El tráfico rodado es el principal responsable de las emisiones de dióxido de nitrógeno en el aire de los últimos años, según la AEMA. Hasta que los coches eléctricos se impongan al resto de vehículos, los cuales estarán prohibidos en España en 13 años, pueden ser de ayuda inventos como este para convertir cualquier coche de combustión en un vehículo limpio de cuyo tubo de escape solo sale oxígeno y vapor de agua.
[El invento español para que los coches limpien de contaminación el aire mientras circulan]
La Unión Europea va a prohibir los motores de combustión en 2035, afectando incluso a los modelos híbridos. Ante esta decisión se puede pensar que los motores de gasolina y diésel están acabados, al menos en los países miembros de la UE, pero hay quién aún cree que mientras sigan circulando es posible reducir su impacto en el medioambiente.
Laurent Geulin, empresario francés director de la compañía Conception avec Intelligence Artificielle (CIA), ha diseñado un dispositivo que captura las partículas y el dióxido de carbono CO2 resultante de la combustión. Un sistema similar se usa en la industria a gran escala, pero aplicado a los vehículos puede reducir drásticamente las emisiones del tráfico actual, tal y como han expicado a EL ESPAÑOL-Omicrono.
Capturando la contaminación
El Compact Carbon Catcher (CCC) creado por esta empresa francesa consiste en una caja que retiene el CO2 y las partículas finas que emite el combustible al quemarse en los motores. El aparato se acopla directamente en la salida del tubo de escape para limpiar los gases antes de mezclarse con el aire de la calle. Cuentan con dos prototipos uno para el interior del vehículo y otro para usar desde el exterior.
El invento de Geulin se inspira en equipos industriales que ayudan a reducir las emisiones de centrales eléctricas, refinerías y otras industrias. Estos gigantes utilizan lo que se conoce como CCUS, depósitos de captura, utilización y almacenamiento de carbono.
Mitsubishi ha presentado este mismo año unas unidades de captura de carbono de tamaño pequeño o mediano que pueden secuestrar hasta un 95% de CO2, pero enfocados a reducir el impacto emitido por los pequeños incineradores de empresas de menor tamaño e impacto.
Sin embargo, estos sistemas no llegan al consumidor que con su coche de combustión también contribuye al cambio climático. Aquí es donde reside la importancia de la innovación de este empresario francés. Asegura su inventor que su diseño se puede adaptar a una amplia gama de vehículos, ya sean coches particulares, hasta camiones de gran tamaño, barcos o incluso generadores. Incluso está valorando adaptarlo al pequeño motor de las motocicletas.
Coches más limpios
Cuentan con dos prototipos, el primero es una caja de menor tamaño que se coloca en el hueco de la rueda de repuesto, mientras que el segundo es de mayor tamaño, de 10 metros de largo. El sistema limpia el aire que sale del coche antes de que llegue al exterior y contamine el aire de la calle. Esta es una de las técnicas más populares, pues es más fácil capturar las partículas y el dióxido de carbono antes de que se pierda y distribuya en la atmósfera.
La comunidad científica aún está estudiando técnicas con las que limpiar el aire libre de esta contaminación. En Islandia, una central convierte 4.000 toneladas métricas de CO2 del aire en piedras. El CO2 recogido por los filtros se caliente para mezclarlo con agua y limpiar el filtro que se usa nuevamente. El dióxido de carbono se deposita bajo tierra para que se mineralice y convierta en piedra.
De forma periódica, la empresa francesa ha explicado a EL ESPAÑOL-Omicrono que sus prototipos deben rellenarse con los agentes activos que separan la contaminación del aire. Además, es necesario drenarlo para sacar el carbón acumulado durante varios procesos. "Después de la transformación química, el carbono se ha combinado en una nueva molécula, un material potencialmente reutilizable" aseguran a este periódico.
Durante las pruebas con un pick-up que generaba 270 gramos de carbono en cada kilómetro, el CCC consiguió rebajarlo a 49 gramos en carretera. También realizó una demostración para la radio France Bleu Gironde en la que se pudo comprobar que el vehículo no emite ningún olor de diésel, el coche solo emite oxígeno y agua.
Esta opción convertiría a los vehículos de este tipo de combustible en los más limpios junto a los modelos eléctricos. Aseguran que el aire que sale del tubo de escape tiene una calidad superior que la del aire de la calle.
De laboratorio a la calle
La inversión en los vehículos eléctricos de la industria augura que en el futuro acabarán desapareciendo los modelos diésel, por lo que la idea de invertir en productos como este parece tener poco recorrido. Sin embargo, mientras tanto, hasta que ese futuro con menos gases de efecto invernadero llegue podría ser de gran ayuda.
Explica al periódico francés Sudouest que su proyecto se ha topado con la negativa del sector, más interesado en la inversión de coches eléctricos para el futuro que aplicar soluciones limpias actualmente. La empresa quiere que su invento sirva para rebajar el impacto que tiene el tráfico a día de hoy y niega que sean defensores del uso de combustibles.
El inventor ha conseguido la aprobación judicial para poner en marcha su invento dentro de la industria automovilística. Según explica a medios locales, de momento está en conversaciones con el fabricante alemán Bosh y también con Time for the Planet, una organización que ayuda a financiar innovaciones que luchen contra el cambio climático.