La invasión de Rusia a Ucrania no solo tiene trascendencia en el terreno político, económico o militar, sino que también afecta a sectores como el de la ciencia y más concretamente la exploración espacial. Esto ha llevado a la Agencia Espacial Europea (ESA), en la que participa España, a suspender la misión ExoMars que tenía previsto levantar el vuelo hacia Marte este mismo verano a bordo de un cohete ruso.
Aunque desarrollada casi en su totalidad dentro de la Unión Europea, la misión requería de una estrecha relación con la agencia espacial rusa Roscosmos que se encargaría de lanzar el cohete rumbo al planeta rojo y también de proveer de un módulo de descenso hacia la superficie. "Como organización intergubernamental con el mandato de desarrollar e implementar programas espaciales respetando plenamente los valores europeos, deploramos profundamente las víctimas humanas y las trágicas consecuencias de la agresión contra Ucrania", afirma la ESA en un comunicado.
El rover Rosalind Franklin, protagonista de la misión ExoMars, tendrá que esperar en tierra firme mientras la fecha de lanzamiento prevista para septiembre de este 2022 se aleja indefinidamente. El Consejo de gobierno de la Agencia Espacial Europea, tras reunirse en París, ha dictaminado que es imposible cooperar actualmente con Roscosmos en la misión ExoMars y la necesidad de realizar un "estudio industrial acelerado para definir mejor las opciones disponibles para implemenar la misión".
Debido a las ventanas de lanzamiento con Marte, la pérdida de la oportunidad de septiembre de 2022 retrasa al 2024, como pronto, el lanzamiento de una misión que estaba totalmente lista. Aunque "2026 es lo más realista, pero incluso esa fecha será un reto", ha declarado Josef Aschbacher, director general de la ESA. Debido principalmente a la necesidad de readaptar una buena parte de la cápsula de lanzamiento donde va el rover al nuevo lanzador.
Este movimiento viene tras el abandono de los ingenieros y técnicos rusos que estaban destinados en el Puerto Espacial Europeo en la Guayana Francesa, "pausando" así todas las misiones y lanzamientos pendientes a bordo de las naves Soyuz. Los afectados son, esencialmente, dos misiones de lanzamiento de satélites de geoposicionamiento Galileo, la nave espacial Euclid para la investigación de la materia oscura, la nave EarthCare para la evaluación del impacto de los aerosoles en la Tierra y un lanzamiento extra que la ESA no detalla.
"El director general de la ESA ha iniciado una evaluación sobre posibles servicios de lanzamiento alternativos para estas misiones, que incluirá una revisión de los primeros vuelos de explotación del Ariane 6", comentan desde la Agencia. Este replanteamiento se enviará a todos los Estados miembro de la Unión Europea junto con las necesidades de la ESA.
Sin cambios en la ISS
Estos últimos días se ha hablado en múltiples ocasiones de la posibilidad de que Rusia dejara a bordo de la Estación Espacial Internacional a un astronauta estadounidense que debería regresar a la Tierra a bordo de una nave Soyuz. Algo que Roscosmos no tardó en desmentir anunciando que los planes de viajes continúan igual que antes de la invasión de Ucrania.
Una política muy similar a la que sigue la Agencia Espacial Europea. En el mismo comunicado, ha anunciado que el programa de la ISS "continúa operando nominalmente". El objetivo principal es continuar con las operaciones seguras de la ISS, incluido el mantenimiento de la seguridad de la tripulación.
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