Serán las 20:26 de este miércoles cuando un cohete de SpaceX despegue desde Cabo Cañaveral llevándose consigo un satélite diseñado, desarrollado y fabricado íntegramente en España. Detrás de esta nada fácil misión se encuentra la madrileña Aistech Space, que lleva en el sector aeroespacial desde que en 2015 presentara, con mucho éxito, sus proyectos a la Agencia Espacial Europea (ESA).
"Les gustó nuestra propuesta y nos incluyeron en su programa de aceleración de empresas", ha comentado a EL ESPAÑOL - Omicrono Guillermo Valenzuela, CEO y fundador de Aistech Space. Dando así el pistoletazo de salida a una compañía pionera. La aproximación que plantearon tuvo una parte científica con el objetivo de obtener imágenes térmicas de la Tierra y otra parte más tecnológica con sistemas de vigilancia de tráfico aéreo.
Aistech cuenta actualmente con un par de satélites en órbita dedicados a detectar aeronaves en los lugares donde la cobertura radar es inexistente. Pero el lanzamiento de este miércoles viene a inaugurar una nueva constelación dedicada a "tomar la temperatura al mundo para saber qué le duele".
Además de la sede en Madrid, disponen de un centro de investigación y desarrollo en Barcelona y una oficina en Vigo para gestionar todo lo relacionado con el software. "También tenemos una filial en Reino Unido para desarrollar el mercado de aviación".
Constelación térmica
El Guardian1 tiene el objetivo de sacar fotos a lo largo y ancho del planeta para que luego Aistech las venda. El objetivo es situarse en una órbita baja polar a 550 kilómetros de altura, es decir, pasar por encima de los polos cada 90 minutos. "Como el planeta va girando, puede ver cualquier parte del mundo. Aunque solo pasa dos veces al día por el mismo lugar".
Este satélite será es el primero de su serie en contar con una cámara térmica y también será el encargado de inaugurar la constelación. "Aunque ya estamos trabajando en la siguiente generación, con una sensórica más avanzada". El desarrollo de esta primera versión comenzó hace unos 3 años, con una actividad de investigación muy importante en la compañía.
"Seguimos la filosofía del sector de la automoción. Es decir, desarrollamos y diseñamos el satélite, hacemos todo el concepto de misión, determinamos aquellos componentes más adecuados y los compramos", apunta. Una vez integrado, Aistech también se encarga de buscar un proveedor de lanzamiento —en este caso SpaceX de Elon Musk— y de su operación una vez en órbita.
El primer satélite que lanzaron también fue de la mano de SpaceX y han cerrado un acuerdo más para poner en órbita 4 satélites adicionales entre enero y abril de 2023 con la misma compañía. "Es una maravilla lanzar con ellos", comenta. Un equipo de Aistech estuvo en Cabo Cañaveral hace 3 semanas instalando el satélite dentro del cohete Falcon 9.
El Guardian1 tiene una masa de 15 kilogramos y emplea un sistema de paneles solares como fuente elemental de energía. Con ellos desplegados, tiene una longitud de aproximadamente un metro por 30 centímetros de ancho y 15 de grosor. "Como una caja de zapatos grande".
Dispone también de sistemas de control de actitud y apuntamiento. "Por si hay que realizar una foto encima de Madrid, que sea realmente esta ciudad y no en cualquier otra", comenta Valenzuela. Además de las imágenes térmicas, su telescopio multiespectral puede sacar fotografías en el espectro visible y también en el infrarrojo. "Nos permite trabajar en capas, superponiéndolas para conocer dónde hay más temperatura".
El desarrollo de la sensórica y óptica también está realizado por Aistech. El telescopio se ha desarrollado en los últimos 3 años junto con el satélite y "nos permite tener independencia tecnológica de los proveedores. Es único en el mundo tanto por tamaño y las prestaciones". Gracias a él puede identificar, por ejemplo, un incendio que sea 3 por 3 metros o un barco en mitad del mar.
"Contamos con estaciones de seguimiento y control en España, México, Colombia, Sudáfrica, Japón y próximamente en Australia", informa Guillermo Valenzuela. Desde allí se vigilan actualmente los dos satélites lanzados a los que se sumará el del lanzamiento de este miércoles.
"Nuestro modelo está realmente en lanzar una constelación de satélites dedicados a obtener imagen térmica. Con una primera fase de 25 unidades". Este número permitirá a Aistech aumentar el tiempo de revisita de aproximadamente una media hora.
Por ejemplo, en el norte de Canadá, que es una zona con gran riesgo de incendio, "tendríamos cobertura continua con esos 25 satélites". Actualmente se encuentran en pleno proceso de integración de 6 satélites más —2 de imagen térmica y 4 de monitorización de tráfico aéreo— en su sala blanca de Barcelona.
Aplicaciones del Guardian
Por el momento, y tras el lanzamiento del Guardian1, cuatro compañías en todo el mundo tienen la capacidad tecnológica para realizarlo. Hasta ahora, Aistech recibía imágenes de la ESA y de la NASA proveniente de sus constelaciones a las que aplicaba sus propios algoritmos para proporcionar mapas térmicos a sus clientes. Con el aumento paulatino de su constelación, harán lo propio con los datos cosechados por ellos mismos.
Se puede emplear para mejorar la gestión de la agricultura, la del agua, la de incendios forestales... "Es una tecnología muy enfocada en el cambio climático, con el incremento de temperatura del mundo", indica. "Si queremos reducir la temperatura global del planeta lo primero que tenemos que hacer es medirla. Esto lo hacen los satélites de imagen térmica".
Valenzuela explica que actualmente cuentan con clientes muy grandes a través de marketplace que ya disponen de su propia tecnología de análisis y compran imágenes en bruto. Pero existen empresas más pequeñas que buscan directamente informes sobre casos muy concretos. "Imagina que queremos plantar tomates en Nigeria. Hay dos opciones: mandar un ejército de ingenieros agrónomos al país o bien estudiar la zona mediante satélite".
En cuanto a proyectos activos, Aistech se encuentra trabajando con el gobierno de Canadá, el de Andorra y también con algunas comunidades autónomas para la lucha contra incendios forestales, identificando las zonas más peligrosas donde se pueden dar.
Otra vuelta de tuerca es que cada satélite incorpora un sistema de Internet de las Cosas (IoT) bidireccional. "Permite obtener datos de la Tierra captados por sensores en superficie". Por ejemplo, se pueden desplegar sensores que recogen datos en la tierra como la humedad o el pH en un cultivo. Cada vez que pase el satélite por encima, hará una foto con imagen térmica y recogerá los datos de los dispositivos IoT.
"Es nuestro valor diferencial. Existen actualmente empresas que recogen datos IoT y otras dedicadas a la imagen térmica, pero ninguna que combine ambas", comenta el CEO de Aistech. También se puede emplear para el control de las aguas en minería, control de fronteras, entrada de barcos en zonas de exclusión, identificación de actividades ilegales...
Tráfico aéreo
Los primeros lanzamientos de Aistech se produjeron en 2018 y 2019 con sendos satélites para la monitorización del tráfico aéreo. Según ha comentado Valenzuela, actualmente siguen existiendo muchos países —principalmente en África— que no disponen de un ecosistema de radares para el control aéreo.
"A nivel de control de tráfico aéreo tan solo somos 3 compañías en el mundo que proporcionamos la cobertura mediante satélite. Dos norteamericanas y nosotros". El sistema se basa en el protocolo ADS-B que todos los aviones deben llevar activo y que les obliga a emitir dos veces por segundo datos esenciales del vuelo como el callsign, dónde están, a dónde van, de dónde vienen, altitud y velocidad.
Es el sistema que utiliza el sistema anticolisión (TCAS) que todos los aviones comerciales llevan a bordo y que permite un intercambio de información entre ellos para evitar accidentes en pleno vuelo. "Nosotros lo que hacemos es captar estas señales desde el espacio, las procesamos, las bajamos a tierra y las volcamos a una base de datos".
Aistech, para esta rama del tráfico aéreo, se ha centrado en África como una de las zonas donde la cobertura radar tradicional está menos integrada. Teniendo en cuenta la gran inversión que supone cubrir un país completo de radares, "las autoridades aeroportuarias tienen que buscar sistemas más económicos para saber dónde están los aviones". Tantos los que sobrevuelan —y tienen que pagar unas tasas— como los que tienen su destino u origen en su país.
Esta tecnología, basada en la misma de la que se alimenta la famosa aplicación Flightradar24, la emplea Aistech para proporcionar servicios de información de tráfico aéreo de todo tipo. "Estudiar las mejores rutas, saber si un avión ha pasado por una zona con riesgo de ceniza volcánica, obtener modelos predictivos de mantenimiento o datos meteorológicos". Entre otras muchas.
"Ahora mismo estamos en diversos estados de negociación con Tanzania, Kenia, Argelia, Angola y Ghana", comenta Valenzuela. En activo, este servicio de monitorización del tráfico aéreo se encuentra en Uganda.
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