Aunque no es tan accesible como la solar y la eólica, la energía hidráulica -aquella que se obtiene a partir del agua en movimiento- es una tecnología sostenible que se encuentra muy avanzada en España, donde hay aproximadamente 1.300 centrales repartidas por todo el territorio. Una fuente renovable de electricidad que es la más utilizada en todo el mundo y a la que ha recurrido un vecino de Anchorage, en Alaska, para dar luz a 300 casas.
La energía hidráulica se obtiene principalmente en zonas con desniveles geológicos, cauces de ríos y abundantes lluvias, y no emite contaminación a la atmósfera. Para aprovechar la fuerza del agua y generar electricidad se construyen grandes infraestructuras hidráulicas, como la que ha levantado David Brailey, un hidrólogo jubilado alaskeño, en el patio trasero de su casa cerca de Ram Valley, por encima de Eagle River.
Un sistema en el que lleva trabajando más de una década y que desde el 24 de julio de 2021 suministra energía a más de 300 casas de la zona a través de una conexión con la Asociación Eléctrica Matanuska de Alaska. Brailey se encargó de la planificación del proyecto -que tuvo un coste de 1,7 millones de dólares- y de la mayor parte del trabajo físico, aunque contó con la ayuda ocasional de amigos y familiares. Sí contrató a un ingeniero civil para la supervisión y a otros expertos para trabajos especializados.
Energía para 300 casas
David Brailey pagó a una empresa de helicópteros para que trajera los materiales y las tuberías grandes para levantar su proyecto de 300 kilovatios -llamado Juniper Creek- en el patio trasero de su casa, justo en un desfiladero de arbustos debajo del Pico Raina. Una zona en la que instaló una tubería de 18 pulgadas que recoge el agua y la deja caer casi medio kilómetro, en su mayoría bajo tierra, hasta una central eléctrica que gestiona por ordenador y que alimenta con energía a las líneas eléctricas.
En caso de una emergencia u otra necesidad, un sistema de comunicaciones alimentado por energía solar permite apagar el sistema de forma remota. Un manantial que brota de la ladera de la montaña también aporta agua relativamente cálida, lo que mantiene el flujo del sistema en funcionamiento durante todo el año. Además, Brailey también construyó un sendero empinado y en zigzag que conecta todas las estructuras del proyecto.
Una central hidroeléctrica que suministra energía a más de 300 hogares y, en su punto más bajo -en mayo-, da electricidad a 50 hogares, según su creador. Brailey, que ha trabajado como hidrólogo en Anchorage durante 35 años, construyó la central hidroeléctrica de Juniper Creek con un sistema de pasada.
Esto quiere decir que básicamente desvía y toma prestada parte del agua del arroyo, aprovechando su fuerza motriz para dar funcionamiento a las turbinas y generar electricidad, para luego devolverla al río; por lo que no se afecta a los recursos pesqueros río abajo, algo que sí haría una presa.
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"El agua está con nosotros durante dos minutos y luego vuelve al arroyo", apuntó explicó David Brailey al medio Anchorage Daily News. Además, el proyecto no afecta al río, por lo que el Departamento de Caza y Pesca de Alaska decidió que no era necesario contar con un permiso para proteger el hábitat de los animales acuáticos frente a este proyecto. "Como no hay peces presentes, determinaron que no se necesitaba", señaló este alaskeño.
David Brailey también aseguró que su proyecto se amortizará en aproximadamente 15 años desde su puesta en marcha y producirá electricidad para varias generaciones. "Siempre he pensado que tenemos que hacer algo con respecto a las emisiones de carbono y esto se ha convertido en mi propósito en la vida. Hacer algo por mis hijos y por la humanidad en el futuro", señaló.
Sin subvenciones
Uno de los aspectos más llamativos de la hidroeléctrica Juniper Creek, que se ha diseñado de una manera ecológica y con cuidado para proteger los arroyos y cascadas de la zona, es que nunca contó con subvenciones de las agencias estatales y federales del país, aunque su creador aseguró que sí las solicitó. Algo que calificó como "decepcionante", antes de resaltar que todo el dinero de la inversión de este proyecto salió de su bolsillo.
El sistema de este jubilado proporciona una pequeña fracción de la energía utilizada por la Asociación Eléctrica de Matanuska, como indicó Ed Jenkin, jefe de operaciones de la empresa de servicios públicos. "Es algo único, en parte porque una sola persona tuvo la visión y el impulso para hacerlo realidad, en lugar de una empresa de ingeniería o un grupo de ingenieros, por ejemplo", dijo.
Una cooperativa que tiene más de 50.000 socios y que ha conectado a su red otros dos proyectos hidroeléctricos similares. Lo que queda patente es que en la actualidad son cada vez más las personas que están tomando medidas para generar su propia energía renovable, y más teniendo en cuenta el precio cambiante de la luz, como colocar paneles solares en el tejado de casa.
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