelo registró una velocidad máxima de Mach 2,5 [la mitad de lo mínimo para ser considerado hipersónico]", según comentó Chang Young-keun, especialista de misiles de la Universidad Aeroespacial de Corea del Sur, citando fuentes militares.