El ingenioso sistema de Madrid para que los autobuses siempre pillen el semáforo en verde
La Comunidad de Madrid utilizará autobuses eléctricos con prioridad semafórica para conectar los nuevos desarrollos urbanísticos con la capital.
15 septiembre, 2022 03:44En España, los autobuses son una de las mejores soluciones para el transporte público. Pero tienen una gran desventaja frente al Metro o el tranvía: al estar integrados en el tráfico rodado, tienen que esperar los semáforos como cualquier otro vehículo, lo que reduce sensiblemente su velocidad media. Pero este problema tiene solución gracias a la tecnología: la prioridad semafórica, que implica que los semáforos se abren y se cierran para dar preferencia a los vehículos de emergencia o, en este caso, los autobuses, es una de las soluciones más importantes para la movilidad inteligente y ha llegado para quedarse.
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Esta es, precisamente, una de las novedades del transporte público que se implantarán en los próximos años en Madrid. El crecimiento imparable de la capital y sus nuevos desarrollos urbanísticos, especialmente el Corredor del Sureste y Madrid Nuevo Norte, son una oportunidad para poner en práctica nuevas soluciones que apuesten por este tipo de tecnologías. Una de ellas es el BuP (Bus de Uso Prioritario), una plataforma de autobuses eléctricos con preferencia en los semáforos. Así lo anunció el pasado sábado la presidenta del ejecutivo madrileño, Isabel Díaz Ayuso, en la primera jornada del Debate del Estado de la Región.
Ante la dificultad y los elevados tiempos y costes de construcción que plantean nuevos tramos de Metro y la necesidad de conectar los nuevos desarrollos con la red de transporte ya existente, la Comunidad plantea este sistema que, "si está bien dotado, puede conseguir tanto frecuencias de viaje como capacidades de transporte público muy importantes, superiores incluso a los de algunas líneas de Metro", según señala Luis Miguel Martínez-Palencia, director del Consorcio General de Transportes, a EL ESPAÑOL-Omicrono.
Cómo funcionará
Los nuevos BRT (Bus Rapid Transit, por sus siglas en inglés) que operarán tanto en el sureste como en el nudo norte circularán en paralelo a las carreteras M-45 y M-50, con paradas que tendrán una distancia entre 300 y 500 metros. Su frecuencia de paso será de entre 3 y 10 minutos y la velocidad media oscilará entre los 15 y los 30 km/h, similar a la del Metro Ligero que opera desde hace años en localidades como Boadilla del Monte o Parla.
Para ello, aprovechará las avenidas o viales principales de ambos desarrollos para establecer un carril exclusivo, tanto de ida como de vuelta, por el que circularán estos autobuses eléctricos que, además, dispondrán de prioridad en las intersecciones gracias a un sistema de preferencia semafórica.
Hay varios sistemas que ofrecen este servicio de prioridad en los semáforos, pero todos se basan en la colocación de sensores de movimiento o presión en determinados puntos de una calle. Así, el sistema de control centralizado sabe en todo momento y en tiempo real los vehículos que circulan hacia una determinada intersección regulada por un semáforo.
Luego, los patrones de paso son integrados en un algoritmo que calcula la velocidad de los autobuses, en este caso, y coordina el cambio de luces en los semáforos integrados en el sistema. La información aportada por los sensores y el seguimiento del GPS de los vehículos puede complementarse además con aparatos de radiofrecuencia de corto alcance instalados en el servidor del semáforo, que aumentan la precisión del sistema.
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En el caso del Bus de Uso Prioritario que operará en Madrid, "todo está conectado a través de sensores. Cuando el autobús se está aproximando a una intersección en la que hay tráfico rodado, los semáforos se cierran para los vehículos que quieren cruzar. Para eso hay unos sistemas de comunicación que relacionan la plataforma por la que circula el autobús con los semáforos, gracias a unos dispositivos colocados en el suelo. Son una especie de balizas que registran el paso de los buses y cierran o abren los semáforos en función de su cercanía o lejanía", explica Martínez-Palencia.
Así, este sistema inteligente se coordina para que los autobuses puedan avanzar de parada en parada sin interrupciones, ahorrando tiempo a los viajeros del transporte público y, al menos en teoría, sin perjudicar en exceso a los vehículos privados.
La prioridad semafórica se utiliza normalmente en los trazados urbanos con tranvías, como el Metro Ligero que opera en Boadilla del Monte o Parla. Pero también se ha puesto en práctica en los últimos años en algunos barrios y ciudades de España, con desigual resultado.
En el caso de Zaragoza, por ejemplo, se realizó una prueba piloto en 2018 en el Paseo Sagasta, una de las principales avenidas de la ciudad aragonesa. Tras seis meses de recopilación de datos, se suspendió el servicio porque en lugar de agilizar el tráfico lo había congestionado aún más.
Tras el fracaso de la iniciativa, el consistorio llegó a una conclusión muy clara: para que funcione eficazmente, es necesario que los autobuses tengan su propia plataforma reservada, como sucede en Vitoria, donde el Bus Eléctrico Inteligente (BEI), está teniendo una gran acogida. El proyecto de Madrid apuesta precisamente por un sistema similar, una red de autobuses BRT que aprovechen la calzada exclusiva y la prioridad semafórica para ofrecer un servicio rápido y eficiente.
Qué son los BRT
Los Bus Rapid Transit o, en el caso de Madrid, Bus de Uso Prioritario, son autobuses de gran capacidad que, en lugar de circular por un carril bus situado a la derecha de la calzada o por una vía de servicio, utilizan una plataforma central en ambos sentidos donde se suelen ubicar las paradas.
“No serán como los autobuses de línea habituales que vemos por Madrid, los azules de la EMT", advierte el director del Consorcio General de Transportes de Madrid. Esos buses convencionales suelen tener 12 metros y capacidad para 80 pasajeros, mientras los articulados que operan en la EMT llegan a los 18 metros y los 120 pasajeros de capacidad. "Los BRT que circularán por Madrid, además de tener un carenado especial que los alejará del aspecto habitual que tienen los autobuses, podrán irse a los 24 o 30 metros, con una doble articulación y una capacidad que llegará hasta los 250 pasajeros”.
Las características básicas de estos servicios son que son frecuentes y fiables, con intervalos regulares a distintas horas del día, paradas distintivas con alta capacidad para que los pasajeros puedan esperar sin aglomeraciones y la ya comentada prioridad en las intersecciones.
Además, para hacer más fluida la subida y bajada de viajeros, la plataforma suele estar al mismo nivel que las puertas del autobús, lo que elimina barreras y escalones, y el pago se hace previamente a través de una app específica o por medio de sistemas de pago automático en las estaciones. Eso podría reducir el tiempo de cada parada a unos 15 segundos, algo fundamental para agilizar el servicio y hacerlo realmente competitivo.
Los BRT llevan utilizándose desde los años 70 en distintas ciudades del mundo, especialmente en Estados Unidos y América Latina. En España hay líneas con características similares en Castellón o Vitoria, como la mencionada anteriormente, pero lo más parecido a lo que propone Madrid llegará a partir de 2023 al área urbana de Barcelona. Allí empezarán las pruebas en una nueva línea que utilizará exclusivamente autobuses eléctricos con preferencia semafórica para unir Cornellá y Castelldefels.
En el caso de Madrid, como los nuevos desarrollos se están empezando a construir ahora, habrá que esperar hasta 2026 para que comiencen a operar estos BRTs eléctricos con prioridad en los semáforos. En Madrid Nuevo Norte, donde más del 70 por ciento de personas que accedan a la zona tendrán que ir en transporte público (porque no habrá suficientes plazas para aparcar), la plataforma de autobuses rápidos se desplazará en paralelo a la nueva línea de Metro totalmente automatizada, que operará sin conductor y entrará en funcionamiento a partir de 2029.