La tercera ola de calor del verano que está asfixiando Europa se está cebando particularmente con España, donde se están alcanzado temperaturas récord. Es algo a lo que debemos acostumbrarnos, ya que las proyecciones sobre el impacto del cambio climático no son nada halagüeñas para nuestro país. Más allá de las mejoras en la eficiencia de los aires acondicionados, ya se buscan alternativas que no consuman energía, como el invento que enfría habitaciones sin necesidad de usar electricidad o la pintura especial para aislar las casas y hacerlas 'inmunes' a la temperatura exterior.
Otros investigadores y empresas han apostado por soluciones directamente aplicadas a cada individuo, a través de ropa fabricada con tejidos especiales para ofrecer un confort térmico adaptable a diferentes condiciones climáticas. Pero, ¿qué pasa con los pies? Esa es la pregunta que se planteó hace 5 años el ingeniero industrial Bruno Aubert, experto en innovación y responsable de patentes relacionadas con el tratamiento de residuos y la contaminación.
Para encontrar la respuesta fundó la empresa SoleCooler, con la que comercializa Climfeet, unas plantillas diseñadas para enfriar (o calentar) los pies hasta 4 grados, que no necesitan de baterías y funcionan simplemente con la acción de andar o correr. De hecho, tras presentarlas en la feria CES 2023, están disponibles a través de su página web y también en tiendas online como Amazon, con precios que oscilan entre los 79 y los 89 euros y dos años de garantía.
Cómo funcionan
Inicialmente, estas plantillas estaban pensadas para ayudar a personas con enfermedades como la diabetes o la anemia, que suelen tener los pies fríos, y para quienes trabajan en condiciones extremas, ya sea en el exterior o en el interior (en cámaras refrigeradoras). Para ellos ya existían distintos modelos de calcetines calefactables o plantillas térmicas, pero estas funcionan con baterías o con sistemas basados en elementos químicos, que deben recargarse con asiduidad y no suelen cubrir períodos de tiempo superiores a las dos horas.
Por contra, Climfeet es una solución termorreguladora que sólo utiliza la energía mecánica que ejerce el propio pie del usuario al caminar. Pero lo mejor, sobre todo durante estos meses veraniegos de temperaturas sofocantes, es que estas plantillas son reversibles y por el otro lado enfrían los pies en vez de calentarlos.
Su eficacia se basa en algunos de los principios más básicos de la termodinámica. En concreto, Aubert apostó por el conocido como ciclo de Carnot, el mismo que utilizan los aires acondicionados. Las plantillas Climfeet utilizan el pie como motor y el aire como fluido y, para lograr el efecto deseado, cuentan con cerca de 260 bombas de calor en miniatura, formadas por dos celdas o alvéolos con forma hexagonal.
Para reproducir este ciclo termodinámico en una plantilla, los técnicos de SoleCooler idearon y patentaron un proceso que utiliza la presión del pie sobre el suelo en sustitución del compresor. Así, a través de las celdas herméticas de baja compresión por un lado y celdas herméticas de fácil compresión por el otro, unidas por un pequeño orificio cónico, se consigue tanto el efecto de calentar 4 grados como el de enfriar 3,5 grados después de los primeros 7 pasos.
Cuando se utiliza la cara para calentar, al andar el pie activa las celdas, calentando el aire de manera natural. Por su parte, la hiperelasticidad del material (95% silicona y un 5% de cobre) es la que actúa como termorreguladora cuando se utiliza la cara que enfría, ya que que la expansión del aire tras pasar por el pequeño orificio o boquilla reduce la temperatura. Para diferenciar entre ambas caras, una es roja o marrón (la que calienta) y la otra azul (la que enfría) y cambiarlas es tan fácil como darles la vuelta e intercambiarlas entre los zapatos.
Pruebas
Para comprobar la eficacia de las plantillas, Aubert realizó diversas simulaciones por ordenador que mostraban la eficacia de su invento. Con una temperatura exterior de 20 °C bajo cero, consiguió reducir hasta 6 grados gracias a la compresión/expansión provocada por una presión similar a la de caminar.
Pero las simulaciones no eran suficientes y este ingeniero industrial quiso poner a prueba Climfeet en condiciones extremas. Para ello reclutó a 16 atletas y deportistas de éltie, que las probaron en entornos de alta montaña y a temperaturas bajo cero. Según cuenta en su propia web, el 80% de los que probaron las plantillas sintieron un efecto térmico al cabo de unos pocos minutos.
Su diseño funciona en todos los climas, pero está pensado para ser especialmente efectivo con temperaturas extremas: son aptas para trabajar entre -40 °C y 60 ºC. Son lavables con agua y jabón y, según su fabricante, también son muy cómodas, ya que las propias celdas ofrecen una cierta amortiguación y protección frente a golpes.
Ahora, mientras recoge los primeros frutos de su inversión, Aubert trabaja en mejorar su producto y aplicar tecnologías similares en la fabricación de guantes. En cuanto a las plantillas, ya está llevando a cabo las primeras pruebas de prototipos para prevenir la aparición de ampollas y para aliviar las úlceras de los pies de las personas que sufren diabetes.
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