El impulso tecnológico que ha experimentado la industria aeronáutica proveniente de la espacial se traduce en incitativas que prometen romper con todo lo establecido. Por ejemplo, aviones que pueden cubrir la ruta entre España y Estados Unidos en una hora empleando los materiales, diseños aerodinámicos y motores más avanzados que llegarán en los próximos años.
Una de las últimas en llegar es la china Space Transportation que, con sede en la ciudad de Pekín y fundada en el 2018, se ha convertido en una de las promesas de la aviación hipersónica mundial. Para conseguirlo se olvida de los formatos de aeronaves tradicionales y apuesta por algo más parecido a la operativa de un cohete con despegue y aterrizaje vertical.
El pasado agosto, se anunció que Space Transportation había conseguido 46 millones de dólares de financiación para llevar a cabo su proyecto y el impulso parece estar dando ya sus frutos. Recientemente, según indica Space.com, han realizado varias pruebas de sus prototipos Tianxing 1 y Tianxing 2 alcanzando el décimo test de lanzamiento el pasado 23 de enero.
Un 'puente aéreo' mundial
La idea de la compañía china es conseguir realizar vuelos suborbitales punto a punto. Tal y como lo haría una aerolínea tradicional solo que a la suficiente altitud como para ser considerado un vuelo suborbital. Esta frontera se traspasa al cruzar la Línea Kármán que delimita la atmósfera con el espacio y que se sitúa en 100 kilómetros de altitud.
Para mostrar al mundo cómo es su operativa, han publicado un vídeo en su página web donde se pueden ver algunos detalles de los futuros vuelos de Space Transportation. La mecánica de vuelo es muy parecida a la que utiliza actualmente Virgin Galactic para sus vuelos turísticos empleando una nave nodriza y otra donde realmente se encuentran los pasajeros. Aunque con la gran diferencia del despegue vertical.
Según se puede ver en ese metraje, que no deja de ser una simulación por ordenador, los viajeros ingresan a la nave por su propio pie y a ras de suelo, ya que en un primer momento se encuentra horizontal. Una vez el pasaje a bordo, se coloca en posición vertical y despega.
A una determinada altitud —que no mencionan en ningún momento— la nave con los pasajeros se desacopla de la nave nodriza, que regresa a tierra firme para reutilizarse, mientras que la tripulada continúa su vuelo empleando su propio motor. A partir de ese momento es cuando comienza el vuelo suborbital propiamente dicho con velocidades que pueden llegar a los 10.000 kilómetros por hora; unas 8 veces la velocidad del sonido.
Gracias a esta velocidad, la nave podría cubrir trayectos como de Madrid a Sídney en hora y media, de la capital de España a Nueva York en 50 minuto o de Murcia a Johannesburgo en una hora. Teniendo en cuenta la aceleración y la frenada. En esta última fase del vuelo, nuevamente la nave se coloca verticalmente y aterrizará de esta forma. En el vídeo no se muestra el desembarque del personal, que debería de estar totalmente tumbado, ni el proceso de acople de otra nave nodriza.
Todo lo relacionado con la industria hipersónica en China está rodeado de un halo de misterio muy denso. La información de Space Transportation se encuentra exclusivamente disponible en chino y los detalles técnicos o mínimamente precisos brillan por su ausencia.
Por el momento, tan solo se conocen los planes a corto plazo de la compañía, quienes afirman querer comenzar a realizar las primeras pruebas en tierra firme de la nave hipersónica en el año 2023, un primer vuelo en 2024 y un vuelo tripulado en 2025. Según la compañía, planean realizar el primer vuelo comercial en 2030. Un calendario realmente apretado teniendo en cuenta que aún no han cumplido los 4 años.
Y es que China se ha convertido en uno de esos países en entrar en el selecto club de lo hipersónico. Hace unos meses se desveló que el gigante asiático había lanzado un misil de esta categoría sin que ningún ejército ni agencia de inteligencia del mundo se diera cuenta. De hecho, salió a la luz 3 meses después.
Las iniciativas —que se conocen públicamente— en el terreno de lo hipersónico son numerosas con programas llevados a cabo tanto por entidades públicas como el CASC (su agencia espacial) como por empresas privadas.
Frente a SpaceX
Aunque el sistema de lanzamiento de la nave de Space Transportation es realmente novedosa, a Elon Musk ya se le ocurrió hace unos años la posibilidad de emplear sus naves espaciales para realizar trayectos dentro de la Tierra.
Si todo sale según lo ha planeado SpaceX, la nave Starship será la encargada de unir ciudades como Los Ángeles y Nueva York en solo 25 minutos o un trayecto entre Londres y Hong Kong en 34 en vuelos suborbitales. Exactamente la misma que tiene como misión llevar nuevamente humanos a la Luna y que todo apunta que hará lo propio con los primeros vuelos a Marte programados para los próximos años.
La compañía espacial de Elon Musk, de momento, no ha fijado fechas de las primeras pruebas como sí han hecho los chinos. Dependerá fundamentalmente de cómo vaya el desarrollo de la nave Starship y del lanzador utilizado.
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