El sector de la construcción es uno de los más contaminantes, tanto a nivel atmosférico como del agua, y es el responsable del 40% del consumo mundial de energía, según datos del U.S. Green Building Council (USGBC). Por eso, desde hace décadas se buscan en todo el mundo, España incluida, alternativas ecológicas como la madera, que también permite acelerar los tiempos de construcción y ofrece grandes resultados a la hora de aislar las viviendas para mejorar su eficiencia energética.
Sin embargo, hay un material aún más barato, cotidiano y fácilmente reciclable, que ofrece unas características únicas para facilitar la construcción y el aislamiento. Hablamos del cartón que, en determinadas configuraciones y con tratamientos específicos, puede ser utilizado para construir las paredes, el tejado, los suelos, los tabiques y hasta las estructuras de un edificio. Este material, que forma parte de nuestra vida diaria y tiene multitud de aplicaciones industriales y en productos de consumo, hasta la construcción de drones capaces de machacar tanques rusos, conlleva innumerables ventajas, sobre todo gracias a su ligereza y sus excelentes propiedades térmicas y acústicas.
En ese sentido, uno de los productos de cartón para construcción que más atención están recibiendo en los últimos años es el cartón alveolar o de nido de abeja. Se llama así por sus estructuras internas hexagonales, similares a las de las colmenas, y es el material con el que trabaja la empresa francesa Bat'IPAC. Su producto estrella son los paneles aislantes de cartón alveolar, con los que se pueden construir casas enteras sin necesidad de hormigón, como la que ha levantado una pareja en el sur de la Bretaña francesa en apenas tres días.
Cartón para construir
El cartón alveolar está formado por revestimientos exteriores de papel kraft, que encierran un núcleo de celdas hexagonales pegadas entre sí para formar una estructura rígida. El material es 100% reciclable, ofrece una gran resistencia a la compresión vertical y tiene una considerable capacidad de carga. Tiene la capacidad de absorber los golpes y es, comparativamente con el peso, más fuerte que el acero.
Para fabricar la estructura de nido de abeja, se cortan intermitentemente las láminas de material, procedente de papel reciclado, de modo que las hendiduras longitudinales se alineen en filas alternas escalonadas. Se aplican tiras continuas de adhesivo lateralmente a través de la cara superior e inferior de las láminas, de modo que cada tira está separada longitudinalmente.
Así se consigue la resistencia de este material y su excepcional rendimiento térmico y acústico, capaz de reducir más de 44 decibelios el ruido exterior. El aire caliente tarda 15 horas en atravesar una pared de 15 cm de grosor de cartón alveolar, frente a las 2 o 3 horas de aislamientos convencionales como la fibra de vidrio o la lana de roca. Eso permite tener temperaturas interiores estables de 24,5 ºC pese al aumento del calor en el exterior.
Estas cualidades son las que han convertido este material en el perfecto candidato para sustituir a los materiales tradicionales en todo tipo de edificios. Así lo pensaron Aurélie Le Clanche y Nicolas Le Dirach, una pareja francesa que se lanzó a la construcción de su casa de 140 m2 en La Vraie-Croix (Morbihan, al noroeste de Francia) utilizando paneles IPAC de 3 metros por 55,5 cm y sin hormigón.
El cartón, dado su escaso peso, no requiere cimientos muy sólidos, lo que reduce significativamente el tiempo y el coste de cualquier construcción. En este caso, Le Dirach y Le Clanche utilizaron un armazón de madera, 18 pilotes metálicos atornillados al suelo y un 80% de cartón alveolar para aislar la casa del exterior. El único problema a resolver era la impermeabilización del cartón, para lo que utilizaron una membrana de plástico reciclado que impide el paso del agua y la humedad.
En Francia, esta alternativa ecológica a la construcción tradicional empieza a extenderse y ya son varios los constructores que han recurrido a los paneles de Bat'IPAC para erigir los muros de casi una decena de casas. Sin embargo, no es la única empresa en los últimos años que ha apostado por el cartón como material aislante para las casas.
En ese ámbito también trabaja Fiction Factory, compañía holandesa que fabrica y comercializa casas modulares hechas a partir de cartón. Se llaman Wikkelhouse y parten de un concepto flexible: utilizan segmentos de 1,2 metros de profundidad que se conectan fácilmente para formar casas de vacaciones, habitaciones de invitados o espacios de oficina en todo tipo de terrenos.
Para fabricarlas, se unen 24 capas de cartón y se cubren con una lámina impermeable y transpirable. El objetivo es obtener una estructura robusta, resistente y capaz de proporcionar un aislamiento óptimo. Otros materiales reciclables, como la madera o el lino, contribuyen a disminuir el impacto en el medioambiente, tres veces inferior al de una vivienda tradicional, según sus responsables.
El revestimiento exterior de madera de pino y el interior de madera contrachapada otorgan una estética muy atractiva y refuerzan las propiedades del cartón. Su montaje es tan sencillo que puede resolverse en menos de dos días y tampoco necesita cimentación: dos losas de hormigón y tres vigas de madera se encargan de elevarla y aislarla del suelo.
Además de la versatilidad (hay Wikkelhouse construidas en jardines, tejados e incluso en el agua), otro de los aspectos más atractivos es su lo reducido de su importe: parten de los 30.000 euros, aunque como se fabrican a demanda, pueden llegar a costar más de 85.000, dependiendo de su tamaño.
El pionero
Uno de los arquitectos que más han indagado en las posibilidades del cartón como material constructivo es el japonés Shigeru Ban, ganador del prestigioso premio Pritzker, conocido como el Nobel de la arquitectura, en 2014. Sus primeros experimentos con tubos de cartón se remontan a 1986, cuando empezó a utilizarlos en tabiques interiores para estructuras temporales y semipermanentes.
Su principal objetivo era proporcionar soluciones habitacionales en caso de emergencia, para ayudar a la reconstrucción tras catástrofes naturales. Su primera casa de este tipo, construida en Yamanashi (Japón) en 1993, tuvo que obtener una aprobación especial para superar el código técnico de construcción del país. Desde entonces, decenas de los proyectos con la firma de Ban incluyen este material tan peculiar, tanto a pequeña como a gran escala.
En estructuras más pequeñas, o para construir separaciones interiores de emergencia, los tubos de cartón funcionan como componentes estructurales baratos y muy rápidos de montar. Como el proceso de instalación se realiza mediante herrajes y bridas, son estructuras muy fáciles de desmontar y volver a montar. Su forma tubular ofrece la posibilidad de utilizarlos para canalizar los sistemas hidráulicos y eléctricos. Además, su instalación sencilla y rápida hace que no sea necesario que la mano de obra sea especializada.
Los tubos de cartón también pueden usarse en el exterior. Para ello, el equipo de Ban los recubre de pintura impermeable y tratamientos ignífugos y los monta de forma que puedan sustituirse fácilmente en caso de deterioro. El mejor ejemplo es uno de sus últimos proyectos, Farmer's Restaurant, construido recientemente en la isla de Awaji, que combina un techo de paja con tubos de cartón estructural. Las columnas y vigas principales del edificio están hechas de piezas de madera de ciprés japonés recubiertas con enormes tubos de cartón.
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