Los más de 8.000 kilómetros de costa que rodean a España ofrecen un gran potencial en lo que a energías renovables marinas se refiere. Sin embargo, soluciones como la energía undimotriz no han tenido tanta proyección como la solar o la eólica. Esta energía renovable generada con el vaivén de las olas empieza a demostrar su potencial por el mundo con modelos menos invasivos y a recibir más atención en las costas españolas.
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Con diferentes técnicas, esta producción más limpia ya se conoce en Guipúzcoa y en los próximos años dos plantas fijas formarán parte del paisaje de Valencia y Mallorca. Sin embargo, otro proyecto aspira a ser más adaptable y poder trasladar la energía unidmotriz por toda la costa allá donde sea más necesario. La compañía Wave Shell Energy ha demostrado en Australia tras un año de prueba toda la capacidad de su plataforma móvil undimotriz.
De una punta a otra del mundo, esta energía va evolucionando, mejorando su eficiencia y luchando por hacerse un hueco entre las renovables más conocidas. El balanceo de las olas en el mar sirve de fuente constante para generar electricidad las 24 horas del día, pero debe demostrar que puede hacer frente a las variaciones en el oleaje con cada estación y respetar el paisaje para no chocar de frente con el turismo y mantener el título de sostenible.
Undimotriz móvil
En la isla King, situada a unas millas al sur de Melbourne. Una planta eléctrica portátil apareció el 10 de enero de 2021, frente a una paradisiaca playa cerca de una localidad de algo más de 1.700 habitantes. Durante 12 meses, la tecnología de la compañía Wave Shell Energy ha generado las 24 horas del día más de 200 kW de potencia utilizando las olas para activar la turbina en esta plataforma flotante. Para hacerse una idea, una lavadora puede llegar a consumir 2,2 KW en un hogar en España.
Este sistema se ha bautizado como OWC, es decir, oscilación de la columna de agua y sirve como una pequeña gruta en el mar donde se aprovecha el aire que se desplaza con el movimiento de las olas. El mismo sistema, salvo su portabilidad que lo hace único, es el que lleva en funcionamiento una década en Mutriku, Guipúzcoa desde 2011.
Como si de una respiración artificial se tratara, su peculiaridad es una cámara abierta por debajo de la línea de flotación. El vaivén de las olas, provoca que el agua pase por el mecanismo y al retroceder la ola, genera un poderoso vacío, obligando al aire a pasar por una turbina en la parte superior de la cámara. Si alguna vez ha visitado los Hervideros de Lanzarote, podrá imaginarse con más facilidad la secuencia.
El uso de ese bombeo de agua y aire en la superficie promete ser más eficiente que aquellos sistemas que se centran en generar energía solo del agua de la superficie o el fondo marino. La ventaja reside en no tener tanto contacto con agua salada cuando golpea una gran ola, pues todas las partes móviles del equipo se encuentran por encima de la línea de flotación. Esto aumenta la vida útil del dispositivo, evitando la corrosión de la sal.
Por otro lado, la compañía Wave Shell Energy ha optado por hacer uso de una turbina unidireccional, al contrario que proyectos como el del País Vasco, en los que giran en ambas direcciones. El equipo australiano considera que es una solución más barata y duradera.
Pero donde destaca principalmente este proyecto, frente al resto de plantas que se están creando por el mundo, es en su capacidad para desplazarse. El OWC de Wave Shell Energy puede moverse allá donde se necesite al tratarse de una embarcación. Una vez instalado cerca de la costa, al mismo tiempo que comienza a generar electricidad, se utiliza como una planta desalinizadora para producir hidrógeno con el que alimentar a coches.
Tras un año de prueba, frente a la playa de King Island, su mayor reto era obtener resultados óptimos y constantes. Las olas tienen una intensidad diferente en invierno y verano, pero este tipo de plantas deben generar electricidad de forma constante. Los resultados reflejan una "tasa de conversión de la energía de las olas en electricidad en un promedio del 45 al 50% en una amplia gama de condiciones de olas", explican.
Esto se ha conseguido revisando durante el primer año el diseño de la tecnología, mientras las olas iban y venían. La plataforma de King Island permanecerá en su lugar al menos hasta fines de 2022 y, con estos buenos resultados, la compañía se prepara ahora para entrar en producción y llevar esta solución renovable a otras partes del mundo.
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Undimotriz en España
Más veterana es la planta de Mutriku (Motrico) que lleva desde 2011 en marcha generando 296 KW de electricidad. En febrero de 2020, la planta alcanzó los 2 GW acumulados desde su apertura, esto la convierte en la undimotriz más longeva del mundo. Un récord que ha conseguido con 16 turbinas colocadas frente a la playa de este pequeño pueblo guipuzcoano.
Aunque también utiliza la técnica OWC, sus instalaciones son fijas y están en gran parte sumergidas en el agua, a diferencia de la versión australiana que parece más un barco flotando en la costa. Una opción más de las que se empiezan a ver en aguas españolas y cercanas.
Tras este proyecto están surgiendo otros en la amplia costa de España. Valencia y Mallorca son las siguientes en generar electricidad de esta forma. La empresa Eco Wave Power ha anunciado la instalación de una planta en Port Adriano en las islas Baleares, similar a la que ya se puede encontrar en Gibraltar.
En este caso, la tecnología utilizada se sustenta en unos flotadores conectados a un brazo hidráulico. Solo se necesitan olas de medio metro para activar el mecanismo, pero cuando la altura es excesiva en una tormenta, los flotadores se elevan automáticamente por encima del nivel del agua y permanecen así hasta que pasa la tormenta.
"El movimiento de los flotadores comprime y descomprime los pistones hidráulicos que transmiten fluido hidráulico biodegradable a los acumuladores situados en tierra", explica la empresa. Ahí se va acumulando presión que después hace girar un motor hidráulico, y el generador, se pone a producir electricidad.
De vuelta a la península, Valencia hará lo propio en 2023 en el norte del puerto de esta ciudad marítima. La iniciativa bautizada como WEC (Wave Energy Center) es la tercera solución renovable que acogerá España. Una plataforma circular flotante, como un inmenso salvavidas o una argolla, se mueve en la superficie del mar atado por varios cables al fondo marino. Según se deja balancear por las olas, los cables se enrollan y desenrollan en el fondo, activando las turbinas que generan la electricidad.
"El proyecto WEC generará unos 130.000 kilovatios al año, que equivaldrá a reducir en 16 toneladas la producción anual de CO2 de la ciudad", explica la Generalitat valenciana. Mismo objetivo pero conseguido desde diferentes ideas y técnicas. Un abanico cada vez más amplio para unir la energía generada en el mar con los recursos de sol y viento que España ya está aprovechando.