Montaje con los drones Searcher y Raven de la Operación Centinela Gallego Omicrono
Operación Centinela: así son los drones del Ejército que evitan incendios forestales en Galicia
Aeronaves no tripuladas del Ejército de Tierra vigilarán hasta el 30 de septiembre los montes gallegos con el fin de prevenir incendios.
23 agosto, 2022 01:53El verano de 2022 será recordado en España como uno de los más nefastos desde el punto de vista medioambiental debido a los grandes incendios forestales que han arrasado decenas de miles de hectáreas. Castilla y León, Comunidad Valenciana o Galicia han sido unas de las comunidades autónomas más afectadas, donde medios aéreos y terrestres —civiles y militares— se han tenido que emplear a fondo para apagar las llamas. En esta última autonomía, con el objetivo de colaborar en la prevención de incendios, acaba de comenzar la Operación Centinela Gallego 22 que despliega diversos modelos de drones y personal a pie de campo.
[España se quema y estas tecnologías son decisivas para luchas contra los incendios forestales]
Los efectivos comenzaron su labor de vigilancia el pasado día 15 en una operación orquestada por el Mando de Operaciones (MOPS) que finalizará el 30 de septiembre. Prevé una aportación de recursos, tanto de personal como de medios militares, articulada según tres niveles de riesgo: medio, alto y muy alto, vinculados a la gravedad de la situación en cada momento, según un comunicado del Estado Mayor de la Defensa.
La operación se inicia en nivel de riesgo medio, lo que implica un despliegue inicial de 30 patrullas terrestres —3 más que en años anteriores—, 2 equipos móviles de mantenimiento y la presencia de medios aéreos no tripulados. La aportación de la BRILAT es de 25 patrullas, mientras que el Tercio Norte de Infantería de Marina, con sede en la localidad coruñesa de Ferrol, aporta 5.
#BuenosDías
— Ministerio Defensa (@Defensagob) August 16, 2022
130 militares de la #BRILAT del @EjercitoTierra y del Tercio Norte de la @Armada_esp patrullan desde ayer los montes de #Galicia para luchar contra los incendios en la Operación #Centinela22. La vigilancia se intensificará con drones que harán vuelos nocturnos. pic.twitter.com/I3ndMQDy20
La flota de plataformas aéreas no tripuladas de control remoto se compone de modelos Raven y Searcher. Según recogen en el comunicado, estos sistemas detectan posibles puntos de calor y proporcionan las coordenadas exactas de esos puntos, información que se envía a los servicios de prevención de la Xunta de Galicia para su vigilancia, para labores de perimetración y posible evolución de ese foco.
Dron israelí
Israel Aerospace Industries (IAI) comenzó a desarrollar el Searcher en los años 80 para relevar a un par de modelos anteriores que tan buenos resultados habían dado en la Fuerza Aérea del país. La primera versión del dron entró en servicio a principios de los años 90 y la compañía continuó desarrollando y mejorando la plataforma.
Dron IAI Searcher MK II-J del Ejército de Tierra
La primera unidad del Ejército de Tierra se entregó a finales de 2007 con el fin de realizar labores de vigilancia e inteligencia en el destacamento español que en aquel tiempo estaba desplegado en Afganistán. Entró oficialmente en servicio en abril de 2018 teniendo como centro de operaciones la Base de Herat realizando apoyo aéreo al despliegue español y recopilando información.
El modelo elegido por el Ministerio de Defensa de la época corresponde con la segunda versión creada por IAI y aliñada con tecnología española a través de la participación de Indra y EADS-CASA (hoy parte de Airbus Military). Así es cómo se creó el Searcher MK II-J que se encuentra realizando labores de vigilancia sobre el terreno forestal gallego.
Forpost, versión de inteligencia
Los ingenieros de IAI consiguieron aumentar la autonomía de la aeronave hasta las 15 horas con un radio de acción de entre 250 y 300 kilómetros. Eso ha sido gracias en buena parte a un rediseño de las alas y a un nuevo motor de 73 caballos, mucho más eficiente que el instalado en el modelo original, que solo contaba con 47.
La hoja de especificaciones se completa con un techo de vuelo de 6.000 metros y la posibilidad de despegar y aterrizar por sus propios medios. También se incluyen métodos de despegue corto empleando cohetes y sistemas de captura mediante red o descenso asistido con paracaídas.
IAI Searcher
Tiene una velocidad máxima operativa de 198 kilómetros por hora que se acompañan de 500 kilogramos de peso máximo al despegue. De ellos, se reservan 45 kilogramos para el equipamiento extra compuesto principalmente de sistemas de electroópticos como sensores infrarrojos; muy útiles para la vigilancia de incendios dado que pueden detectar focos que acaban de comenzar.
Cuervo
En la Operación Centinela Gallego también está participando una segunda aeronave no tripulada llamada Raven, Cuervo en su traducción directa al español. Se trata de un modelo mucho más pequeño que el Searcher con un sistema de lanzamiento manual y desarrollado por la compañía estadounidense AeroVironment a finales de los 90. Entró en servicio en 2003 y continúa su producción en serie.
Militar sosteniendo el dron Raven
Cuenta con un par de modos de vuelo que le permiten ser controlado remotamente desde una estación en tierra o bien programar una ruta utilizando geoposicionamiento GPS. El Ejército de Tierra adquirió un total de 72 aeronaves que se complementan con otras 9 encuadradas en el Ejército del Aire. Además de en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y de España, se encuentra operativo en Australia, Italia y Dinamarca.
Entre sus funciones se encuentran la de reconocimiento y vigilancia, búsqueda de objetivos, apoyo aéreo a desplazamientos terrestres, evaluación de daños y operaciones en áreas urbanas. Para ello, emplea dos cámaras situadas en el frontal y en un lateral con estabilización óptica y la opción de acarrear sensores infrarrojos.
Soldado estadounidense lanzando el dron Raven
Según recoge el Estado Mayor de la Defensa, cuenta con una autonomía de 90 minutos con un alcance máximo de 15 kilómetros. Dispone de una altitud máxima operativa de 305 metros sobre el nivel del campo y un peso total de 1,9 kilogramos.
