Cuando el mundo de los yates de lujo para millonarios no es suficiente, llegan los submarinos privados. Estas pequeñas naves sumergibles han tomado funciones principalmente científicas, como el submarino que está investigando en Canarias, o bien militares como el S-80 que se incorporará dentro de un tiempo a la Armada de España. Pero ahora también se posicionan como un divertimento o atracción turística más a tener en cuenta.
Uno de estos submarinos de uso privado es el Nemo 2 fabricado por la compañía neerlandesa U-Boat Worx. Que ataca directamente a la gama de entrada de este tipo de sumergible a mitad de precio que sus competidores y que, además, se puede transportar incluso en un remolque por carretera.
El Nemo 2 se acaba de presentar mediáticamente en Curaçao, donde la compañía tiene sus instalaciones de entrenamiento y de servicio oficial para la zona del Caribe. "Esta será la primera producción en serie de un sumergible", declaró Roy Heijdra, jefe de marketing de U-Boat Worx, a Robb Report. "Ya se han vendido los 10 primeros en salir de la línea".
Minisubmarino barato
El secreto del éxito del Nemo 2 es un precio de partida que se queda alrededor del millón de dólares, aproximadamente la mitad que sus competidores más directos de la categoría de submarinos compactos. Estas dos características se unen para hacer un sumergible no solo apto "para los ricos y famosos", comenta Heijdra. Quien también apunta a que se puede guardar en yates de menos de 30 metros de manga.
En cuanto a especificaciones, el submarino mide 2,8 metros de largo, 2,31 de ancho y 1,55 de altura con 2.500 kilogramos en la báscula. También es capaz de descender hasta 100 metros de profundidad a una velocidad de 5,5 kilómetros por hora que consigue gracias a 4 motores eléctricos capaces de estar funcionando durante 8 horas. "Los propietarios de yates querían submarinos que pudieran llegar mucho más profundo cualquier cosa en el mercado en ese momento", ha comentado.
"Pero ahora nos hemos desarrollado hasta el punto en que podemos hacer un sumergible relativamente asequible para un público mucho más amplio". El montante que tiene que pagar un comprador es de 1,02 millones de dólares para la versión de un único asiento, mientras que para obtener 2 asientos hay que de desembolsar 1,1 millones.
La lista de equipamiento opcional es bastante amplia y el color uno de los extras que permiten la personalización. El blanco es el único gratuito de toda la paleta y elegir uno personalizado aumenta el montante en 35.000 dólares.
Otros accesorios disponibles son una sonda, un brazo manipulador, un paquete de navegación que proporciona coordenadas GPS a la consola del timón y un sistema para atravesar aguas turbulentas. El equipamiento básico tan solo dispone de un par de focos y reflectores.
La zona de los pasajeros está compuesta por una única cúpula acristalada y una zona de mandos que bien podría ser el control de un videojuego. Para el interior U-Boat Worx recurre al cuero en los asientos que se acompañan con pequeñas pantallas LCD para la navegación submarina. "Simplificamos la ingeniería para que sea muy fácil de operar", comenta Heijdra.
El sumergible Nemo 2 cuenta también con un apartado de telemetría "basada en el mundo de los helicópteros". Los registros de la nave se envían automáticamente a un servidor "para que sepamos cuándo es el momento de repararlo" o realizarle algún mantenimiento.
El rival español
Uno de los rivales del Nemo 2 viene de la mano de la compañía estadounidense Triton, que cuenta con una planta de ensamblaje en Barcelona. Esta compañía tiene en su carta de productos submarinos muy similares al Nemo neerlandés como el Triton 660/2.
Se trata de uno de los submarinos privados más pequeños del mundo con capacidad para llevar a un par de ocupantes. Al igual que el Nemo, está especialmente concebido para llevarlos de complemento en los grandes yates de lujo con capacidad para acarrear embarcaciones pequeñas.
La gran diferencia es que el barcelonés es capaz de sumergirse a 200 metros de profundidad gracias a su sistema de 4 motores eléctricos. En cuanto a la autonomía, el Triton se queda en 6 horas por un precio que ronda los 2 millones de euros.
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