Desde la popularización de tecnologías biométricas como la huella dactilar o el reconocimiento facial, ha habido controversia. En España y en el resto del mundo han surgido voces preocupadas sobre cómo los gobiernos autoritarios a nivel internacional podrían usar dichos avances tecnológicos para reprimir a la población. La última potencia en ser acusada de esto mismo es Irán, que estaría usando esta tecnología para reconocer a las mujeres que están evitando usar el velo.
Desde la muerte de Mahsa Amani, una mujer kurda de 22 años a manos de la llamada 'Policía de la Moral', numerosísimas protestas se han sucedido en todo el país advirtiendo de una rebelión por parte de las mujeres oprimidas. Una buena mayoría están rompiendo la ley que obliga a las mujeres a ponerse el hiyab, y el estado israelí estaría aprovechando el reconocimiento facial para identificarlas.
Así lo cuenta un nuevo reportaje de Wired, que se constituye como, probablemente, el primer caso de un gobierno usando el reconocimiento facial para hacer cumplir una ley relacionada con la vestimenta en consonancia con el género. Lo cierto es que Irán, a finales del 2022, ya anunció que usaría tecnologías de reconocimiento para rastrear a las mujeres ubicadas en el país.
Reconocer a mujeres sin velo
Wired recoge cómo, en una entrevista celebrada en septiembre del año pasado, un alto cargo gubernamental iraní (encargado precisamente de hacer cumplir estas leyes) avisó de que usarían esta tecnología "para identificar movimientos inapropiados e inusuales", y esto lógicamente incluía a las leyes referentes al hiyab.
La tecnología aplicada por el gobierno iraní permitiría identificar a las mujeres comparando las caras, recogidas con cámaras de reconocimiento facial, con bases de datos de identidad nacional. Todo ello para o bien arrestar a dichas mujeres o ponerles multas.
La investigadora Mahsa Alimardani, experta en la libertad de expresión de Irán, recibió informes sobre mujeres en Irán que recibieron citaciones por correo para ser juzgadas por violar esta ley sin siquiera haber interactuado con ningún policía u oficial. Alimardani explica que se están construyendo aparatos de vigilancia digital sistémica y que se están usando datos biométricos, incluyendo efectivamente estos reconocimientos faciales.
Todo se remonta a una base de datos de identidad nacional, que lleva en funcionamiento desde 2015, y que incluye estos datos biométricos. Se usa principalmente para los carnets identificaivos nacionales y también para poder identificar a las mujeres disidentes. Estas mujeres acusadas pueden no solo ir a la cárcel, sino que pueden perder acceso a sus cuentas bancarias, transporte público, etcétera.
Los primeros funcionarios en hacer uso del reconocimiento facial en Irán fueron los de tránsito, para emitir multas y también para notificar a las mujeres iraníes sobre el uso del velo. Se implantó en 2020, y se cree que Irán ha ido extendiendo su uso por más ramas relacionadas con servicios básicos gubernamentales. Parte del equipamiento iraní proviene de China; más concretamente, de una firma llamada Tiandy, especializada en cámaras e inteligencia artificial.
El medio local Enghelabe Eslami recogió en declaraciones de Mousa Ghazanfarabadi, directora del comité legal y judicial del parlamento de Irán, que se aplicarían sistemas de "exclusión de servicios sociales y multas financieras" a las infractoras. "El uso de cámaras de reconocimiento facial puede implementar sistemáticamente esta tarea y reducir la presencia de la policía", con la excusa de reducir los enfrentamientos entre ciudadanos y policía.
Cathryn Grothe, analista de investigación de la organización sin fines de lucro (con respaldo gubernamental del ejecutivo de Biden) Freedom House, asegura que Irán ha ido modificando sus sistemas de vigilancia para pasar de las patrullas físicas e informantes humanos a la digitalización de la vigilancia con sistemas automáticos para marcar objetivos.
Freedom House denuncia que están llegando informes de personas que fueron reconocidas y luego atacadas por las autoridades sin haber interactuado previamente con ningún policía u oficial. La clave está, según Grothe, en que a diferencia de otros tantos países que están intentando implantar la infraestructura necesaria para aplicar estas tecnología, Irán tiene "tanto la voluntad gubernamental como la capacidad física" para ello.
Por el momento, los detalles acerca de la tecnología y el hardware usado por Irán, así como la localización de su infraestructura está envuelta en un hermetismo muy esperado. Por ende, es complicado determinar las prestaciones de dicho equipamiento y sus aplicaciones exactas.