Los otros submarinos Titan: los sumergibles para ricos, la excentricidad que une exploración y lujo
Los submarinos privados se han convertido en el complemento preferido de los dueños de los yates más lujosos y modernos del mundo.
23 junio, 2023 03:14"Los cinco pasajeros del Titan han muerto". Así de rotunda fue la compañía OceanGate pasadas las 21 horas de España, poco después de aparecer restos de la cubierta trasera del sumergible que ha tenido al mundo en vilo en su fallida expedición para ver los restos del Titanic.
La desaparición de Titan cuando iba en busca del pecio del icónico transatlántico ha puesto en el foco a estos sumergibles que se emplean para fines lúdicos en la mayoría de las ocasiones, aunque existen otros formatos que apuestan por las investigaciones científicas. Por sus características técnicas suelen ir acompañados de una embarcación más grande que les sirve de nave nodriza.
Estas naves van más allá del conocidísimo mundo de los yates de lujo, existe también el de los submarinos y batiscafos solo aptos para los bolsillos más abultados. En España este tipo de embarcaciones no son muy conocidas, pero en el mundo existen varias compañías especializadas que los diseñan y fabrican prácticamente a la carta.
Dichos sumergibles no cuentan con sistemas de propulsión muy potentes por lo que su movilidad está muy limitada. Tampoco disponen de grandes baterías que proporcionan una gran autonomía, incluso hay algunos modelos que emplean una conexión —denominada umbilical— con la embarcación de superficie que sirve como base para mantener la comunicación.
"Los yates se ha convertido en plataformas para la aventura", según declaró Craig Barnett, gerente de ventas y marketing de Triton Submarines, a The Times. La incursión de submarinos "es comparable a cuando los helicópteros aparecieron por primera vez en el mundo de los superyates, que fueron vistos como una extravagancia", explicó. Actualmente, raro es la embarcación de lujo que no incluye un helipuerto.
Challenger, de James Cameron
El director de cine estadounidense James Cameron pilotó este submarino en 2012 para alcanzar el abismo Challenger, el punto más profundo que se conoce en el planeta Tierra a casi 11 km de la superficie. De la fabricación del batiscafo se encargó el astillero australiano Acheron Project que lo diseñó para poder soportar la presión de grandes inmersiones —mucha más que el Titan— y realizar al mismo tiempo misiones científicas.
Para este último cometido, integraron una serie de instrumentación para la recogida de muestras y un sistema de cámaras 3D de alta definición. Estas particularidades consolidan al DeepSea Challenger como uno de los batiscafos más completos y también más avanzados tecnológicamente.
Tiene un desplazamiento de 11.800 kilogramos y un formato de operación vertical con 7,3 metros de alto. También incorpora un sistema de 12 propulsores eléctricos con el objetivo de realizar algunas maniobras complejas que le permiten alcanzar una autonomía de 56 horas.
El 'español' Triton
Esta compañía con base en Florida (Estados Unidos), pero con presencia en Barcelona, es una de las más importantes del sector de los submarinos recreativos de todo el mundo. En su catálogo disponen de una amplia carta de sumergibles con diferentes propósitos y cualidades. Uno de ellos incluso se ha diseñado específicamente para resistir una inmersión a 4.000 metros con el fin de realizar visitas al Titanic.
Los sumergibles de Triton se caracterizan por tener una gran cúpula de material transparente y especialmente tratada para no interferir en la visión. Modelos como el 660/2, uno de los más básicos de la gama, permiten inmersiones hasta los 200 metros con dos personas a bordo y 6 horas de autonomía.
Existen otros submarinos de lujo más avanzados que pueden soportar más de 1.000 metros de inmersión "acomodando a un piloto y dos pasajeros", según explican en su página web. "Su interior espacioso, su generosa carga útil y su capacidad para expandirse modularmente" hacen el resto. Este tipo de sumergibles permiten desde la grabación de documentales a realizar inmersiones meramente lúdicas desde barcos.
La gama más avanzada se ha diseñado para realizar inmersiones a cualquier profundidad centrándose en las capacidades puramente científicas. Por ejemplo, el modelo Triton 7500/3 puede descender a más de 2.000 metros o el 36000/2 que ha sido diseñado para bajar a cualquier profundidad del planeta.
Precisamente, el creador de la plataforma de videojuegos Steam, Gabe Newell, tiene en propiedad un submarino de este último modelo y se ha erigido como la única alternativa disponible para llegar de forma tripulada al desaparecido Titan.
Pagoo, de Paul Allen
En un dique seco dentro del Octopus, el yate gigantesco del cofundador de Microsoft Paul Allen, viaja un submarino amarillo denominado Pagoo. Al ser un sumergible único y totalmente personalizado, no existen muchas referencias sobre sus características aunque viendo lo lujoso de la embarcación nodriza seguramente vaya acorde.
Lo único que se conoce es que cuenta con espacio para 10 personas —8 pasajeros y 2 miembros de la tripulación—, puede descender unos 300 metros y pasar 8 horas de inmersión. El Pagoo dispone además con grandes ventanales y un equipo de investigación que le permite realizar algunas labores científicas.
Allen se encuentra actualmente en pleno proceso de cambio del Pagoo hacia un submarino Triton 3300/6 con espacio para 6 personas y 1.000 metros de inmersión máxima a todo lujo. "Los pasajeros experimentarán un nivel de espacio y comodidad nunca antes encontrado en un sumergible".
Super Falcon
Con un concepto totalmente diferente al del resto de submarinos privados, el SeepFlight Super Falcon es lo más parecido a una aeronave submarina. Tiene espacio para dos personas dentro de dos carlingas separadas y rematadas con una cúpula de material transparente.
Este sumergible tiene 1.800 kilogramos de desplazamiento que se reparten en 6 metros de largo por 2,7 de ancho en la zona de las aletas. La primera versión comenzó a probarse en 2008 y la compañía, con sede en San Francisco (Estados Unidos) lanzó un segundo modelo denominado Mark II mejorando el diseño original.
Este último ha sido el elegido por el multimillonario austriaco Dietrich Mateschitz, cofundador de la marca de bebidas energéticas RedBull, para desplazarse dentro de su resort en Fiyi. Integra un propulsor que le permite llegar a los 11 kilómetros por hora sumergido a una profundidad máxima de 120 metros.
Migaloo M5, yate submarino
El Migaloo M5 es un híbrido entre yate y submarino de lujo diseñado por la oficina austriaca homónima. El M5 forma parte de una serie de sumergibles que la compañía ha ido dando a conocer en los últimos años como una alternativa todo en uno.
Este modelo alcanza los 165,8 metros de eslora por 16 de manga y un desplazamiento de 10.000 toneladas. Superando las cotas de submarinos de guerra como el español S-80, que alcanza los 80 metros de eslora y las 3.200 toneladas.
Tiene una autonomía de 15.000 kilómetros con una estancia máxima sumergida de unas 4 semanas a una cota de inmersión máxima de 300 metros. El Migaloo M5 podrá acomodar entre 22 y 34 huéspedes y entre 32 y 40 tripulantes, dependiendo de la configuración elegida por el comprador.
Para conseguirlo empleará un motor diésel eléctrico permitiéndole una velocidad sumergida de 22 km/h y una en superficie de 37 km/h. Ser un yate sumergible no le hace prescindir de absolutamente ningún accesorio como disponer de un par de embarcaciones extras, 2 sumergibles más pequeños adicionales, un dron submarino o un hangar para acomodar un helicóptero.