China tiene el dron solar más grande del mundo: 50 metros de envergadura para volar sin límites
Esta enorme aeronave puede operar a 20 kilómetros de altura para realizar tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
8 septiembre, 2022 02:18Hace unas semanas, el enorme dron propulsado con energía solar Zephyr S de Airbus estuvo a punto de superar el récord mundial como la aeronave que más tiempo había estado volando sin interrupciones. Después de 64 días sobrevolando varias zonas del sur de EEUU, México y Belice, Zephyr S acabó estrellándose en Arizona. Ahora es China la que presume de dron solar no tripulado de ala fija, el gigantesco Morning Star 50 (Qimingxing-50 en chino), que acaba de realizar su vuelo inaugural.
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Detrás de este nuevo coloso de la aviación está el principal fabricante de aeronaves de China, Aviation Industry Corp of China (AVIC). La empresa estatal anunció el pasado 3 de septiembre que el primer dron no tripulado del país alimentado exclusivamente por energía solar, había conseguido despegar desde el aeropuerto de Yulin, en la provincia de Shaanxi, al oeste del país. La aeronave despegó y se mantuvo en el aire durante 26 minutos antes de aterrizar en la misma pista y después de que los técnicos comprobaran que todos los sistemas funcionaban correctamente.
El Morning Star 50 es el primer dron de gran altitud y baja velocidad producido por China, un paso crucial hacia la realización misiones que necesiten la presencia de aeronaves durante periodos prolongados de tiempo en el espacio cercano. ¿Y qué es el espacio cercano? La región de la atmósfera terrestre que se encuentra entre 20 y 100 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, donde este tipo de aeronaves podrían, entre otras cosas, sustituir a los satélites en un futuro no tan lejano.
Capacidades
Morning Star 50, al igual que el Zephyr S, es un Pseudosatélite de Gran Altitud (o HAPS, por sus siglas en inglés) que, además de aplicaciones militares y de espionaje, puede abrir la puerta a la conectividad a través de la instalación de antenas de telecomunicaciones.
Ahí, en el punto intermedio entre los satélites y las aeronaves, es donde reside el enorme potencial de estos aparatos, que pueden configurarse con todo tipo de sensórica a bordo, como sistemas electroópticos en cualquier banda. En ese sentido, su operabilidad a una altura superior a los 20 kilómetros durante largos períodos de tiempo es el sueño de cualquier estratega militar: unos ojos invisibles en la estratosfera capaces de detectar cualquier amenaza o localizar objetivos y sin problemas de abastecimiento de combustible.
Al operar a esa altitud (el Zephyr S alcanzó los 23.400 metros), los drones pueden evitar la meteorología adversa e inspeccionar grandes áreas de la superficie, además de estar lo suficientemente cerca de la Tierra como para enviar y recibir datos en tiempo real. Además, a esa altitud tampoco hay nubes que puedan entorpecer el vuelo y el flujo de aire es estable, lo que permite al dron utilizar al máximo sus placas solares para la generación de energía.
El Morning Star 50 tiene un doble fuselaje con seis motores eléctricos accionados por baterías, alimentadas por paneles solares montados en las alas, con las que la aeronave alcanza una envergadura de 50 metros, el doble que el Zephyr S. Como suele ser habitual con los equipos chinos con potencial militar, no se conocen más datos ni especificaciones concretas.
Versatilidad
Zhu Shengli, diseñador jefe del proyecto, aseguró al South China Morning Post que el dron "se beneficiará de los avances científicos y tecnológicos en materiales compuestos, ingeniería aeronáutica y nuevas energías", además de mejorar la capacidad de China "para operar mejor cerca de los océanos".
Así, este "cuasi-satélite" podrá utilizarse para la vigilancia a gran altura, el control de incendios forestales, la inspección ambiental atmosférica, la cartografía aérea, la retransmisión de señales de comunicación y otras tareas. En teoría, serán este tipo de aeronaves las que puedan sustituir a los satélites por su capacidad para realizar misiones de larga duración en la estratosfera.
Las principales potencias ya están desarrollando armas para derribar satélites, por lo que estos sistemas también podrían verse comprometidos en futuros conflictos bélicos. Si se da esta situación, estos drones solares pueden ser un sustituto más barato y fácil de lanzar al espacio cercano, ya que no requieren de lanzamientos en cohetes.
La guerra de los drones
El Morning Star 50 se une a una breve pero contundente lista de UAVs (Unmaned Aerial Vehicle, por sus siglas en inglés) que han alcanzado el espacio cercano. Es el caso del modelo previo de este mismo coloso aéreo, el Morning Star 20, con 20 metros de envergadura y 18,9 kg de peso, fabricado con plástico reforzado con fibra de carbono.
La Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China también opera el dron espía con potencial nuclear WZ-8. Es capaz de volar a más de 5 veces la velocidad del sonido y a 40.000 metros de la superficie, aunque tiene una autonomía limitada.
El mes pasado, China también probó su último avión de combate no tripulado Rainbow-4, impulsado por un nuevo tipo de motor de pistón de combustible pesado y con potencial para utilizarse tanto para operaciones militares como civiles.
Otros países han construido drones con energía solar que pueden elevarse hasta la estratosfera, entre ellos EEUU y Reino Unido. En agosto de 2001, el modelo estadounidense Helios, fabricado por la empresa tecnológica AeroVironment Inc,, estableció un nuevo récord, todavía imbatido, de la mayor altitud alcanzada por un dron impulsado por energía solar: 29.524 metros.