La energía eólica es una de las principales fuentes de generación eléctrica en España, donde hay instaladas un total de 21.574 turbinas. Unos aerogeneradores que han ido evolucionando con el paso del tiempo, incluso dejando modelos para el hogar como uno que se puede montar en casa por menos de 135 euros u otro que es un 50% más potente que las placas solares y ocupa menos espacio. Ahora, unos estudiantes han dado un paso más allá y han creado un aerogenerador portátil con el que pretenden proporcionar energía a las comunidades aisladas de Kenia.
Douglas Macartney, un estudiante escocés, ha presentado un aerogenerador plano con el objetivo de mejorar el acceso a la energía haciéndola más asequible, fiable y con bajas emisiones de carbono. Un dispositivo que diseñó en 2018 cuando apenas tenía 15 años de edad y que, desde entonces y con la ayuda de varios equipos de ingenieros de la Universidad de Glasgow Caledonian (GCU), se ha ido desarrollando hasta convertirse en un prototipo viable.
El aerogenerador, que se puede instalar sin necesidad de contar con una formación especializada, está pensando para ayudar a aquellas zonas que se recuperan de catástrofes naturales y suministrar energía a los asentamientos rurales alejados de la conexión a la red. Una turbina que se mostró por primera vez en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de 2021 celebrada en Glasgow. Un año después, sus responsables ya trabajan para llevarla a varias comunidades de Kenia, en África.
Ikea como inspiración
Macartney, que en la actualidad tiene 19 años y es estudiante en la Universidad de Cambridge, se inspiró para el concepto original de su aerogenerador portátil en una vivienda para refugiados creada por el gigante sueco de muebles Ikea. Aquel diseño, llamado Better Shelter, se podía montar en sólo cuatro horas y tenía una capacidad para cinco personas. La estructura tenía un marco de acero con paneles de polímero ligero y un panel solar en el techo para alimentar una lámpara.
Además, las piezas de montaje se enviaban como si fuese cualquier otro mueble que se compra en una de las tiendas de la empresa sueca. "Ikea construyó este refugio de paquetes planos -que se fabrican en piezas planas y se diseñan para ser ensamblados rápida y fácilmente- y me gustó mucho su simplicidad. Pensé en hacer lo mismo, pero con algo que tuviera un uso energético en un campo de refugiados", ha señalado Douglas Macartney en un comunicado publicado por la GCU.
Macartney ha explicado que "trabajar durante este tiempo con el equipo de la GCU ha sido genial" y que "ha sido increíble" ver cómo su idea sobre el papel se ha terminado convirtiendo en un prototipo totalmente funcional. "Se ha desarrollado mucho más de lo que yo hubiera creído posible cuando se me ocurrió el diseño", ha asegurado el estudiante escocés.
Se espera que la turbina eólica algún día se produzca en masa para generar electricidad para los campos de refugiados donde no hay acceso a una fuente de energía para cocinar o para tener luz. Por ahora, el dispositivo ha sido concebido para generar la electricidad suficiente para alimentar una luz y dos enchufes USB en una zona de ayuda a la catástrofe o en un campo de refugiados, pero la idea es aumentar esa potencia para poder dar mayor autonomía a quienes allí viven.
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"La suma de los paneles solares, que le otorgan energía extra, se inspiró en parte en la idea original de Douglas y, por otra parte, en los comentarios de un socio de la oferta de investigación de Innovate UK. Todos nuestros cálculos demuestran que el concepto es viable. Es una idea brillante", ha explicado en el comunicado Andrew Cowell, profesor titular de la Universidad de Glasgow Caledonian e investigador principal del proyecto.
Un sistema autónomo
Macartney ha apostado por un sistema de paquetes planos para hacer más factible su implantación en zonas rurales y porque podría reducir los costes de instalación y transporte y también de energía, ya que es una tecnología autónoma y no está conectada a la red eléctrica.
La idea de la Universidad es la de formar a las comunidades locales tanto en el montaje como en el uso del dispositivo y, en última instancia, fabricarlo localmente. El objetivo que se han fijado para el aerogenerador en Kenia es el de ayudar a generar un crecimiento económico sostenible y una educación que permita transformar las vidas de los ciudadanos.
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El proyecto, que se llamará Aganza Africa -en suajili Aganza significa "dar luz, iluminar, brillar"-, está previsto que comience el 1 de marzo y que se prolongue durante doce meses, entre los que se incluyen unas pruebas sobre el terreno en lugares específicos de Escocia y Kenia.
Para hacerlo posible, la Universidad de Glasgow Caledonian se asociará con DeCourcy Alexander, una consultora de innovación sostenible con sede en Londres, y con E-Safiri Charging Limited, una empresa keniana dedicada a la investigación y a las soluciones innovadoras para proporcionar acceso a la energía sostenible.
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