El lanzamiento de la misión Artemis y los planes de la NASA y otras agencias espaciales de lanzar misiones tripuladas a la Luna y a Marte han animado a ingenieros y artistas a proponer futuros hábitats humanos en otros planetas. Hay propuestas de todo tipo, desde un gigantesco hotel móvil de Tesla para hacer rutas turísticas en Marte hasta la colonia espacial japonesa que replicará la gravedad terrestre para que los humanos puedan vivir en la Luna. A estas hay que sumar una nueva idea que apuesta por crear cápsulas hinchables para dos personas que se conectarían para crear una comunidad.
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Los estudios de arquitectura británicos Hugh Broughton Architects y Pearce+ han colaborado con las artistas Ella Good y Nicki Kent para crear este edificio hinchable que explora cómo se podría vivir en el planeta rojo. El sorprendente refugio, ubicado en el centro de Bristol de manera temporal, es la culminación de un proyecto artístico de siete años para imaginar cómo se viviría en Marte.
Aunque la idea inicial parte de Good y Kent, la ayuda de Hugh Broughton Architects ha sido fundamental en el diseño definitivo de este edificio inflable de exterior dorado. Y es que este estudio tiene sobrada experiencia en proyectar centros de investigación científicos en la Antártida, un ambiente extremo con algunos puntos en común con la superficie marciana.
Un refugio habitable
La parte principal de este hábitat se compone de una estructura hinchable que haría las veces de parte superior de la casa en Marte, la que contendría las zonas habitables además de una sala de cultivo hidropónico. Este espacio serviría para que los colonos pudieran producir sus propios alimentos frescos. Todo el habitáculo estaría relleno de piedras marcianas o regolitos, que protegerían a los astronautas de la alta radiación del planeta.
Mientras, el contenedor de transporte inferior representa las demás dependencias de la casa, situadas bajo tierra. Ahí estarían las zonas de dormir y los aseos, que podrían construirse aprovechando los túneles de lava existentes en el planeta rojo. Cada una de las cápsulas, con capacidad para dos personas, podría conectarse con otras semejantes para formar una verdadera colonia humana.
"Se trata de promover el debate", aseguró el fundador de Hugh Broughton Architects a Dezeen. "Queremos que esté lo más basado posible en la realidad, pero sin excluir la posibilidad de plantear muchas preguntas sobre cómo le gustaría a la gente vivir en Marte".
Para determinar la forma final de Martian House, el equipo consultó a científicos espaciales de la Universidad de Bristol. Ellos fueron los encargados de detallar todas las especificaciones técnicas que debería tener un refugio espacial de este tipo. Esas indicaciones fueron tomadas en cuenta sobre todo en cuanto a la protección contra la radiación cósmica y solar, además de los niveles de aislamiento necesarios para soportar las bajas temperaturas marcianas, que por la noche pueden llegar a 129 grados bajo cero.