La renovación y modernización de los aviones militares se ha convertido en una de las grandes bazas de potencias mundiales como Rusia y Estados Unidos. En España estos programas de grandes actualizaciones están presentes en modelos de caza como los Eurofighter y es un buen método para dar una segunda o tercera vida a aeronaves todavía muy capaces.
Precisamente Rusia, que se encuentra en mitad de una grave crisis diplomática con Ucrania, está realizando pruebas de su recién fabricado bombardero Tupolev Tu-160M. Un viejo conocido de los cielos que acaba de entrar de nuevo a la cadena de montaje ante la necesidad de cubrir los retrasos del también bombardero PAK DA.
Designado como Blackjack dentro de la OTAN, los orígenes del desarrollo de su programa se remontan a la Guerra Fría y en la búsqueda de una aeronave con capacidad supersónica y de acarrear armamento nuclear en sus bodegas.
En el año 2016, según recoge New Atlas, había solo 16 unidades de Tu-160 operativas de las 27 que se introdujeron desde finales de los 80 —ya terminada la contienda— hasta el 2005. De hecho, fue una de las últimas aeronaves en ponerse en funcionamiento de la era soviética y todavía hoy ostenta los récords Guinness del avión militar de ataque más grande y pesado del mundo y del avión supersónico con geometría de ala variable más potente.
Cisne Blanco
Dentro de la aviación rusa se le conoce como Cisne Blanco —nada que ver con el apodo de la OTAN— y su etapa de modernización de Tupolev Tu-160 a Tu-160M se inauguró por mandato del presidente Putin allá por el 2005. Las primeras unidades en pasar por la fase de mejora fueron las que ya se habían construido y el primer ejemplar se entregó en diciembre de 2014.
El siguiente paso ha sido la puesta en marcha de una línea de fabricación desde cero de la que salgan aeronaves Tu-160M nuevas. Nada de actualizaciones sobre plataformas con más de 20 años a sus espaldas. Putin quiere tener Cisnes Blancos nuevos para su ejército.
El vuelo inaugural de esta segunda tanda de fabricación del Tu-160M se produjo hace unos días alzando el vuelo 600 metros en una prueba que duró aproximadamente 30 minutos. Rusia planea la fabricación de una tanda inicial de 10 aeronaves con la esperanza de ampliar esa cantidad a 50 en los próximos años.
El Tu-160M tiene espacio para 4 tripulantes en una aeronave de 54 metros de largo por 55 de envergadura cuando las alas están totalmente desplegadas. Y es que el Cisne Blanco cuenta con un sistema hidráulico con el que variar la posición de las alas respecto al fuselaje. De esta forma, consigue traspasar la barrera del sonido con las alas totalmente replegadas y volar a baja velocidad con las alas más desplegadas.
Pero sin duda, su mayor particularidad está ligada a su capacidad de carga. La masa máxima al despegue del Tu-160M es de 275 toneladas y su peso en vació de 110. Para ponerlo en perspectiva, es similar a la de un Boeing 777-200 como una de las aeronaves más grandes especialmente diseñada para viajes de largo radio con más de 300 personas en el interior.
Para impulsar la gran mole rusa, Tupolev recurrió a 4 motores Samara NK-321 con postcombustión, pero en la actualización han preferido instalar motores NK-32 más modernos que le proporcionan 13.000 kilómetros de autonomía a velocidades subsónicas. La velocidad máxima establecida es de 2,05 veces la velocidad del sonido (2,5 Mach o 2.500 kilómetros por hora) mientras que el crucero se sitúa en 1.100 km/h, sensiblemente por debajo.
Además de la velocidad y el alcance, el objetivo de Rusia con su Cisne Blanco es el de transportar armamento nuclear. El Tu-160M cuenta con capacidad para acarrear 45 toneladas de bombas nucleares de gravedad en sus dos bodegas internas a las que se unen misiles hipersónicos, otros de cruceros y misiles con ojiva nuclear de corto alcance.
El eterno B-52
Al otro lado del océano Atlántico y con casi 70 años a sus espaldas se encuentran los Boeing B-52 Stratofortress. Este modelo de aeronave también se encuadra dentro de los bombarderos estratégicos solo que con una aproximación muy diferente en cuanto a vuelos subsónicos y una máxima al despegue de 120 toneladas, menos de la mitad que el Tu-160M.
"El B-52 CERP [como así se llama la versión actualizada] es una actualización compleja que no solo mejora la aeronave con nuevos motores, sino que también actualiza el área de la cabina de vuelo, los puntales y las góndolas", según declaró John Newberry, oficial ejecutivo del programa de bombarderos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Los nuevos motores instalados tienen previsto alargar la vida útil de la aeronave hasta, por lo menos, el año 2050. Al mismo tiempo que incrementan la eficiencia de combustible y con ella la autonomía del aparato.
Los dos primeros B-52 modificados tienen previsto salir de la línea de montaje a finales del 2025 y pasarán seguidamente una fase de pruebas de vuelo. Si los planes se cumplen, el primer lote completo entrará en fase operativa en el 2028 y se espera que todos los B-52 estén actualizados para el 2035.
Como seguramente la vida útil de los B-52 CERP vaya más allá del 2050, el Stratofortess tiene todo a su favor para convertirse en el primer avión en cumplir 100 años volando ininterrumpidamente.
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