Los aviones que llevan a miles de personas cada día desde España a cualquier otra parte del mundo tienen fecha de caducidad, tras más de 30 años de servicio se retiran y desmontan. Algunos acaban acumulando polvo en los cementerios de aviones, mientras otros son reconvertidos en simuladores o incluso en oficinas como hace esta empresa de Irlanda.
Surgida tras la pandemia, los responsables de esta compañía pensaron en darle una segunda vida a los repuestos de los aviones comerciales con los que ya trabajaban. Decidieron convertirlos en hogares, puntos de venta, salones en un jardín, refugios para bicicletas o incluso, suites para dormir al aire libre.
Las grandes aeronaves comerciales se están desmantelando a un ritmo de 700 al año, pero lo que ya parece una cifra alta, puede ir a más. Se estima que en las próximas décadas se retirarán cerca de 15.000 aviones". De estos aviones obsoletos se acaba reciclando el 85% como mínimo, explican en CNN. Algunas de las salidas que se les da a estos gigantes es convertirlas en otras construcciones como las oficinas que propone Aeropods.
En vez de tener un cobertizo tradicional en el jardín o una terraza acristalada, el fuselaje de un avión de pasajeros puede convertirse en una alternativa que pocos en el vecindario van a tener. Con puertas de doble acristalamiento por un lado para observar el paisaje y con una pared por el otro lado, la estancia puede contar con todo tipo de comodidades.
Aunque por lo general, el interior de los aviones no parece muy espacioso por la cantidad de asientos que hay, más en clase turista, cuando se despeja hay espacio para una cama, varios asientos, y otro tipo de mobiliario.
"La estructura externa principal está hecha de aluminio y el piso es de acero para mayor resistencia y galvanizado para que nos sobreviva a todos", explican desde Aeropods que calculan hasta 10 años de garantía para la estructura. El sistema de fabricación de los aviones hace que la estructura será resistente y requiere poco mantenimiento: "solo necesita limpiar por dentro y externamente, es como lavar un automóvil", aseguran.
La compañía está empezando y, de momento, solo se puede ver en su web un espacio terminado.Quieren enviar estas cápsula a cualquier parte del mundo, pues pueden transportarse mediante un camión. Su precio ronda los 20.000 euros, aunque puede alcanzar los 37.000 euros.
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