El casi infinito presupuesto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos permite el desarrollo de proyectos de tecnología punta que les mantienen como el país más poderoso del mundo. Miles de millones de dólares que todos los años van a parar a empresas del sector alimentando a una rueda imparable.
Entre los últimos desarrollos conocidos más importantes se encuentran los misiles hipersónicos. Una variante de un misil convencional que es capaz de viajar muy por encima de la velocidad del sonido y alcanzar cualquier punto del planeta en poco tiempo.
Pero no es el único gran proyecto. Hace unas semanas también conocimos detalles del próximo avión Air Force One que presumiblemente verá la luz en 2024 y sería, al igual que la presentación de estos misiles hipersónicos, el broche de oro al posible segundo mandato de Donald Trump.
Misil hipersónico
La denominado LRHW (Long Range Hypersonic Weapon, Arma Hipersónica de Largo Radio) vio la luz hace muy pocos días en el desayuno del Caucus de la House Army en Washington. Donde se presentó en sociedad y se explicaron algunos detalles del funcionamiento.
Ha sido definido como una nueva clase de misil ultrarrápido, manejable y de largo radio que puede lanzarse desde una plataforma móvil en tierra. Esta es una de las grandes bazas del nuevo arma pues no dependerá de un gran buque o una instalación fija en tierra para ser lanzado.
Otras de las especificaciones reveladas son la posibilidad de alcanzar hasta 5 veces la velocidad del sonido (Mach 5) y alcanzar altitudes jamás vistas en otros misiles. Por el momento se desconoce el rango exacto del misil hipersónico pero, según recoge Defence Blog, sería capaz de impactar en cualquier lugar del mundo en minutos.
Los misiles hipersónicos, como el LRHW, vienen a cubrir el espacio que habían dejado los misiles de crucero (lentos y muy precisos, pero con poco rango) y los misiles balísticos (muy rápidos y grandes distancias, pero poca precisión). Consiguen buena precisión -al permitir maniobras en pleno vuelo-, buena velocidad y rango de acción de miles de kilómetros.
Gracias a su rapidez y a que vuelan en las capas altas de la atmósfera, son capaces de burlar los escudos antimisiles. De esta forma se posicionan como una de las armas más peligrosas de los próximos años que decidirán la balanza de poderes.
El proyecto lleva cociéndose desde 2015 y en 2019 recibió un importante empujón del Secretario y Jefe de Estado Mayor del Ejército estadounidense. Para llevar a cabo el LRHW se han seleccionado a dos contratistas que serán los encargados del diseño, producción e integración del nuevo misil hipersónico. Una de ellas es Dynetics y la otra la archiconocida Lockheed Martin. La primera firmó un contrato de 351 millones y la segunda de 347 millones de dólares.
La Armada estadounidense espera tener el primer prototipo de LRHW en el año fiscal del 2023 (entre el 1 de octubre de 2022 y el 30 de septiembre de 2023) para comenzar con las pruebas y validaciones.
Por el momento, una de las últimas aventuras hipersónicas de Estados Unidos tuvo como protagonista al Boeing X-51 Waverider. Un prototipo de avión no tripulado con el que consiguieron buenos resultados en 2013 tras permanecer a Mach 5 durante 5 minutos. Base que ha servido para desarrollar el HSSW, un proyecto que presumiblemente entrará en funcionamiento este año permitiendo colocar misiles de velocidad Mach 3 en aviones de combate como el F-35 (caza) o B-2 (bombardero) con un alcance de entre 500 y 600 millas.
Lockheed Martin, uno de los contratistas predilectos en Estados Unidos, también firmó el año pasado un contrato por 928 millones de dólares del Departamento de Defensa. Esta vez para desarrollar unos misiles hipersónicos aire-aire de largo alcance para alcanzar velocidades superiores a Mach 5. Este proyecto espera ver la luz en algún momento de 2022, según Defensa.com. La misma compañía consiguió otro contrato por 480 millones para el desarrollo de tecnologías totalmente nuevas en colaboración con el DARPA y con la Fuerza Aérea Estadounidense.
Rusia y China: ¿por delante?
La carrera armamentística de los misiles hipersónicos comenzó, a ojos del mundo, hace ahora dos años. 2018 fue el pistoletazo de salida para una competición abierta entre las grandes potencias mundiales para posicionarse en la próxima gran revolución armamentística.
Rusia probó en ese año su misil Avangard capaz de volar a Mach 20 pudiendo realizar maniobras laterales y verticales para burlar cualquier tipo de escudo, según la BBC. Además, en diciembre del pasado 2019 -un año después de las pruebas de lanzamiento- autoridades rusas informaros que este misil ya estaba totalmente operativo.
También en 2018 China informó sobre el éxito cosechado en las pruebas del Starry Sky-2 que consiguió volar a 6 veces la velocidad del sonido. No conocemos la maniobrabilidad real -uno de sus puntos fuertes- de los misiles chinos ni rusos, algo por lo que han apostado fuertemente los estadounidenses con su LRHW.