Buena parte del mundo está estos días pendientes de la actualidad de Estados Unidos por la imputación del expresidente, Donald Trump, pero antes de la aparición del magnate, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tratado otro tema de rigurosa actualidad, la necesaria regulación de la inteligencia artificial y sus peligrosos usos.
En una reunión con asesores de ciencia y tecnología Biden ha subrayado que las empresas de tecnología tienen la responsabilidad de garantizar que sus productos sean seguros antes de hacerlos públicos. Este debate se ha avivado tras la popularidad de ChatGPT creado por OpenAI y el resto de sistemas de aprendizaje automático que han surgido en los últimos meses capaces de generar contenido casi indistinguible del trabajo de los seres humanos.
Un amplio grupo de expertos y personalidades conocidas firmaron un manifiesto la semana pasada en el que se solicitaba la detención del desarrollo de los grandes modelos de machine learning durante un periodo de 6 meses para analizar las consecuencias de las herramientas que están llegando al público, aunque no toda la comunidad está de acuerdo con esta petición. La creación a gran escala de contenido falso como fotos o texto es uno de los riesgos que han despertado el debate por una regulación a la que ha aludido el presidente demócrata.
Biden ha recalcado los beneficios que esta tecnología ha aportado a la humanidad hasta ahora como el tratamiento de enfermedades y el estudio del cambio climático, pero para el presidente también es importante abordar los riesgos potenciales para la sociedad, la seguridad nacional y la economía.
"Las empresas de tecnología tienen la responsabilidad, en mi opinión, de asegurarse de que sus productos sean seguros antes de hacerlos públicos", ha dicho al comienzo de una reunión del Consejo de Asesores sobre Ciencia y Tecnología del presidente (PCAST), informa Reuters. Sobre si la IA es peligrosa, dijo: "Queda por verse. Podría ser".
[Grave amenaza o aliado de los profesores: así revolucionará ChatGPT el sistema educativo]
Sin entrar a comentar los problemas legales de Trump, el presidente estadounidense ha dicho que las redes sociales ya han ilustrado el daño que pueden causar las tecnologías poderosas sin las garantías adecuadas. "En ausencia de garantías, vemos el impacto en la salud mental y la autoimagen y los sentimientos y la desesperanza, especialmente entre los jóvenes", ha dicho.
En rede sociales también se han visto algunos de los riesgos de herramientas de aprendizaje automático como ChatGPT o Midjourney con la creación de imágenes falsas del papa Francisco o de Donald Trump siendo detenido de forma violenta. Estas propias plataformas han censurado o bloqueado aquellos usos negativos y peligrosos que se han ido detectando mientras los usuarios de todo el mundo exploran sus posibilidades.
Joe Biden ha hecho un llamamiento para que el Congreso apruebe una legislación para poner límites a los datos personales que recopilan las empresas de tecnología, prohibir la publicidad dirigida a los niños y priorizar la salud y la seguridad en el desarrollo de productos. Todo esto sucede al mismo tiempo que el país americano está planteando la posibilidad de prohibir TikTok, red social china con gran popularidad en todo el mundo.
También en Italia han prohibido recientemente ChatGPT alegando a una infracción de la ley europea de protección de datos, GDPR. Otros países como Alemania están valorando una acción similar.
El año pasado, la administración de Biden publicó un proyecto de "Declaración de derechos" para ayudar a garantizar que los derechos de los usuarios estén protegidos a medida que las empresas de tecnología diseñan y desarrollan sistemas de IA. por otro lado, el grupo de ética tecnológica Center for Artificial Intelligence and Digital Policy ha pedido a la Comisión Federal de Comercio de EE. UU. que impida que OpenAI emita nuevos lanzamientos comerciales de GPT-4.