El incendio del pasado 16 de julio tan sólo era el aperitivo al infierno que está viviendo el aeropuerto italiano de Catania. Con la reapertura ya hecha y los vuelos programados, lo que no acompaña ahora es la meteorología. Los vientos predominantes en esta zona del país transalpino han obligado al desvío de decenas de vuelos y a la cancelación de otros tantos, incluidos algunos con origen o destino en España, con el consiguiente descontento de pasajeros y tripulantes por el cambio repentino de planes.
En ocasiones, las complejas maniobras de aproximación y aterrizaje debidas a la climatología adversa suelen dejar trazados curiosos que, vistos con aplicaciones como FlightRadar, pueden recordar a elementos de la vida cotidiana. Este parece ser el caso del vuelo LH306 que el pasado 28 de julio debía cubrir el trayecto entre Fráncfort y Catania, pero los vientos obligaron a cambiar el rumbo en el último momento y aterrizar en el vecino aeropuerto de Malta.
Durante el recorrido, la aeronave dibujó lo que a vista satelital parece un pene. Pero nada tiene que ver con que el piloto pudiera estar enfadado por el cambio de destino, sino más bien por el procedimiento estándar. Según está publicado en las cartas de vuelo, la aproximación al aeropuerto de Catania contempla la realización de esperas —círculos— sobre el punto donde la aeronave ejecuta 8 tumbado en el aire.
Esta maniobra sirve para que los controladores aéreos vayan colocando los aviones en la secuencia de aterrizaje respetando la seguridad e imponiendo la separación pertinente entre los tráficos. El siguiente paso, cuando la aeronave toma rumbo sur, puede deberse precisamente a la necesidad del controlador de separar más las aeronaves en un momento donde la mala méteo ya imperaba en el aeropuerto italiano.
Tras unos minutos de vuelo, finalmente, llega el turno de la aproximación final del avión alemán. Encara entonces rumbo norte y completa el dibujo del pene justo antes de virar hacia el oeste para continuar su descenso ya en rumbo de pista. Lo que se conoce en aviación como aproximación final.
El piloto a los mandos realizó entonces un intento de aterrizaje, abortando la maniobra cuando se encontraba a pocos metros de la superficie, ascendiendo en rumbo de pista y, probablemente, solicitando el desvío al aeropuerto alternativo. Unos minutos después y a una altura segura, el Airbus A321 puso rumbo sur nuevamente, pero esta vez con la intención de posar la aeronave en Malta. Donde aterrizó sin mayores problemas a la primera.
Casi 4 horas después y con unos reportes meteorológicos más favorables en el aeropuerto de Catania. El avión volvió realizó un vuelo de posicionamiento a la isla italiana y aterrizó 10 minutos después sin complicaciones.