Las pequeñas piezas de Lego son algo más que cochecitos y castillos para los más pequeños de la casa, sus bloques de plástico llevan décadas sirviendo de fuente de inspiración para una gran comunidad de fans con ingenio suficiente para construir robots como este.
Cualquier objeto puede ser un buen punto de partida para construir un robot único y sorprender en internet. Por ejemplo, pocas personas verían en un sencillo táper de cristal de Ikea la posibilidad de ser un submarino teledirigido.
Esto es lo que consigue Brick Experiment Channel en un vídeo que vuelve a circular por la red. Hace dos años que este apasionado de la mecánica construyó el submarino, pero varios usuarios lo han vuelto a compartir por Twitter para que otros pueda tratar de replicarlo.
Piezas y montaje
En el vídeo se puede ver cómo lo va montando paso a paso, aunque no explica con detalle la técnica para que funcione, es bastante evidente siguiendo la lista de instrumental y las imágenes. En la caja de descripción del vídeo se comparte cada una de las piezas o componentes utilizados, así como enlaces a algunas webs donde conseguirlas.
Dentro y fuera del recipiente de cristal de 1,8 litros de capacidad hay colocados varios motores XL de Lego, imanes, así como una batería de LiPo de 3,7 V. compartido. Además de estos materiales, se incluyen un mando a distancia y el receptor que debe ir dentro del táper para poner en marcha el submarino improvisado dentro de la bañera o piscina.
Los motores deben ir en cada extremo del recipiente cerrado herméticamente para que no secuela el agua. Con los motores se puede avanzar, pero también retroceder e, incuso, girar, por eso hay dos a un lado y uno solo enfrente.
Los imanes son los que transfieren el movimiento enfrentados a través de las paredes de cristal, una forma muy útil de evitar tener que hacer agujeros por donde podría colarse el agua. Pero no acaba aquí la construcción, también se incluye una videocámara gran angular que sirve de ojo para el equipo y su conductor.
Para que no se quede flotante el robot y se sumerja por completo a una altura adecuada, mete una serie de pesos en el fondo del recipiente. Por supuesto, no puede faltar un muñeco de capitán marino para completar en sumergible.
Prueba y error
Una vez terminado el proceso de desarrollo, falta ponerlo a prueba, momento clave en el que salen todos los fallos. No son muchos, pero es necesario comprobar que la nave se defiende en todas las situaciones. Al principio es necesario cambiar algunas hélices para mejorar el giro.
Otro problema está en la tapa de plástico del táper que se abomba al hundirse a máxima profundidad cuando la presión de la cabina crece más e impide que los motores puedan impulsar el robot de nuevo a la superficie. ¿Solución? poner una malla de bloques de Lego para mantener fija la tapa de plástico.
Ya está listo para jugar con él por toda la piscina y usarlo como cámara acuática para este verano grabar las mejores tomas. El canal de Brick Experiment Channel cuenta con proyectos como este con los que poner a prueba cualquier experto en mecánica.
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