La Estación Espacial Internacional tiene los días contados. China ya prepara su propia estación y Rusia ha anunciado que abandonará la ISS en 2024. Seis años después será la agencia estadounidense, NASA, la que gestione el final de este proyecto histórico, en el que participa España con la agencia europea. Los proyectos se mantendrán hasta 2030, para después estrellar la estación en el océano Pacífico.
Poco a poco las diferentes agencias han ido marcando distancia con la ISS. Primero se estableció su fecha de caducidad en 2024, pero ese plazo se ha ampliado unos años más en los que la NASA asegura que seguirán operando los proyectos de investigación. En un informe detalla cómo se producirá la despedida definitiva y su regreso a la Tierra.
Con el fin de la ISS se acaba una etapa de colaboración internacional pública y se da paso a un nuevo periodo histórico en el que las empresas privadas tendrán un mayor peso. "Esperamos compartir nuestras lecciones aprendidas y experiencia operativa con el sector privado para ayudarlos a desarrollar destinos en el espacio seguros, confiables y rentables" dice la agencia estadounidense que colabora con las empresas de Elon Musk y Jeff Bezos.
Contra el océano
El informe International Space Station Transition Report detalla la vuelta de la ISS a la Tierra cuando se hayan concluido todos los proyectos de investigación en 2030 y ya se cuenten con sustitutos comerciales. En ese momento, el control de la ISS dirigirá la estación de forma remota para que caiga en un punto concreto del océano Pacífico.
Los restos de la estación realizarán una trayectoria final y "la huella de los escombros (caerá) sobre la zona deshabitada del Pacífico Sur (SPOUA), el área alrededor de Punto Nemo". El Punto Nemo se refiere a la zona de este inmenso océano que está más alejada de cualquier costa, otra forma de denominarlo es polo de inaccesibilidad del Pacífico.
Incluso los astronautas de la Estación Espacial Internacional, a 360 kilómetros de la superficie del mar, pasan más cerca de ese punto que cualquier otro humano viviendo en el planeta. En realidad, la isla Ducie es la más cercana, a 2.688 km.
Por estas características, este lugar aislado de la humanidad es el punto estratégico donde suelen estrellarse muchas de las naves y aparatos que caen desde la órbita terrestre de forma controlada. Bajo el agua, un cementerio de escombros de naves se ha ido acumulando durante los últimos 30 años. Ahí acabarán los restos de la ISS, al caer y quemarse de forma controlada tras atravesar la atmósfera.
Nueva etapa comercial
Hasta ese momento, el objetivo de las principales agencias espaciales es continuar con los estudios que se están realizando en la ISS, mientras se busca una alternativa impulsada por las nuevas empresas privadas. "El sector privado es técnica y financieramente capaz de desarrollar y operar destinos de baja órbita terrestre con la ayuda de la NASA" indica el comunicado.
Con esa frase, se hace referencia a LEO, un programa que se inició en 2021 y al que se ha destinado inicialmente un presupuesto de 400 millones de dólares a repartir entre los 4 proyectos ganadores que comenzarán con el desarrollo de las estaciones espaciales. Entre las compañías interesadas se encuentran pequeñas start-ups y grandes empresas como SpaceX, Blue Origin, Airbus, Boeing y Lockheed Martin.
Jeff Bezos, fundador de Amazon y Blue Origin, ha presentado su parque empresarial en el espacio Orbital Reef. Pero el proyecto más avanzado es el de Axion que planea lanzar en 2024 su primer módulo para montar año tras año su estación privada.
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