Aunque la película Don't Look Up, disponible en España para su visionado en Netflix desde hace meses, sea una ácida sátira de la sociedad política actual, reavivó en muchos el miedo a los asteroides. Y es que estos son un gran peligro oculto, contra el que los humanos tenemos poquísimas opciones. Por ello, cuando aparecen asteroides como el 2022 AE1, no son pocos los que se echan a temblar.
Este asteroide, que quizás no te suene, fue descubierto el pasado 6 de enero de este mismo año. Se calcula que tiene unos 70 metros de ancho, 3,5 veces un tamaño mayor que el del meteorito de Chelyabinsk y lo más siniestro del asunto es que cuando se descubrió, se calculó una ruta con colisión a la Tierra para el año que viene.
Y aunque afortunadamente los cálculos de expertos posteriores dejaron claro que este meteorito no era ninguna amenaza para la Tierra, el proceso recordó a muchos la importancia de mantener a raya unos cuerpos celestes que podrían volatilizar territorios enteros de la Tierra en unos pocos segundos.
Un asteroide peligroso
Las palabras fueron terribles, ya que cuando se descubrió este asteroide, se catalogó como uno de los más peligrosos de la última década. Y lo peor es que el sistema autónomo AstoOD (Asteroid Orbit Determination), proveniente del Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la Tierra, calculó un posible impacto a futuro en la Tierra.
Un impacto no demasiado lejano: el 4 de julio del año 2023. Y aunque 70 metros sea una cifra que sea rápida de decir, lo cierto es que tiene connotaciones muy turbias. El meteorito de Chelyabinsk, que pobló YouTube durante muchos mese en 2013 al pasar por Rusia solo es un ejemplo; el Bólido de Tunguska, una gran explosión ocurrida en 1908 ocurrida en el río Podkamennaya Tunguska, se cree que lo hizo un meteorito más pequeño que el 2022 AE1. Y este suceso arrasó 2.150 kilómetros cuadrados de bosque con su impacto.
Después de calcular la trayectoria, AstOD calcula dónde se encuentra los objetos marcados basándose en la Escala de Palermo, que calific el peligro potencial de un impacto, incluyendo su probabilidad y el rendimiento cinético del objeto en cuestión. Todo objeto que supere el valor cero de esa escala es un peligro potencial, aunque afortunadamente los objetos que se detectan rara vez se encuentran en estos valores.
Además, aunque se supere el valor positivo de esta escala, en la mayoría de los casos se descarta la probabilidad de impacto. Por ejemplo, el asteroide Atón Apofis 99942 ostenta el récord de la calificación de Palermo con un 1,1, y se llegó a indicar una probabilidad de colisión del 2,7%. Se descartó que al menos durante el próximo siglo este meteorito no supondría un problema para la humanidad.
No obstante, los valores negativos relativamente altos también son importantes, debido a que todo objeto que se encuentre por debajo del -2 en dicha escala, son los que no representan ningún peligro. El 2022 AE1 registró un -1,5 en dicha escala, provocando que organismos como la propia NEOCC activen la red global de telescopios para realizar más observaciones.
Esto provocó que el 2022 AE1 aumentara de riesgo en la escala pasando a -0,66 a principios de enero y para colmo, la Luna hizo que las observaciones no se pudieran realizar en varias semanas. No fue hasta el 20 de enero cuando volvieron a 'cazar' al asteroide, momento en el cual se descartó cualquier posibilidad de impacto. Eso sí, pasará junto a la Tierra en julio de 2023, aunque lo hará a más de 10 millones de kilómetros de distancia de nuestro planeta, aunque el susto no se le irá a los investigadores tan fácilmente.
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